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EN TODO EL MUNDO, CADA DÍA, EL SER HUMANO VA EN CONTRA DE SÍ MISMO: SENADOR FAUSTINO LÓPEZ VARGAS

Por Edmundo Cázarez C

-Primera de dos partes-

Durante muchos años, el doctor Faustino López Vargas, hoy Senador de la República por su natal Tamaulipas, por cosas de la vida, se vio en la imperiosa necesidad de radicar en Oaxaca realizando, tanto su servicio social como médico pasante, como médico residente ya en el aspecto profesional, en donde pudo reafirmar sus conocimientos teóricos y prácticos sobre la medicina, lo cual, le brindó la excepcional oportunidad para conocer, palmo a palmo, las ocho regiones que constituyen el enigmático pero hermoso Oaxaca, uno de los estados en donde se registra una perversa y lacerante pobreza, pero también, tuvo la fenomenal oportunidad de aprender gran parte del lenguaje zapoteco, lo cual, presume con cierto orgullo y hasta emoción

Dice el refrán que la vida te da sorpresas, y al médico cirujano de carrera por la Universidad del Noroeste de Tamaulipas, Faustino López Vargas, jamás imaginó que años después, ocuparía un escaño dentro del Senado de la República, como Secretario de la Comisión de Estudios Legislativos e integrante de las Comisiones de Energía, Marina y Salud de la LXV Legislatura. Sin descuidar su profesión de médico, ha tenido una activa trayectoria política entre las que destacan como fundador del PRD e Integrante del Comité Directivo Estatal del PRD en Tamaulipas. Asimismo, participó como uno de los fundadores de MORENA, lo que lo llevó a convertirse como Coordinador Estatal del Movimiento Nacional por la Esperanza.

A sus casi 63 años, sorprende por su vitalidad sin olvidar ni un solo momento, su extracción humilde y campirana. Durante el desarrollo de la entrevista exclusiva que concedió a ÍNDICE POLÍTICO, una y otra vez, hacía referencia tanto a sus costumbres como a los modismos utilizados en su lenguaje y comunicación cotidiana en Aldama, comunidad que lo vio nacer. En esta primera parte de la entrevista, lamenta que en nuestro país se hayan perdido los valores como consecuencia al no respetar la naturaleza ni nuestros propios principios, recalcando que, en todo el mundo, día con día, el ser humano se empeña en sostener una muy lamentable lucha contra sí mismo.

Amable en su trato, instalado en su oficina en el 4º piso del edificio sede del Senado de la República, ubicado en la confluencia de las avenidas Paseo de la Reforma e Insurgentes Centro de la Ciudad de México, haciéndose acompañar de su staff personal, accede a responder las preguntas de este reportero, pero también, nos relata un par de historias conmovedoras que le tocó vivir en Oaxaca. La primera de ellas, el caso de un niño de 8 años a quien se le atoró una nuez en la tráquea y la persona que llevó en sus brazos al menor para su atención, con el deseo de salvarle la vida, no era su papá sino un vecino que se prestó en brindarle ayuda, sin embargo, cuando llegó el papa del niño, con insultos y agresiones, reclamando que hubieran dejado al pequeño ahí mismo para que muriera. No obstante que el señor que se prestó en socorrerle, corrió más de cinco kilómetros con el niño en sus brazos, pero ya sin vida, esperanzado en que se le podía salvar.

-¿Cómo le va en la vida ?

 

-En la vida nos ha ido bien. Cuando me preguntan ¿Cómo estoy?, mi respuesta siempre ha sido: “Bien y de buenas”, además, me sirve muchísimo para levantar el ánimo. En todas las épocas de mi vida, Gracias a Dios, me ha ido bien y veo la vida con mucho optimismo.

-A lo Mero Macho, Faustino Vargas ¿Un hombre completamente arraigado a sus raíces?

-Con cierto enfado, me responde: Provengo de una familia de origen campesino

-…Disculpe que le interrumpa ¿Es vergonzoso ser descendiente de una familia de extracto campesino?

