Columnas

Liderazgos sociales y candidaturas.

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza.

Liderazgos sociales y candidaturas.

En la antesala de la política que, como actividad del hombre para la búsqueda del poder conduce a las urnas para el desempeño en la función pública y porque así macan las Leyes mexicanas relativas a la democracia, a leguas se va la intención de personas de todos los partidos políticos para convertirse en líderes públicos.

La ida no es mala, es la mejor, porque es a partir de la construcción de liderazgos como podría obtenerse el respaldo de los ciudadanos para las nominaciones a las candidaturas de cada partido y después en la lucha electoral, conquistar el voto de las mayorías para despachar, en el 2021 desde Alcaldías, Diputaciones Locales y Diputaciones Federales al tratarse de una elección concurrente.

En semanas previas a la determinación de los partidos para encontrar buenos candidatos, es oportuno señala que un liderazgo social supo capacidad para gestionar recursos materiales y financieros que permitan resolver demandas de las poblaciones, encausar proceso de planificación participativa, mantener comunicación fluida con la sociedad civil y lo más importante demostrar mediante acciones congruencia para que el pueblo pueda ubicar a la perfección la meta de los políticos.

Cierto es que, instituciones como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL y aquellas que miden el desarrollo de las naciones, se percataron de la complejidad de los fenómenos sociales, políticos, económicos y ambientales y de que estos se conviertan en proceso de carácter sistémico debido a fenómenos como el creciente uso de las tecnologías de la información y las redes sociales, además del aumento en las brechas sociales por los ingresos o la falta de empleo, se convierten en el mayor desafío para los liderazgos sociales.

Desde principios del año y apear de la pandemia de COVID-19 que tiene semiparalizadas las actividades políticos, se observa que cada vez son más las personas que buscan quedar bien con la población para convertirse en líderes sociales y de esa forma conseguir cargos de elección popular, sin embargo, construir liderazgos ya no es sencillo, porque la ciudadanía se muestra desencantada de la política y los políticos, muchos de los cuales hasta se brincan las trancas, es decir, la Ley para ganar terreno frente a la sociedad, sabedores de la importancia que tiene llegar a la precampañas de los partidos cualquiera que sea su color, como personas que representen una alternativa ciudadana para ser postulados.

Frente al a movilidad de prospectos a liderazgos sociales, es oportuno señalar que existen siete características que los buenos líderes deben de tener, mismas que, analizadas por los aspirantes a candidaturas, podría obligarlos a cambiar de estrategia, esto es seguridad, empatía, responsabilidad, optimismo, honestidad, determinación e inspiración.

Hablar de liderazgo, señalan los expertos en analizar los procesos de desarrollo de las naciones de América Latina, es quizá sencillo, pero, es difícil ejercerlo, máxima hacerlo bien y de manera sobresaliente.

Hablar de seguridad equivale a decir que el buen líder tiene confianza en sí mismo, no le hace que haya momentos no parezcan salir bien, está obligado a mostrar confianza hasta el final, situación que bastará para transmitir sensaciones positivas al equipo de trabajo y que la gente se una a su causa.

Si se trata de empatía, es una de las características que la gente valora mucho en un buen líder, porque es su capacidad de conectar con los demás y de ponerse en el lugar del otro.

La responsabilidad se refiere a ponerse al frente y dar la cara ante cualquier situación, en especial de las menos favorables. Debe de predicar con el ejemplo y dar cuentas en el momento propicio.

La parte del optimismo debe entenderse como la energía positiva que puede inyectar a un equipo de trabajo o a la población misma porque eso dará confianza en el actuar de todos.

Respecto a la honestidad en estos tiempos de exhibición de la corrupción, tiene que llegar a la gente con pureza, porque es urgente generar ambientes de certeza y confianza.

Aquello que tiene que ver con la determinación, es quizá el renglón que más fortalece los liderazgos, porque precisa centrare en objetivos, no salirse del camino y llevar a cabo el plan sin distracciones.

Una cosa más que los aspirantes a ser vistos como líderes sociales para que los partidos y la población llegue a considerarlos como una opción para el voto y desde luego para el triunfo en las urnas el seis de junio del año que viene, es que alcancen a inspirar a las personas en la lucha a su favor, porque los mejores líderes son aquellos que inspiran a otras personas al ser genuinos y compartir su visión sobre mejorar las condiciones y la calidad de vida de las personas con la intervención política que aspiran a llevar a cabo.

Los ciudadanos saben quienes logran significarse en el escenario de la política con trampa, con el uso de recursos indebidos o aquellos que traen mucha prisa, porque están fuera de la perspectiva de los grupos sociales, por tanto, la autenticidad de lis liderazgos sociales, será valorada y tendrá el respaldo de los electores el día de la votación.

La construcción de liderazgos sociales no funciona ni por la fuerza o como luego dicen, ni con calzador, hay políticos que jamás serán bien vistos por los ciudadanos, como los hay que con solo parase en un escenario levantan los ánimos a la participación y al voto, como sucedió con el liderazgo social que tuvo en su momento el profesor Arnulfo Rodríguez Treviño, a quien como líder de los maestros la ciudadanía reconoció y como candidato a Senador por el PANAL, fue merecedor del apoyo con más de 105 mil votos, al participar en la elección federal del 2012.

También es el caso del matamorense Gustavo Cárdenas Gutiérrez, quien ejerce un liderazgo social interesante que se traducen con mucha facilidad en votos a través de las urnas siempre que presenta su candidatura a algún puesto de elección popular.

Lógico para cualquier partido político, sería lo más fácil el mundo la postulación de sus candidatos si hubiese personas con representatividad social, el asunto es que, la construcción de liderazgo y su traslado a la política será asunto de tiempo y como los partidos viven al filo de las fechas, el resultado de las urnas o no les favorece o resulta insuficiente hasta para mantener los registros que le INE les da como organizaciones de interés público.