LETRA PÚBLICA

FERNANDO OTRA VEZ FERNANDO

RODOLFO SALAZAR GONZALEZ

Cuando empezó a circular en las redes sociales la carta que Fernando Azcárraga López dirigió con carácter de irrevocable al presidente del PRI en este puerto de Tampico, se me vino a la mente la ocurrencia de que el destinatario no iba a estar en su lugar; y si andaría acercándose a los círculos panistas de Cabeza de Vaca para encontrar una oportunidad laboral; -según declaraciones que la prensa consigno- en donde el dirigente de este partido en el municipio justifica la desbandada del priismo tampiqueño, si es en busca de un trabajo para llevar recursos a su familia.

Fernando Azcárraga forma parte de la vida de Tampico indiscutiblemente, es uno de los hijos destacados de esta ciudad, carismático, posee un liderazgo natural y es además dueño de una capacidad de adaptación que le permite relacionarse con personas de diversos estatus sociales. A lo largo de su vida se ha ido ganando a pulso, primero a los que tenían el poder en Tampico, después a los que de una forma más inteligente y preparada formaban parte de la cúpula gubernamental que toma las decisiones en este país en materia económica. Durante el Salinato (gobierno de Carlos Salinas) Fernando contó con el apoyo irrestricto, en virtud de que un compañero de su juventud, Antonio Sánchez Gochicoa formaba parte del circulo estrecho de Pedro Aspe, secretario de hacienda y asesor principal de Carlos Salinas de Gortari. Con tal apoyo Fernando Azcárraga logro aterrizar el concepto de “Centro Histórico de Tampico” que hoy ofrecemos con orgullo a la gente que nos visita, que consistió en la restauración por parte de las autoridades hacendarias de los edificios que forman parte del casco de la Plaza de la Libertad, donde está incluido el antiguo y milenario edificio “La Luz” en el que hoy se encuentran las oficias del SAT.

Se puede afirmar que cuando Fernando Azcárraga fue presidente municipal en Tampico la primera vez en 1993 – 1995, se sentaron las bases de lo que hoy vemos convertido ya como una marca turística que atrae a muchos visitantes que se deleitan recorriendo las calles tampiqueñas que conforman nuestro Centro Histórico, que la memoria nacional tiene muy bien consignada, porque aquí se derroto el intento de la monarquía española de reconquistar el suelo patrio.

Los motivos que expone Fernando en su carta donde se retira para siempre de las filas del PRI, no son expuestas en su misiva dirigida al presidente de ese partido en Tampico, más bien es un bien estructurado escrito en donde agradece las bondades que el PRI le ofreció durante los 40 años de militancia efectiva en ese partido político, en el que se inició primero como activista y después como presidente del comité municipal, para alcanzar posteriormente la presidencia municipal de esta ciudad, en dos ocasiones, con un intervalo de tiempo muy inteligente, que el dejo transcurrir diez años para que en ese lapso surgieran generaciones de tampiqueños que aspiraran a gobernar la ciudad en la que trabajamos y vivimos.

Además es útil decir aquí que Fernando no fue un priista que alcanzó la presidencia municipal de Tampico en coyunturas fáciles y sencillas. Se lanzó como candidato cuando las plazas de esta ciudad estaban ocupadas por los panistas. En 1993 fue candidato y ganó venciendo a Carmen Bolado del Real, que había sido diputada federal por el PAN (después de que le propino una monumental derrota al priismo que en aquel entonces proyecto como candidato a Diego Navarro) por lo que todo hacía suponer que por la inercia de ese rechazo del pueblo de Tampico al priismo de ese tiempo Carmen Bolado vencería con facilidad a Fernando Azcárraga; no fue así, “El Güero Azcárraga” acabo con los panistas en las urnas electorales y realizo un estupendo trabajo en beneficio de Tampico.

La segunda vez que gobernó la ciudad lo hizo también de forma competida y democrática, venció a Jesús Nader (actualmente oficial mayor del gobierno panista) un empresario tampiqueño de sólido y amplio prestigio que ha logrado construir una carrera política dentro del panismo, conservando siempre su condición de ser una persona que trabaja para la ciudad. Fue una liza electoral reñida, pero nuevamente Fernando al frente del priismo tampiqueño recupero para ese partido la presidencia municipal que estaba en poder de los panistas y lo gobernó a su leal y saber y entender sin que se le acusara de la comisión de algún delito como con frecuencia ahora en estos tiempos que vivimos es muy común que los que llegan tan solo se dedican a exhibir los trapos sucios de los que se fueron y no aterrizan ningún proyecto que beneficie a la comunidad.

Fernando Azcárraga tiene a su favor haberse opuesto públicamente a la designación que su ex partido hizo en su momento de Magdalena Peraza Guerra, como candidata a la presidencia municipal de Tampico, cuando tan solo hacía tres años, había derrotado al PRI, con las siglas del PAN. Hizo circular en las redes sociales un documento en donde condenaba las decisiones que el PRI había tomado para postular a una persona que no sentía respeto alguno por la militancia de base con la que el PRI siempre se ha beneficiado.

También existe la especie de que no está conforme con la forma como se está administrando la ciudad, que se requiere de un liderazgo con mayor profundidad de miras, que logre ampliar el horizonte en el que un futuro cercano Tampico se desenvuelva, está convencido de que un alcalde o alcaldesa según el caso no debe de estar trabajando tan solo para las próximas elecciones si no que debe de pensar en las futuras generaciones. Por esa razón percibo y justifico que Fernando no puede permanecer más en un partido político que se aferra a los viejos y caducos moldes superados por la modernidad de hacer política.

La política es devastadora, Lenin decía que devora hombres e instituciones, pero que quien la lleva en sus venas no puede sacarla de su alma, se deja llevar hasta perder la vida por sus ideales. Porte Gil era más profundo. Aconsejaba que en la vida el hombre tenía la obligación de hacer tres cosas: hacer amigos, hacer política, y si se puede hacer historia. Fernando ya hizo las dos primeras cosas y está construyendo con este cambio tan profundo en su existencia la historia que dejara a sus conciudadanos.

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