-No, por supuesto que no, al contrario, fue una fortuna pertenecer a una familia de origen campesino, en donde te inculcan muchos valores, y eso, nos enseña a que, siempre hay que tener los pies bien puestos sobre la tierra y vivir dentro de una realidad.

-¿Qué se siente ser Senador por Tamaulipas?

-Comentaba con algunos compañeros de mi pueblo natal, quienes conocen mi origen, haber nacido en el Rancho El Carrizo de Opichan, municipio de Aldama, Tamaulipas, en donde, en aquel entonces, la primaria era solamente hasta el tercer grado…

-¿De verdad?

-Sí, aunque parezca increíble. Si deseabas seguir estudiando, tenías que irte a la cabecera municipal, o bien, hasta la capital del estado, Ciudad Victoria. De esta manera, finalmente tuve que terminar la escuela primaria en Tampico.

-¿Un niño de primaria, del montón o medio burrito?

-Ja, ja, ja. Digamos que era un niño regular, pero debido a la situación económica por la que atravesábamos, no nos quedaba otra que estudiar y trabajar al mismo tiempo…

-¿En qué trabajaba?

-Tenía once años. Iba a un taller mecánico y me tocaba lavar los fieros de los carros que llevaban arreglar.

-¿Cuánto le pagaban?

-Me pagaban ¡Cinco pesos!!, pero ahh, cinco pesos de aquellos tiempos.

-¿Qué hacía con ese dinero?

-Uff, para no echarte mentiras, era para comprar leche y tortillas para la casa

-¿A que jugaba?

-Me gustaba mucho el yo-yo, el balero, el trompo y las canicas, eran nuestros juegos tradicionales

-¿Qué número le tocó ocupar en el seno familiar?

-Fuimos ochos hermanos y soy el número siete…

-¿El número siete, de la buena suerte?

-Ja, ja, ja, yo creo que sí, porque he sido muy afortunado.

-Aunque su papá era un hombre totalmente dedicado al campo ¿Cómo era la convivencia en el hogar?

-Vaya, había que levantarse muy temprano a las cinco de la mañana y como éramos muy pequeños, nuestra primera actividad, era tener que darle de comer a las gallinas, a los cerdos y ayudar cuando ordeñaban a las vacas.

-¿Al que madruga, Dios le ayuda?

-Al término de nuestras actividades en casa, desayunábamos y nos íbamos a la escuela. Recuerdo que teníamos los turnos matutinos y vespertinos simultáneamente.

-¿Una familia de mucho trabajo y esfuerzo?

-Mi papá siempre fue agricultor, y mamá, dedicada completamente a los quehaceres del hogar

-¿Qué sucedía cuando terminaban la primaria?

-Al terminar el tercer año de primaria, nos teníamos que ir a la cabecera municipal para concluir hasta el sexto de primaria.

-¿A qué distancia estaba la cabecera municipal de su natal Rancho El Carrizo de Opichan?

-En ese tiempo, solamente existían caminos de terracería y nos transportábamos en caballos y mulas…

-¿Uff, cuánto tiempo hacían para ir a la escuela?

-Poco más de tres horas…

-¿Es delito ser pobre?

-Se queda pensativo, aprovecha el momento para tomar un poco de agua… ¡pero del vaso de agua que habían destinado para mí!! Él, había ordenado una taza de café, misma que jamás consumió.  Un poco más relajado me dice: “Hasta la misma Biblia dice que ¡Benditos los pobres porque de ellos, será el reino!! ¿O no es así? –me pregunta con una leve sonrisa-

-¿Los Reyes Magos sufrían para cumplir con su cometido o eran unos “manchaditos”?

-En nuestra niñez, déjame decirte que teníamos mucha inocencia y esa inocencia, conlleva a mucha imaginación. Hoy, sabemos que la imaginación es una cualidad exclusiva del ser humano y no obstante que los animales desarrollan cierta inteligencia, pero no imaginación.

-¿Estando inmerso en la entrevista, aun así, esta imaginado cosas?

-Estando aquí contigo, también, puedo imaginar que después del último piso del edificio del Senado de la República, está el sol.

