Columnas

Érase una vez…

David Ed Castellanos Terán

@dect1608

Érase una vez…

Hace varios miles de millones de años, cuando apareció el Covid-19, en una modesta ciudad de China, llamada Wuhan, ningún ser humano en el mundo imaginó que ese pequeño puntito oriental que se veía a lo lejos como se resbalaba, y resbalaba mientras sus ciudadanos morían como insectos al contacto con el agua sin poderse recuperar, iba a significar el origen de una mortal enfermedad, que comenzó como una pequeña gotita de aceite en el agua y se expandió dejando una tarea complicadísima a la humanidad. Millones de muertos por donde quiera, la economía mundial quedó por los suelos y la Navidad de ese año fue la más austera en la historia contemporánea del planeta Tierra.

Pero en ese tiempo, allá por el año 20019 (escrito así precisamente en la iniciativa de Reforma a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, enviada a esa honorable Asamblea), existió un país llamado México, al que se le reconocía entre las potencias mundiales por su democracia, libertad de expresión, y sí, por unos grupos de poder llamados cárteles de la droga, pero sobre todo, por sus rincones naturales, montañas, playas y selvas que no cualquier nación pudo tener.

En esa oscura y maquiavélica era mexicana, los mexicanos fueron gobernados por un hombre casi convertido en dios que inexplicablemente iba contra toda indicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y de la misma Organización Panamericana de la Salud (OPS); no importó que países como China y otras naciones seguían contabilizando miles de muertos y el Covid-19, siguió avanzando, aquel hombre nacido en Tabasco (un estado mexicano que pudo haber sido parte de Centroamérica), contradijo una y otra vez el distanciamiento social, es más, en la capital del país, se celebró uno de tantos conciertos al que se le conoció como: Vive Latino, y el proceder de aquel líder mexicano sorprendió al mundo entero por su comportamiento ante el coronavirus. ¿México y su pueblo eran inmunes, su presidente lo fue?

Según los relatos de historiadores, irónicamente cuatro semanas después de que el presidente de aquel país conocido como México incitaba a salir de casa, comer en restaurantes, sostener reuniones y viajar entre ciudades y pueblos como ejerciendo un turismo rural, presentó ante el Poder Legislativo (Cámara de Diputados), quizá la más perversa de las iniciativas de Reforma recibida en milenios.

Firmada por el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, llegó hasta las manos de la Presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, del Honorable Congreso de la Unión, la Iniciativa con proyecto de Decreto por el que se adicionan diversas disposiciones de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, al tenor de la siguiente… y su exposición de motivos.

En ese texto sapiencial, ese hombre casi convertido en dios por sus seguidores pretendía concentrar todo el poder del dinero, su programación, presupuestación (así escrita según el Neologismo CuatroTransformador), aprobación, ejercicio, y evaluación de los ingresos y egresos en su persona, esto al considerarlo necesario para hacer frente a las crisis económicas existentes en esa época por los problemas de salubridad generada por el Covid-19, y una emergencia mundial que experimentó la humanidad por el desplome en el precio del petróleo, un recurso natural no renovable del que dependían los hombres.

Esta historia continuará…

En el siguiente capítulo conoceremos si el espécimen tamaulipeco Erasmo González Robledo, quien de rebote quedaría como Presidente de la Comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados, y sus aliados morenistas, aprobaron la propuesta del también conocido como Comandante Supremo.

¿Se habrán dado un balazo en el pie los diputados con la aprobación de la inicitiva? ¿ese prototipo de animal pensante representante de Tamaulipas, habrá existido como presidente sólo para entregar la facultad de los diputados al presidente?

Muy pronto lo sabremos.

davidcastellanost@hotmail.com