Columnas

Los cafeseros del Vic`s

Gaceta

Raúl Terrazas Barraza

Los cafeseros del Vic`s

Son ya 20 años de aquella atrevida y desafiante acción con la cual, un grupo de terroristas presuntamente de Afganistán sorprendieron al mundo con sus locuras, robaron aviones que estaban por salir de los Aeropuertos de Nueva York ya con los pasajeros a bordo y los estrellaron contra sitios icónicos del poderío norteamericano, en un franco desafío a los agravios en su contra.

Era un martes 11 de septiembre del 2011, antes de las ocho de la mañana cuando en un restaurante de la calle Carrera Torres y 8, los comensales que ahí se reunían todas las mañanas para comenzar su día con un café o el desayuno aderezada con platicas agradables sobre los sucesos del día anterior y aquello que cada uno de los que conformaba dos atiborradas mesas de charla, voltearon a ver las primeras imágenes en las televisiones que colgaban del techo emitieron sobre los ataques terroristas atribuidos a la organización Al Qaeda que comandaba Osama Bin Laden.

Cada uno de los asistentes a ese restaurante, por cierto, propiedad del siempre bien recordado panista Rachid Ramírez Abraham, se paró de sus asientos para acercado cuánto más podían a las televisiones para observar con detalle la forma en que, los aviones se estrellaban contra las Torres Gemelas ubicadas en la ahora llamada Zona Cero y tratar de encontrar explicaciones sobre los otros aviones que fueron estrellados en el Edificio del Pentágono de Washington y uno más en Shanksville, Pensilvania y que se especulo iba con rumbo al Capitolio.

Nadie daba crédito a las escenas que veían en la televisión y todos se preguntaban qué diablos sucedía, porque esa forma de atentar contra vidas humanas, ya que, murieron casi tres mil personas y respecto a la infraestructura destruida en las ciudades norteamericanas costaba millones y millones de dólares. Fue una acción brutal que solo mentes llenas de problemas pudieron concebir, sobre todo, porque los pilotos de la organización de Bin Laden, fueron suicidas y aquello que hicieron solo se explicó como producto de su fanatismo.

Desde luego la capital de Tamaulipas está muy lejos de la Ciudad de Nueva York, pero, al ser una urbe deseada por todo mínimo para visitarla una vez y admirar su grandeza, pero, la magnitud de los acontecimiento obligaron a todos a mantener la vista en la información que segundo a seguro se generaba y conocer la magnitud del ataque, porque en poco más de dos horas sumió a esa icónica urbe en el caos total, la desesperación e incertidumbre, en todas las oficinas que existían en las Torres Gemelas la actividad empresarial había comenzado menos de una hora antes del primer ataque.

Los pilotos suicidas fueron identificados por las cámaras de seguridad de los Aeropuertos y de inmediato se les ubicó como parte de la organización de Al Qaeda, de manera que el gobierno del presidente George Bush Jr. Inició una enorme cacería en contra del terrorista hasta localizaron y acabar con su vida, es desde entonces que los militares gringos estuvieron en Afganistán de donde se acaban de retirar ya que, los Talibanes lograron llegar al poder en aquella nación y generaron terror al grado que, los soldados norteamericanos fueron retirados y miles de habitantes prefirieron buscar asilo político en cualquier país del mundo, para no quedar en manos del recién instalado gobierno afgano.

Ese día martes 11 de septiembre del 2001, en el restaurante de Racho Ramírez los cafeseros del Vic`s que allí se reunían por espacio de una hora, se quedaron hasta más de dos, porque nadie quería irse a sus trabajos sin la información objetiva de los acontecimientos y para la realidad es que hubo pesar por la dimensión del atentado que mató a unas tres mil personas.

En ese sitio de reunión de gente de Ciudad Victoria, se hablaba mucho de política, siempre había tema y llegó a generarse algo así como un grupo que estaba en contacto durante la semana para apoyarse en el desarrollo de sus actividades, aun existe, con algunas bajas, porque varios fallecieron incluso el dueño, Racho Ramírez

Los otros.

De nuevo se escuchan voces de trabajadores de la burocracia estatal en contra de la dirigente Blanca Valles Rodríguez, pero, se trata del mismo grupo que maneja Armando Trejo Moreno y que la trae en contra de la exdiputada local, solo porque ha logrado permanecer unas dos décadas en el cargo.

La situación no es demasiado complicada, porque ella está al frente de la organización con resultados que tiene satisfechas a la generalidad de los trabajadores de las dependencias estatales, así que, saber que unos cuántos, que pueden contarse con los dedos de la mano disientan no debe de preocupar ala dirigencia, que dicho sea de paso salió avante en los momentos más difíciles que vivió en el 2017.

Trejo Moreno es representante de una organización denominada Unidad y fuerza, quien se conforma con decir que desde hace dos años solicitó la renuncia de la dirigente del SUTSPET y como nadie la hizo caso, está otra ves con sus demandas pública, aunque, las quejas que pueda poner le harán a la dirigente Valles Rodríguez, lo mismo que, el aire a Juárez, sobre todo, porque equivocan la estrategia, porque demandan al Gobierno del Estado que intervenga para quitar a la secretaria general del Sindicato, cosa que no es de su incumbencia.

Valles Rodríguez estará en la secretaría general del Sindicato hasta que las bases trabajadoras así lo decidan y de acuerdo a la información salida el comité estatal, ya se prepara una estrategia para que el grupo continúe en el liderazgo del Sindicato una vez que concluya el actual período para el que fue electa la exdiputada, ex sídica y defensora de las causas de sus representados.