-¿Imaginar es construir una vida mejor?

-En aquella época de niños, lo único que sabíamos, era que teníamos que dejar una carta en los zapatos, pero nunca nos llegaba nada.

-¿De verdad nunca recibió regalos de Reyes Magos?

-No, la verdad es que no. Nos conformábamos solamente con las fiestas que organizaba nuestro profesor de la escuela, pero nada de regalos en casa.

-¡Gulp!! ¿Una pobreza perversa?

-No era algo exclusivo de nuestra casa, sino de toda nuestra comunidad aledaña y así nos la pasábamos.

-Entonces, ¿En qué demonios ocupaba su tiempo libre? ¿Escuchaba la radio?

-No sabe cómo estoy disfrutando que me pregunte todo esto, me hace recordar cosas de mi infancia. Escuchaba la radio a través de un enorme aparato que funcionaba por medio de unos gigantescos bulbos.

-¿Qué programas recuerda?

-Dentro de un ambiente eminentemente campirana, a nuestra manera de vivir, escuchábamos la radionovela Porfirio Cadena, llamado también como “El Ojo de vidrio”. Además, me gustaba mucho Kalimán “El Hombre Increíble”, aquellas famosas frases que pronunciaba Kalimán sobre el control de la mente…. ¡Serenidad y paciencia!! Llegaba corriendo hasta mi casa, para no perderme la radionovela de Kalimán, a través de la única estación de radio que existía en Tampico, la XEFW, con 800 watts de potencia, que repetía la programación de la histórica XEW de la Ciudad de México

-Si trabajaba desde muy temprano, duraba tres horas para ir a la escuela y otras tres de regreso a casa ¿Quién le hacia las tareas?

-Una de mis hermanas, la cual, tengo la fortuna de seguir contando con ella. Siempre fue de diez de calificaciones y me ayudaba con mis tareas. Por cierto, recuerdo que salía ganadora de concursos en primaria, secundaria y fue seleccionada como la mejor alumna de Tamaulipas para venir a visitar al Presidente de la República en la Residencia Oficial de Los Pinos.

-¿Una hermana extraordinaria y un ejemplo a seguir?

-¡Así es!! Era un ejemplo a seguir y nos mantenía con ese ánimo de superación

-Si su hermana era un ejemplo a seguir ¿Faustino qué quería ser de grande?

-Soñaba con ser astronauta o algo así. Me encantaba la astronomía, pero en aquellos tiempos, nuestra situación económica…

-¿Hacía que se disiparan esos sueños de llegar a ser alguien importante?

-Es que no teníamos la manera de seguir adelante, pero después, me llamó mucho la atención la biología y todo lo que tenía que ver con la naturaleza. Pero cuando llego a la prepa, descubrí un abanico de posibilidades, tales como son las Ciencias Biológicas, las Ciencias Exactas y me decidí por la Biología.

-¿Y la secundaria, también fue un calvario?

-Tomábamos con mucha seriedad la educación… ¡Eran otros tiempos!! Al maestro se le respetaba.

-¿Alguna vez lo castigaron?

-Todavía me tocó que el maestro nos castigara, pero creo que esas llamadas de atención y obviamente, algún manotazo que nos daban, los cuales, no se tomaba a mal, inclusive, los padres de familia estaban de acuerdo. Gracias a eso, nos formó y nos hizo ser buenos ciudadanos.

-¿La letra con sangre entra?

-No tanto así. Si acaso, lo agarraban a uno del pabellón auricular y nos pegaban en la mano con las reglas de metal. En eso consistían los regaños y castigos, pero a veces, los regaños verbales dolían muchísimo más que los físicos.

-¿Un temor que los papás se enteraran lo que sucedía en la escuela?

-Exacto, ése era nuestro temor, que nuestros papás se enteraran a través de los propios maestros.

-¿Cuál fue la materia “coco”?

-Nunca me gustó la geografía…

-¿Por qué…?

