«LA CRISIS QUE VIENE»
«Opinión Económica»
Por: Dr. Jorge A. Lera Mejía
El mundo está por entrar en recesión profunda, la invasión de Rusia a Ucrania han empeorado las expectativas, se disparó la inflación mundial y el desabasto de energéticos y alimentos, se rompieron las cadenas de suministros de sectores estratégicos, como es gas, alimentos y automotriz.
En México, no es la excepción, las expectativas de crecimiento e inflación, al cierre de 2022, están deteriorándose; los expertos estiman, que el crecimiento rondará del 2% máximo, a un mínimo de 0.5% promedio del PIB al cierre; la inflación no se reduce, y cerrará con una tasa ligeramente superior al 9.5% del índice de precios al consumidor.
Los criterios de política expuestos por Hacienda para el presupuesto del 2023 (CGPE 2023), se antojan fuera del contexto real, alcanzar un crecimiento anual del PIB mayor al 3.5% ante estos escenarios, no será posible, los expertos lo estiman máximo del 2% y un mínimo de 0% (Encuestas a expertos del Banxico y de Citibanamex).
Igualmente, el control de la inflación a menos del 4% en 2023, ante el impacto exterior, será difícil lograr.
La meta de endeudamiento por un billón 170 mil millones de pesos, para dedicar en su mayoría para amortizar la deuda y avanzar con los proyectos insignia de la 4T, dan al traste lograr impulsar el crecimiento, y redundará en menor presupuesto público para educación, salud, vacunas, medicinas e infraestructura básica, lo que deteriora más el desarrollo del campo y las pymes.y
A continuación, las expectativas de la SHCP, expuesta en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE): «En particular, con base en las actualizaciones del marco macroeconómico para 2022 y 2023, se anticipa que el PIB registrará un crecimiento real anual de 3.4% en 2022; mientras que para 2023 se estima un crecimiento puntual de 3.5% anual. En cuánto la inflación, se espera que esta variable cierre 2022 en 5.5% y en 3.3% para 2023, lo que indica una convergencia más lenta hacia el objetivo».
Finalmente, en cuanto la llamada «cuota generacional de jóvenes mexicanos», este 23 de septiembre, Enrique Quintana escribe lo siguiente: «»Por primera vez desde hace muchas décadas, quizás desde los años de la Revolución Mexicana y la gripe española a principios del siglo pasado, en 2021 casi se igualaron el número de nacimientos y de muertes en México. El año pasado fallecieron en nuestro país 1 millón 117 mil personas, mientras que nacieron 1 millón 172 mil. Si no hubiera fenómenos migratorios que pueden modificar el dato, habríamos tenido en 2021 un crecimiento poblacional de apenas 55 mil habitantes. Sobre la base de los 126 millones de personas que reportó el censo de 2020, implica un crecimiento anual de solo 0.04%. El más bajo desde la segunda década del siglo XX».
Por lo aquí expuesto, nos damos cuenta lo difícil que será que se cumplan las expectativas del gobierno y lo complicado que se antojan los escenarios internacionales y nacionales para el próximo 2023.
Considero que el optimismo mostrado en los CGPE serían probables, siempre y cuando la economía mundial estuviera boyante, pero ante la realidad actual de «recesión mundial», se requieren reconsiderar las expectativas expuestas y crear consensos políticos y empresariales para la contingencia esperada.