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¿Frontera Chica?

Tribuna

Por Javier Terrazas

¿Frontera Chica?

Tamaulipas es un estado fronterizo importante para México. En sus 371 kilómetros de frontera hay 17 puentes internacionales que conectan con el Este de Estados Unidos por Texas.

Es una de las zonas económicas relevantes de esa nación. Así lo confirma el cruce de casi el 50 por ciento de las mercancías entre ambos países.

Nuevo Laredo-Laredo, con su puente “Comercio Mundial” es el puerto fronterizo más importante, por el pasan poco más del 30 por ciento de los productos del comercio bilateral.

También registran gran dinámica los puentes de Reynosa que conectan con Mission, Mc Allen y Pharr; así como los que unen a Matamoros con Brownsville.

Esa conectividad ubica a Tamaulipas como una plataforma logística de México para las exportaciones hacia los Estados Unidos.

La dinámica que genera el comercio internacional, también hace florecer a la industria maquiladora.

Esa circunstancia ha derivado en un crecimiento poblacional fuerte en los diez municipios que comprenden la frontera tamaulipeca, donde se ubica ya el 52 por ciento de la población estatal.

Aunque poblacionalmente son más importantes Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo, el resto de los municipios lo son en kilómetros de frontera.

De Nuevo Laredo a Reynosa, hay cerca de 250 kilómetros.

Es decir, la mayor parte de la frontera, pues esta comprende 371 kilómetros.

No deberíamos por tanto llamarle “frontera chica”,  los municipios de Nueva Ciudad Guerrero, Mier, Miguel Alemán, Camargo y Díaz Ordaz, están sembrados en esos 250 kilómetros.

De Reynosa a Matamoros hay una distancia de 91 kilómetros y en ellos se ubican Río Bravo y Valle Hermoso, que también son fronterizos.

Por tener Tamaulipas ese peso en la dinámica comercial bilateral, requiere de una mayor presencia del gobierno federal en tareas de vigilancia.

No puede ni debe nuestra frontera quedarse sin vigilancia en algunas de sus regiones, entre ellas la mal llamada “frontera chica” porque pueden ser presa de grupos delincuenciales.

Para las bandas delictivas son igual de importantes los puentes internacionales que un kilómetro de río en despoblado.

El tráfico de drogas, armas, personas y  contrabando es un fenómeno que solo se abatirá con una mayor presencia de las fuerzas federales en esa zona.

Los recientes tiroteos que sembraron pánico en Miguel Alemán en días pasados y que generaron muertes y heridos, en una “tormenta de plomo”, no deben repetirse.

Los Secretarios de Seguridad Alfonso Durazo y el Secretario de la Defensa Nacional General Luis Cresencio Sandoval y el Secretario de Marina, Almirante José Rafael Ojeda Durán, tienen que valorar mejor a la frontera Tamaulipeca para desplegar más elementos.

Ya lo solicitó de manera formal el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca al acudir a la zona al día siguiente de los hechos violentos.

El actual Secretario de la Defensa Nacional, el General Sandoval, tuvo en su carrera militar a su cargo la Octava Zona Militar de Tamaulipas con asiento en Reynosa y la Cuarta Zona Militar Regional con base en Nuevo León, de tal forma que conoce el territorio y sus peligros.

Las zonas de relevancia para la economía nacional por su dinámica, requieren de esa vigilancia más estrecha, para que no se vean afectadas y por tanto impacten las finanzas de la nación.

Tamaulipas es su conjunto es una esquina dorada para el tránsito de personas y mercancías.

A los 371 kilómetros de frontera desde Nuevo Laredo a la desembocadura del Río Bravo en Matamoros; se suman los 430 kilómetros de litoral en el Golfo de México, desde el río Bravo al Pánuco.

Militares y marinos, tienen por tanto, la misión especial de salvaguardar fronteras y litorales.

Además, la nueva Guardia Nacional  sumada a las fuerzas estatales de seguridad, podrían generar más tranquilidad en nuestras regiones comerciales, industriales y de servicios.

Tamaulipas no puede verse como un estado ordinario. Insisto, es una esquina dorada que debe cuidarse muy bien, para el crecimiento económico sano.

Y que no ganen la batalla en las calles y los cruces fronterizos o puertos marítimos, las fuerzas del mal.