-Porque no tenía algo que me llamara la atención, además, me preguntaban cuántos puertos tenía México, cuáles eran del Golfo de México y cuántos del Océano Pacífico. En dónde se unía la Sierra Madre Occidental, en dónde estaba el Nudo Mixteco, cosas de ese tipo y me parecía sumamente aburrido.

-¿Qué deportes practicaba?

-Estando aún en la secundaria y regresábamos de vacaciones al rancho, me gustaba participar en los jaripeos montando becerros…

-¿A tan corta edad, ya realizaba el “paso de la muerte”?

-No era para tanto, pero sí, me subía a los becerros.

-¿Se había convertido en un buen jinete?

-Todo el tiempo que estuvimos en el rancho, los animales, para nosotros, eran parte de la vida cotidiana.

-¿Jinete que no cae del caballo, no es un buen jinete?

-Yo creo que sí, porque hasta los mejores jinetes se han caído. Recuerdo mucho a mi papá, cuando nos tocaba algún animal muy bronco y demostraba mucho miedo para subirme, me decía: ¡Súbase, los hombres no lloran y del suelo no pasa!!, Ja, ja, ja.

-¿Cuántas veces se fue de “pinta”?

-¡Ninguna!!

-¿Por qué? ¿Era un niño sumiso?

-No precisamente, sino que era la instrucción que traíamos de nuestros papás, siempre me decía que tenía que portarme bien

-Ahh, ¡Qué tiempos aquellos ¿Siempre fue mejor el México que se nos fue?

-¡Que buena pregunta!! Es que los tiempos nunca pueden ser los mismos y siempre tienden a cambiar. Sin embargo, yo creo que todas las épocas son buenas. Obviamente, siempre existe un principio y un fin, por lo que cada uno debe vivir a plenitud su época.

-¿Nos hemos convertido en rehenes de nosotros mismos?

-Creo que cada día, y en todo el mundo, el ser humano va más en contra de sí mismo, queriendo modificar las cosas naturales. Es ahí, en donde creo que hacemos cosas en contra de nosotros mismos

-¿Se han perdido los valores?

-Mmm, se supone que los valores ahí están… ¿verdad?, pero hoy en día…

-¿…Estamos haciendo mal la tarea?

-Uff, nos hemos alejado de las cosas naturales, en una u otra manera, sí, si se han perdido los valores

-¿Estando ya en la prepa, se convirtió en un “perro” con las niñas?

-¡No!! Déjame contarte que en la época en que estudie, tanto la secundaria, vamos, te estoy hablando de 1972 y 1973, el pensamiento de los niños era solo jugar, pero no andar de novios.

-Siendo un puberto de 15 años ¿Cómo veía el México de ese entonces y cómo se mantenía informado del acontecer nacional?

-Vivíamos en Tampico y los periódicos que recuerdo eran El Sol de Tampico o El Heraldo de Tampico.

-¿Qué era lo que más le llamaba la atención de esos periódicos?

-Me iba directo a las secciones deportivas y las demás secciones las tiraba a la basura.

-¿Qué deporte practicaba?

-Siempre me llamó la atención el futbol

-¿A qué equipo le iba?

-Siempre he sido partidario del Cruz Azul, pero cuando el Club Tampico Madero estuvo en la Primera División, aunque no duramos mucho tiempo con vida, le íbamos al Tampico Madero

-Cuénteme cómo fue su etapa de bachillerato…

-Recuerdo que llevé materias que me gustaron mucho como son Filosofía, Ética…

-¿Por qué le atraía tanto la filosofía?

-Porque se define como la ciencia racional del ser, y por lo tanto, es la madre de todas las ciencias. Vamos, el conocimiento del mundo se tiene que pensar. También me gustó la ética porque se divide en Dialéctica, Crítica y Metodología.

-¿Por qué le apasionaban tanto?

-Me apasionaban, pero sin dejar de interesarme la Biología.

-¿Cuál era su ideal?

-Hasta la fecha, para realizar cualquier actividad, necesito inspirarme en algo, ya sea en algún héroe nacional.

-¿Quiénes son sus ídolos, aparte de López Obrador?

