Lalo Gattás: El triunfo anunciado
Opinión pública
Lalo Gattás: El triunfo anunciado
Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas. – La reelección de Eduardo Gattás como alcalde de Victoria, es “PAN comido” según las encuestas.
El joven brilla con luz propia. No es producto de la “ola guinda” (que no ha terminado) y del obradorismo. Se ha ganado un capital político a lo largo de tres campañas y casi tres años como alcalde.
Las encuestas lo perfilan como el rival a vencer. A su contrincante, Oscar Almaraz Smer, ya lo besó el Diablo. Lleva en la frente el fierro cabecista y el estigma de la traición.
Si las derrotas generan aprendizaje, Lalo cayó como candidato a diputado local y otra vez como abanderado al 17 Hidalgo. Se fogueó en la calle, en los barrios del voto duro que cambia de color según las estaciones sexenales. Eso lo sabe bien Gattás.
En 2021 comenzó un gobierno desde menos cero, sin dinero, nadando en basura y deudas. Son las consecuencias de darle oportunidad a forasteros, una oriunda de Texas, otro de Coahuila (primeros no nacidos en la capital que llegan a la alcaldía en los últimos 70 años).
Con altibajos, pero la lleva. Cuenta la historia en que, perseguido por Cabeza y sus guarros, tuvo que huir de su casa en la madrugada, oculto en la cajuela de un auto. Volvió 30 días después. Le habían recetado orden de aprehensión.
Pues bien, la última encuesta sobre intención del sufragio, empresa Percepción Social, dice que, si hoy fueran las elecciones, Eduardo levantaría el 40 por ciento de los votos, frente a un 28 del neopanista Almaraz y 12 de Luis Torre Aliyán. Cifras conservadoras.
Otra empresa, Electro Encuestas -al 23 de marzo- le confiere el 57 de los votos por 23 de Almaraz y 8 de Torre.
Electoralia, evaluación de marzo por partidos, refiere que Morena alcanzaría el 44 de la votación por 15 del PAN y 15 del tricolor. Por coalición, Morena Verde PT arrasarían con el 51 para dejar a Pan-Pri el 28 por ciento.
No es casual. La famosa Mitofsky, en valuación de marzo, colocó a Eduardo en el lugar 15 de alcaldes de capital con el 51.7 de aprobación ciudadana local y 61 de todo México.
Recordar que, en el pasado reciente, Xicoténcatl González Uresti fue calificado por Mitofsky como el peor alcalde de México en una evaluación de 102 ediles. La desaprobación fue del 89.7
En julio del 2021 Massive Caller publicó que el repudio a Xico llegaba al 92 por ciento contra el irrisorio 8 de aprobación. De ese tamaño era el rechazo para el aficionado a las bebidas espirituosas al son de un día sí y otro también.
Cambiando de tema, a la hora de terminar estas líneas no había comenzado (programado a las 20:00 horas) el primer debate entre los candidatos a la Presidencia. Como siempre la pregunta ¿se espera que modifique actitudes? ¿quién lo va a ganar?.
Horas antes del encuentro, los “cuartos de guerra” e imagen de cada quien tienen almacenados boletines, encuestas y opiniones en que afirman que “ganaron”. La idea que tienen es que, como en las peleas callejeras, quien pega primero pega dos veces.
Como dato hemos de decir que, en México, ningún debate -desde 1994- ha influido para llevar a alguien a la Presidencia. No será la excepción. La tendencia de intención seguirá siendo la misma.
No lo fue en 2018 cuando los contendientes, en bola -José Antonio Meade, Ricardo Anaya, Jaime Rodríguez Calderón y Margarita Zavala- se le fueron a la yugular a quien por entonces encabezada las preferencias electorales, Andrés Manuel.
Para estudiosos y analistas nunca hay un ganador. La elección no se decide en tres exposiciones que vienen siendo desencuentros de lodo.
En el 18´, queriéndole hacer al chistoso, Jaime “El Bronco” Rodríguez Calderón, independiente neoleonés, prometió que, de llegar a Palacio Nacional, mocharía la mano a los corruptos.
La promesa no le dejó más votos. Al terminar de Gobernador, cayó al bote por corrupción.
Van cinco debates, y no fue por ellos como ganaron quienes más tarde serían presidentes.
1.- El primer debate presidencial fue en 1994. Participaron Ernesto Zedillo, PRI; Diego Fernández de Cevallos, PAN, y Cuahtémoc Cárdenas, abanderado de las izquierdas (otros fueron excluidos porque era como perder el tiempo con ellos)
2.- En 2000, Fox no se hizo de los Pinos por llamar “la vestida”, mariquita o chaparro a Francisco Labastida Ochoa. Ganó por el hartazgo del pueblo mexicano hacia el partido en el poder, el PRI.
3.- 2006, primera vez candidato, López Obrador no asistió al primer debate. Marchaba arriba de las preferencias electorales. Se presentó a los siguientes.
4.- 2012 el debate se lo llevó la edecán contratada por el INE, Julia Orayen (saltó a la fama).
5.- 2018, surgió el apoyo de Ricky Riquín Canallín, pronunciado por López Obrador sobre Ricardo Anaya, al tiempo que le pedía no se le acercara mucho porque le podía robar la cartera.
El arroz está más que cocinado.