Columnas

Los no votantes.

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza.

Los no votantes.

La no participación de los ciudadanos en las votaciones, como en todas las cosas, es un síntoma de que algo no funciona en el sistema político y prefieren replegarse para no avalar las pretensiones de los políticos.

En el caso de los partidos políticos y sus candidatos, para que a las personas les llame la atención la política, requieren de un alto grado de inclusión, mínimo saberse escuchados y tomados en cuenta, en el entendido de que, participar, según los teóricos equivale a desarrollar un mejor entendimiento de las necesidades de la comunidad.

Desde siempre una de las formas de ver cómo se da la participación ciudadana en las democracias, era a través de variables como la participación electoral, el activismo y la política de la protesta social.

El informe País sobre Calidad de la Ciudadanía, en el cual se cita a autores del fenómeno político, asienta que un alto porcentaje de abstencionismo lleva a consecuencias indeseables para las democracias y es un fenómeno que reduce la capacidad para legitimar al gobierno y facilitar su ejercicio del poder.

Además, cuándo menos participan en las elecciones, se reduce la posibilidad de que los ciudadanos puedan influir en las decisiones políticas.

Se precisa que después de la elección federal que dio origen a la alternancia en el Gobierno de la República, el año dos mil, todas las elecciones locales posteriores tuvieron más abstencionismo, incluso, la federal del 2003, fue estudiada de muchas maneras ya que, el abstencionismo llegó al 60 por ciento, se trató de una elección legislativa federal.

Esta última muy semejante a la que tendremos este dos de julio en Tamaulipas, porque se elige a los Diputados que sustituirán a los 36 que cumplen con su encargo el último día de septiembre venidero, por ello, al ser intermedia y ya no estar empatada con la de alcaldes, presagia una participación tan baja como la de aquel 2003 en el país.

Partir de la base que el voto es la forma elemental de participación política en la democracia, es también la más sencilla y la que menor costo implica, por ello resulta inexplicable que más de la mitad de los mexicanos se abstiene de votar.

A pesar de ello, la participación de los ciudadanos de México es mejor que en otras naciones en las que se habla de democracias consolidadas y las causas principales de la no votación, no cambian mucho, el descrédito del sistema político, la inadecuada forma de actuar de los partidos políticos, porque no son capaces de generar representatividad y confianza en los ciudadanos.

Esto ocurre de forma especial en los jóvenes, porque más del 52 por ciento de quienes tienen entre 18 y 29 años de edad no acude a las urnas, en el entendido de que, quienes apenas tienen su credencial de elector porque cumplieron los 18 van a las urnas para saber que se siente y después ya no lo hacen de nuevo.

Existe desde hace tiempo un elemento que los ciudadanos hacen suyo para no votar, la ineficacia política de las instituciones, aunque, a partir del 2018, se supone que las cosas cambiaron, porque el presidente de la República, Don Andrés López Obrador supo vender bien la esperanza a los mexicanos y a ello le apuestan los candidatos del partido del Gobierno Federales, pero, ellos en lo personal, todavía no convencen a nadie como para asegurar que aganarán las lecciones del dos de junio venidero.

La gran ventaja que tienen algunos partidos y sus candidatos, es que, según los investigadores, en México el voto se ejerce más a partir de la responsabilidad cívica que tienen los ciudadanos y no tanto con la finalidad de conseguir algo para las comunidades, aunque, en los últimos años se ha pervertido y hay ciudadanos que lo usan para obtener cosas personales, entre ellas dinero el día de la votación, entregándolo al mejor postor.

Se percibe confianza en las autoridades electorales para las votaciones, hay mayor conocimiento de los ciudadanos sobre la importancia de que, en las casillas electorales estén sus vecinos y conocidos, quienes cuentan los votos y entregan las actas a los Consejos Distritales y Municipales, pero, se advierte la resistencia de los electores para ir a las urnas el día de las votaciones, porque nadie logró convencerles de que lo hagan.

Ante ello, es relevante tomar en cuenta que los días que les quedan a las campañas proselitistas de los candidatos a las 22 diputaciones de mayoría y aquello que puedan hacer quienes forman los listados plurinominales, logren jalar la atención de los votantes, para brincar la línea del 40 por ciento que hasta ahora domina el escenario electoral de Tamaulipas.

Recién estuvieron las dirigentes nacionales de dos partidos políticos, Claudia Ruiz Salinas del PRI y Yeidckol Polevnsky de Regeneración nacional, para impulsar las campañas de sus candidatos y en las regiones a las que acudieron, se supone que llamaron la atención de los ciudadanos, pero, hasta ahora nadie puede decir que influyeron en el convencimiento de ciudadanos para que vayan a votar.

A lo mejor falta que vengan los dirigentes nacionales del resto de los partidos políticos, para que los electores volteen a ver el proceso de elección local mediante el cual se cambiará a los diputados del Congreso del Estado, sin embargo, ni anuncios hay de que otros líderes nacionales de partidos parezcan por estas tierras.

En base a la Encuesta Nacional sobre la Calidad de la Ciudadanía del 2013, el perfil del votante en México indica que, por género votan más las mujeres que los hombres, una relación del 66 y el 57 por ciento de manera respectiva y es relevante porque hay una diferencia casi de 10 puntos.

Por la edad, quienes más participan en las elecciones son las personas de 60 a 69 años, con un 74 por ciento, por ingresos, los que ganan más de dos salarios, al representar el 30 por ciento y por escolaridad, los ciudadanos que tienen hasta secundaria completa que son casi el 24 por ciento y por región del país, es la gente del centro la que más acude a las urnas, porque aportó la tercera parte de los votantes en la elección federal del 2012.

Trabajar al elector tiene su gran chiste y pensar que ya lo hicieron y que saldrán exitosos, representa un gran riesgo, ya que, el tipo de elección que hay en Tamaulipas, legislativa, aumenta ese riesgo, porque la gente no cree en los Diputados ni en el Congreso del Estado.

Cuidado cuando los colaboradores hablan de que van bien o que, los datos de las redes sociales y de las encuestas señalan lo mismo, porque las cosas pueden ser diferentes.

Cuando alguien grita que lleva delantera y que ganará las elecciones, corre el peligro de despertar a los no votantes y echárselos encima.