-¡Vaya, vaya!! Coincido con López Obrador, pero no es mi ídolo. Soy un ferviente admirador de Juárez. Durante los años 80s, permanecí en Oaxaca y conocí no solamente la casa donde nació y vivió Benito Juárez, sino que conozco al pie de la letra, la vida de este ilustre mexicano y me apasionó muchísimo.

-¿Qué fue lo más importante que vio en la vida de Benito Juárez?

-Me hizo reflexionar que no obstante tener todo en contra y desde su niñez, hasta dónde llegó a encumbrarse.

-Faustino López Vargas ¿Un frustrado biólogo, pero un destacado médico?

-Mmm. Que le puedo decir…

-¿…Por qué médico?

-La medicina, es una rama de la biología. – Intempestivamente, y quizás, reflexionando la pregunta que le acababa de formular, con un tono de voz ligeramente elevado y dentro de una extrema seriedad me dice-: “Mire Edmundo: No siento que Faustino López Vargas sea un frustrado de la biología…”

-…Discúlpeme, no lo dije con el deseo de faltarle el respeto

-Ok, lo entiendo, no te preocupes. Déjame contarte que cuando era niño, me asustaba muchísimo llegar a morirme. Me aterraba la muerte y pensaba en la astronomía y en la medicina.

-¿Un niño ingenioso, creativo?

-Cuando tenía 6 o 7 años, pensaba que un día llegaría a descubrir algo para lograr la vida eterna y nunca morir, Ja, ja, ja. Estando ya en la secundaria, cursé una materia en donde me tocó leer mucho acerca de los Alquimistas que buscaron y buscaron la piedra filosofal para que les diera la vida eterna… ¡y nunca la encontraron!! Creo que me sucedió exactamente lo mismo.

-¿Qué fue lo que le apasionó de la medicina?

-Lo que me apasiona es el factor humanismo. Recuerdo las palabras de uno de mis maestros que decía que la pupila del ojo, es una ventana que permite ver lo que hay dentro de otro ser humano. Esa frase, la recuerdo con mucho agrado.

-¿Durante la etapa de estudiante, alguna vez imaginó llegar a convertirse en Senador de la República por su natal estado?

-¡No, para nada!! Fue hasta 1984, cuando empecé a leer algo de política, pero nunca, imaginé que llegaría a ser Senador de la República, y en aquellos tiempos…

-¿En aquellos tiempos? Usted es un hombre joven…

-Te agradezco mucho. Así me veo, pero ya no soy tan joven. Voy a cumplir 63 años de edad Ja, ja, ja, como soy de rancho, comí muchísimos nopales.

-Ya que me habla de la política… ¿La política es el principio de la guerra?

-Uff, Mmm… La política no debería ser eso, inclusive, la filosofía establece que la política debería de ser una de las bellas artes, vamos, algo bonito.

-Entonces, dígame… ¿En qué se ha convertido la política?

-Uff, pues en todo lo contrario. Mire usted, en 1986, recuerdo que López Obrador fue a mi natal pueblo Aldama, Tamaulipas y al término de su gira de trabajo, fuimos a un restaurante para comer y me preguntó que si me quería dedicar a la política…

-¿Y qué le respondió?

-No, no le respondí nada. Es más, sin darme tiempo, él mismo, me dijo que la política era un oficio muy desprestigiado. “Faustino, si te quieres dedicar a la política, tienes que privilegiar, sobre todas las cosas, la autoridad moral. Pero si no tienes autoridad moral, serás uno más del montón. La autoridad moral te da dos cosas: capital político y un piso político en donde estarás parado”.

-¿Qué fue lo más triste que pudo descubrir, durante todo el tiempo que permaneció en Oaxaca, como médico, en donde se respira una perversa y lacerante pobreza?

-Cuando llegué a Oaxaca, el presidente de la República era José López Portillo y la primera Clínica de Solidaridad Social No. 36, la inauguró él, ubicada en Tlacolula de Matamoros, Oaxaca. Éramos varios médicos que realizábamos el servicio social y nos pusieron al lado del entonces presidente al momento de inaugurar la Clínica IMSS/Coplamar, y me gustó mucho la frase que pronunció: “Si todo esto que soporta la prueba del tiempo y perdura, va a ser bueno”.

