Columnas

Los jóvenes.

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza.

Los jóvenes.

Esta semana de agosto contiene un día muy especial, el de la Juventud que se celebra de forma internacional el miércoles 12, luego de que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó su celebración para promover su papel como socio-esencial en los procesos de cambio y desde luego crear conciencia de sobre los desafíos que enfrentan y como deben resolver sus problemas.

Es un día especial porque los jóvenes deben saber que sus iniciativas cuentan y que pueden y deben levantar la voz para que el mundo de adultos les comprenda. El lema para este miércoles es, El Compromiso de la juventud por la acción mundial, ello implica el empoderamiento para que sean parte de quienes enriquecen los procesos y las instituciones nacionales y multilaterales.

De acuerdo a la ONU, en el desarrollo de la Agenda 2030 puesta en marcha para que, a partir de la contribución de los países pueda mejorarse la calidad de vida de las personas, se advierte la pérdida de confianza de los ciudadanos en las instituciones, por ello se justifica la intervención de la juventud y su compromiso fortalecerlas y que frente a los grandes problemas del mundo, en especial la pandemia de COVID-19, ellos puedan interceder para recomponer las relaciones entre ciudadanos, instituciones y organizaciones.

Voltear a ver a los jóvenes para infundirles confianza y que tomen las riendas del mundo, es algo así como entregarles poder porque las repercusiones económicas y sociales de la pandemia son graves y aunque lo jóvenes son vulnerables a la crisis causada por la inmovilidad social, ellos representan el elemento fundamental en una recuperación inclusiva y en el logro de los objetivos de Desarrollo Sostenible, en esta década que inició con grandes desafíos y que a ellos corresponderá sobrellevar.

En Iberoamérica hay 160 millones de jóvenes, México tiene 37 de ellos y Tamaulipas alrededor de un millón, todos ente una edad de 15 a 29 años, según datos demográficos, de ahí que los estudiosos del fenómeno social que representa la juventud sugieran la revisión de factores como la vinculación escuela-trabajo, que en términos de ley se de en las mejores condiciones, pero, con la vista fija en los pasos que debe dar el jóvenes para su inserción en el mercado laboral.

Este último punto debe revisarse con precisión ya que, su permanencia en los puestos de trabajo es efímera, nada como sucedía antes, que las personas buscaban quedarse allí por muchos años, ahora los jóvenes se mueven muy rápido, por eso más relevante que la inserción es la reinserción.

A los jóvenes tiene que seguírseles en sus aventuras de emprendimiento, incluso, tan básico es que debe están contenido en la Legislación, por eso debe de pensarse n las industrias creativas porque son una forma de emplearse y es allí cuándo pueden rescatarse tradiciones, artesanías, música y hasta la actividad rural.

Los jóvenes son protagonistas de la economía social y quienes pueden generar las nuevas alternativas para el mejoramiento de la economía, pero, debe de pensarse en el acciones en conjunto, en colectivo y a partir de ello visualizar la comunidad como el objetivo a reactivar.

En algún momento los jóvenes tienen que tomar las riendas del desarrollo, por eso es importante no perder de vista elementos asentados en la Legislación como eso de que todos los tienen derecho a un trabajo digno, pero lo señalan para aquellos que tienen entre 18 y 29 años y antes de los 18 la Ley General de Niños y Adolescentes, solo habla la ley e aquello que no pueden hacer, nunca apunta de si deben tener también un trabajo digno, situación que crea un gran hueco que se debe de atender, ya que hay un grupo de millones que están entre los 12 y los 17 que también trabajan.

Otros estudiosos de la juventud hacen ver que es necesario definir los pasos que se dan para lograr la emancipación o su autonomía, para que viva con sus propios recursos, decida que hará con su vida y tener las para volar por sí solo. En ese escenario, la oferta de empleo es indispensable, el primer trabajo es determinante porque deja dos grandes lecciones, comenzar a soñar con el futuro o lamentarse de su pasado y su presente.

Ahora bien, si las habilidades de los jóvenes estarán en la tecnología y sus capacidad pueden desarrollarse en ese campo, debe hacerse hincapié en la economía digital para ver como se pueden integrarse, incluso crear una política pública con el como y desarrollar las acciones que generen el que hacer, sobre todo ahora que los jóvenes tienen que verse con otros ojos ya que, a consecuencia de la pandemia su situación es más complicada en cuánto al empleo y pensar en que, cuándo lo obtengan sea dentro de la formalidad, dado que un alto porcentaje de ello está en la informalidad para reducir las brechas digitales.

En 2050 habrá el triple de la población adulta, de ahí que la generación de jóvenes que tiene el mundo en la actualidad debe hacer algo para construir escenarios de calidad en dónde se pueda vivir sin sufrir y con felicidad.

Los jóvenes dicen, tienen que se los protagonistas de su historia, por tanto, el apoyo hacia su causa es invertir en educación y capacitación, participación política y en el voluntariado.

Además, tienen que estar en la agenda de desarrollo e inversión social, que sean sujetos de derechos y actores estratégicos del desarrollo, sumarlos e incorporarlos con una perspectiva generacional y en lo posible asignar recursos a través de los presupuestos públicos y definir sus acciones para que se sienta su presencia en el desarrollo de los países.

Pueden abrirse espacio en las áreas prioritarias, para su inserción laboral, acceso a los servicios de salud integral, prevención de la violencia, y fomentar su participación

Hay datos que deben tenerse en cuenta siempre, el 17 por ciento de los nacimientos registrados fueron en jóvenes entre 15 y 29 años.

Las principales causas de defunción son agresiones con el 35 por ciento, lesiones auto infringidas el 18 por ciento y accidentes el 32 por ciento.

Hay investigaciones que muestran que, al interior de las familias, no es tan valorado el estudio como un detonante de la movilidad social. El 48 por ciento de ellos buscan migrar a los Estados Unidos

De cada 100 jóvenes de más de 15 años, dos son voluntarios en asociaciones no lucrativas, el 40 por ciento en religiones, 18 por ciento en servicios sociales, 12 por ciento en desarrollo de vivienda, nueve por ciento en salud el ocho en asociaciones gremiales y sindicales y menos del uno por ciento en investigación y cultura

Por el COVID-19, según la Organización Internacional del Trabajo, más del 16 por ciento de los jóvenes no trabaja desde el inicio de la pandemia y es la región de América la más afectada y aquellos jóvenes que han conservado su empleo hay disminuido en un 23 por ciento las horas laborales y desde luego la afectación es mayor para las mujeres.

Hay un triple impacto en los jóvenes ya que, además de destruir sus trabajos, impacta en su educación y su formación y lleva de obstáculos el camino de los que buscan entrar al mercado laboral o cambiar de actividad

En la mayor parte de los países, la apuestas a favor de los jóvenes son las instituciones y la empresas, pero, se requiere que haya una fusión entre ambas para otorgar mejores oportunidades a los ciudadanos que impulsarán al mundo en los años venideros.