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Formar militancia

Tribuna

Formar militancia

En nuestro país, los partidos políticos no han trabajado en la formación de militancia ideológica.

Hay muy pocos militantes en cada uno de los institutos del sistema de partidos que conocen principios, estatutos y plataformas.

Las bases partidistas casi siempre son ajenas a esa formación.  Se integran por afinidades familiares, amistades, o personas con intereses derivados de algún beneficio.

Esa cruda realidad lleva a que la masa ciudadana no distinga la izquierda de la derecha o el centro en materia de ideologías.

El grueso de las militancias de los partidos identifica solo siglas, colores, algunos slogans publicitarios o a liderazgos del momento.

Esa deficiencia histórica de los partidos políticos, condujo al pisoteo de los principios,  estatutos y plataformas políticas.

A las grandes  incongruencias entre el pensamiento ideológico que guía a los institutos con su decir (discurso)  y el hacer (acciones de dirigencia o de gobierno).

Así es como a los distintos partidos llegaron dirigentes que no sabían ni donde estaban parados, que en su actuar permitieron candidatos que desconocían al partido, sino principios, valores y responsabilidades institucionales, que aún ganando, en el desempeño de sus funciones, jamás cumplieron con el ABC  de la norma partidista.

En la búsqueda del poder por el poder,  el PRI se abrió a la derecha que representó la parte más ambiciosa de la clase empresarial; el PAN se fue al amasiato con la izquierda y terminaron por terminar de romper al sistema.

Esa es la principal causa por la que un movimiento amorfo con MORENA, montado en el liderazgo y persistencia de un solo hombre,  Andrés Manuel López Obrador, producto también del sistema, pero con un discurso que subraya los errores de la clase política de centro y derecha y su desgaste en el ejercicio del poder, atrajo a la masa amorfa de votantes.

Una amalgama de ciudadanos que profesaban alguna militancia superficial,  sustentada en intereses económicos, pero sin el soporte ideológico.

Una masa cansada de la clase política gobernante priísta y panista, que no respondió a las expectativas ni a las exigencias del país y su momento histórico, debido a las políticas públicas erróneas derivadas de la incapacidad, corrupción y falta de compromiso social.

Quienes votaron por MORENA no lo hicieron por los principios y plataforma política, que la gran mayoría desconoce.

Lo hicieron por el discurso de Andrés Manuel López Obrador, que recogió el hartazgo de una sociedad vapuleada por los endebles resultados de gobiernos corruptos e incapaces.

El gran reto que tienen los partidos políticos que sobrevivan a ésta elección, es el de formar militancia ideológica congruente con el pensar, decir y hacer, convencida de que su plataforma es la mejor para llevar a buen puerto a éste país.

Son los grandes desafíos que tienen el PRI, el PAN e incluso MORENA, pues éste último partido, desde el pasado 2 de julio, empezó su desgaste por el desencanto en el cambio del discurso de su ícono, el Peje.

Gobernar desgasta porque no se puede cumplir ni todo lo que se ofrece, ni atender todas las necesidades o carencias de una sociedad  cada vez más grande y con muchas carencias.

Los partidos que se apliquen a formar nuevos y valiosos cuadros políticos, que pregonen y practiquen sus valores, principios y normas, serán los que trasciendan ésta etapa de crisis en el sistema de partidos.