-¿Qué edad tenía usted?

-21 años.

-¿Qué sentía aquel incipiente galeno, estar junto al gran Tlatoani de la política nacional?

-En aquel tiempo, solamente lo que me interesaba era aprender medicina. La política no figuraba en mi entorno de vida…

-¿Qué es lo que más le preocupaba?

-Estaba totalmente admirado de la enorme pobreza que existía en Oaxaca, pero también, de la riqueza cultural existente.

-¿Ese coraje que caracteriza a los oaxaqueños por salir adelante?

-¡Así es!! Si usted revisa los personajes de Oaxaca, encontrará que la mitad de la historia de México la escribieron personajes oaxaqueños. También quiero decirle que me dedique a ver la arqueología de Mitla, de Monte Albán, admirar el famoso Árbol del Tule, la Iglesia de Santo Domingo. Conocer a fondo lo espectacular de la Guelaguetza, sus costumbres y tradiciones….

-¿…Y después?

-Me dediqué de lleno a mi profesión. Era aprender medicina en aquel tiempo con los médicos especialistas que salían del Centro Médico La Raza y del Centro Médico Nacional Siglo XXI, a los especialistas, como requisito para graduarse, les exigían que realizaran 4 meses de campo en Oaxaca. Así, tuve la oportunidad de conocer a destacados médicos especialistas en Medicina Interna, Ginecología, Cirugía y aprendí bastante…

-Uff, enormes historias que seguramente vivió durante su estancia en Oaxaca…

-Efectivamente…

-¿Me puede platicar alguna de ellas?

-Tengo varias. Primero, llegó una persona junto con un niño que traía una nuez en la boca y se la tragó, quedándose atorada en la tráquea. Pero el señor que acompañaba al menor, no era su papá. Justamente detrás de él, llegó el papá, reclamando por qué se lo había traído al hospital para su atención si no era su papá. Exigía que lo hubiera dejado ahí para que muriera…

-¿Lograron salvar al pequeñito?

-No, el niño ya llegó muerto. Esta persona corrió más de cinco kilómetros con el niño en sus brazos, pero ya sin vida.

-No puede ser….

-La otra historia, fue de unos amigos que se pelearon y uno de ellos, con una navaja, le hizo una herida en la parte posterior de la rodilla, por donde pasan las venas y arterias, cuando llego esta persona conmigo, ya estaba muerto y desangrado. Momentos después, llegan hasta ahí, como 500 personas que me culpaban que había dejado morir a esa persona por negligencia médica.

-¿Lo querían lincharon?

-Uff… Ahí, en Tlacolula de Matamoros, como a la hora, ya habían llegado más de mil quinientas gentes que me querían sacar del hospital…

-¿Y qué sucedió?

-El director del hospital quiso hablar con la gente, pero ya entendían razones, los ánimos estaban totalmente encendidos, y en Oaxaca, a la gente cuando se le pone algo en la cabeza, sea lo que sea…

-¿Tuvo temor de perder la vida?

-¡Por supuesto que sí!!, aquello estaba realmente terrible.

-¿Quién lo salvó?

-Me tuvieron que sacar por la parte de atrás del hospital, escondido en una camioneta. Mientras tanto, los jefes delegacionales de la región y autoridades del Seguro Social, lograron arreglar el problema. Pero vamos, fue algo muy duro que me tocó vivir.

-Vaya historias…

-Lo más triste de todo, es que hoy, en pleno 2022, hay miles de niños que se dedican a pastorear ovejas en Oaxaca, uno de esos niños, al ver cerca de él, a un soldado del ejército, corrió lleno de pavor y le dispararon por la espalda. Cuando lo llevaron al hospital para su atención médica, me percaté que traía una de sus piernitas completamente desprendida por el disparo, desgraciadamente, ya estaba sin vida. Algo sumamente triste y doloroso.

-Continuará-