Columnas

La “regularización” de autos extranjeros

RESEÑA POLÍTICA

Juan R. de la Sota

La “regularización” de autos extranjeros

El Gobierno de la República, no debería pensarlo más y autorizar un decreto para la “regularización” o “nacionalización” de los vehículos de procedencia extranjera, llamados “chocolates”.

Ello, con el fin de dar certeza jurídica a sus propietarios y tener un  padrón de los mismos, en eras de conocer su identidad en caso de ser autores de  accidentes, pero además, con cuya acción, la parte oficial obtendría elevadas ganancias por la aplicación del correspondiente cobro.

Son millones de unidades automotrices, principalmente de procedencia estadounidense, las que circulan en territorio nacional, sobretodo en espacios fronterizos, las cuales no le aportan un sólo peso por concepto de impuestos al Gobierno y sí generan contaminación, pero también  son causantes de múltiples choques, que en la mayoría de las ocasiones los daños gozan de impunidad.

La  Federación tiene que tomar en cuenta esos factores y publicar el decretó mencionado, porque, no únicamente ingresaría dinero a la Tesorería, sin establecería un control y orden  sobre dichos vehículos, así como  también contaría con los elementos necesarios para aplicar  la ley a los conductores responsables de accidentes.

Cabe mencionar que los interesados en lo mencionado, no tiene porqué pedirlo, sino debería exigirlo, dado que la legalización de los autos “chocolates” es una promesa de Andrés Manuel, en su periodo de campaña política-electoral, quien ahora como Presidente de la República, está obligado a cumplir emitiendo el decreto correspondiente.

Con ello, acabaría con el jugoso negocio de gran cantidad de organizaciones que lucran con la necesidad de la gente,, al venderles una calcomanía que ante la autoridad oficial, llamase Secretaría de Hacienda, Tránsito Local  y otras autoridades no tiene ninguna validez, pues no deja de ser mercancía internada ilegalmente al país.

Cómo es posible que el Gobierno Federal permita que organizaciones integradas por una bola de ladrones extiendan placas con el logotipo de la organización y a base de mentiras hagan creer a la gente  que tiene Valdez, cuando no garantiza certeza jurídica, al menos ante la parte oficial.

Contra ellos debería actuar el Gobierno Federal, pues están incurriendo en el delito de fraude y usurpación de funciones, falsedad y otros que les resulten. La Federación ya no debe tolerar a ese tipo de líderes corruptos que hacen negocio, principalmente con los pobres. Ya es hora de actúen en su contra, es momento de impedir sigan defraudando al Gobierno, con acciones que le corresponden a la autoridad gubernamental.

Los de la UCD, ONAPAFFA y otras agrupaciones han logrado hacer un buen negocio con la distribución de placas sin valor, sus dirigentes se han enriquecido, además con la exigencia de cuotas y seguirán haciéndolo, mientras no haya un decreto de regularización.

Etas son el tipo de acciones que exige la gente, las que le benefician, las que le sirven, porque un vehículo “americano” es de bajo costo y puede adquirirlo y pagar la “regularización.

Ya el mandatario nacional debe aplicarse en cumplir sus promesas y una de ellas es la legalización de automóviles de procedencia extranjera, la gente ya no quiere más mentiras, más rollo, que les siga jugando el dedo el boca, demanda acciones contundes con resultados que les de paz y tranquilidad.

Son más de seis millones de vehículos “chocolates” los que circulan ilegalmente tan sólo en los Estados de Tamaulipas, San Luis, Coahuila, Nuevo León, Jalisco, Guanajuato, Ciudad de México.

Con el cobro que se aplique a esa cantidad de automóviles, el Gobierno, muy bien obtendría varios millones de pesos, los cuales podría destinarlos a fortalecer las acciones de combate a la inseguridad, las cuales tiene que mejorarlas, ya que los índices de violencia van a ala alza, aspi como para la construcción de obras prioritarias.

La medida no perjudicaría a la industria automotriz, ya que  quienes compran carros de procedencia extranjera, no tiene capacidad económica para adquirir un auto nuevo de lujo. La industria automotriz, continua generando  ventas entre la población con mayor poder adquisitivo.

También deberían tomarse medidas estrictas medidas para que ya no ingrese ningún automóvil extranjero a territorio nacional, lo cual es muy difícil, pero no imposible. Lo primero es acabar con los corruptos que de las aduanas y hacendarias. Este grupo de funcionarios son los que hacen el negocio y al gobierno le generan un grave problema con el paso de las mencionadas unidades automotrices.

Ojalá pronto el Presidente de la República, decida cumplirle a los mexicanos sus compromisos, como es la regularización de los autos “chocolates”.

Cambiando de tema, es necesario que el Gobierno aplique periódicamente exámenes antidoping, psicológicos y  psiquiátricos a todos los elementos de seguridad, con el fin  de verificar que se mantienen aptas para brindar el servicio de seguridad a la población.

También se les vigile de cerca, a fin de constatar que sus funciones no las realizan bajo los influjos del alcohol.

Con ello  se tendría la certeza que no son adictos a las drogas ni a las bebidas embriagantes y se demostraría sus perfectas aptitudes para que la sociedad confíe en ellos y se sienta protegida.

Las autoridades de Seguridad Pública tendrían que aplicar exámenes estrictos, para que el policía que ofrezca a la sociedad sea confiable, pero además mantenerlo bajo vigilancia en el desempeño de sus funciones, con el objeto de estar seguro que goza de honorabilidad y que no hace uso de drogas y alcohol al momento de cumplir con su trabajo.

En otro asunto, en los Hospitales, clínicas del ISSSTE  y  SEGURO, la atención es deficiente. No hay suficiente personal médico y mucho menos medicinas. La culpa la tiene el Gobierno Federal, por su forma errónea de distribuir los apoyos económicos en materia de salud. El Gobierno Federal le asestó un duro golpe a la gente pobre, al privarlo del seguro popular.

El dato: Carlos Santamaría: Premio Nacional de fotografía en 1979, periodista y editorialista con más de 40 años, descanse en paz.

Correo: jrdelasota@hotmail.com