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Mala pose del Senador Fifí

Tribuna

Mala pose del Senador Fifí

Por Javier TERRAZAS

Vaya, vaya, vaya, ahora resulta que al Senador Fifí de origen tricolor y vestido de MORENO, Américo Villarreal Anaya, quiere sorprender a propios y extraños con poses que no le quedan.

Con una actitud más electorera que realista, se pone a cuestionar al Gobierno de Tamaulipas, por recurrir a un crédito y no ceñirse a las migajas del burocratismo federal.

Creo que desde que los voto del Peje le dieron la Senaduría, no ha tenido una acción positiva en pro de la comunidad tamaulipeca.

Y ahora, en plena pandemia del Coronavirus, quiere aparecer como el “salvador de los tamaulipecos” a puro “salivazo”.

Se le olvida que para poder actuar y operar con acciones reales en contra del Coronavirus y su expansión se requieren recursos suficientes

No solo para mejorar la infraestructura hospitalaria, el equipamiento, el suministro de medicamentos, la capacitación al personal médico y paramédico, así como todas las disposiciones sanitarias.

Y como el avance de la pandemia no acepta burocratismos, los recursos deben salir de donde estén disponibles, es decir, de las arcas estatales, porque las federales, simplemente no fluyen.

Hay que recordarle al galeno especialista en Cardiología que los centros de Salud, los Hospitales y las instituciones de salud en las que un día cobró como Directivo y hasta Subsecretario, requieren de presupuesto para operar.

No es través de amuletos ni buenas intenciones como están en marcha.

Extraña pues la postura del Senador Moreno, de rechazo a la provisión de recursos por parte del Congreso del Estado para el Ejecutivo Estatal disponga de los dineros para atender la contingencia.

Y emite un exhorto al Gobierno de Tamaulipas a dejar el “modelo neoliberal y evitar la deuda pública”

Lamenta que los diputados del PAN y una del PMC le hayan dado el aval al Gobernador para el crédito de 4 mil 600 millones de pesos

Lo considera, un acto de incongruencia y oportunismo político ante las condiciones de crisis sanitaria, buscando sacar provecho a costa de las finanzas y el bienestar de todos los tamaulipecos.

Sin embargo, no dice el Senador MORENO, de dónde saldrían los recursos para que Tamaulipas enfrente la contingencia, a pesar de que en múltiples ocasiones se le han demandado los recursos y acciones.

Cita que el Gobierno de México ha otorgado a Tamaulipas aportaciones mensuales por el orden de los 230 millones de pesos para salud durante enero, febrero y marzo, y 734 millones de pesos para enfrentar la pandemia del COVID19.

Pero no especifica dónde están, de tal forma que es una pose electorera que pretende capitalizar en su interés de figurar como aspirante a la candidatura a gobernador por su partido.

Lo que sorprende es que Américo Villarreal Anaya, haya permanecido por décadas muy calladito disfrutando de las miles de los presupuestos “neoliberales” y sus aplicaciones.

Y que sea hasta ahora en que se disfraza de MORENO, cuando se percata de que las cosas no deben ser de la forma en que s han gastado los recursos por más de 50 años.

Quizás sea cuestionable la forma acelerada en que el Congreso del Estado, donde el PAN tiene mayoría y el Diputado plurinominal Gerardo Peña Flores, no cuida lo políticamente correcto, pero no el objetivo.

No dotar al sector salud de Tamaulipas de los recursos suficientes para la contingencia y dejar de apoyar a los sectores productivos en esta circunstancia, exigen de los recursos extraordinarios.

Quizás sea ésta la ocasión es que las causas de un empréstito están mejor justificadas que en el pasado.

Lo importante será por tanto, cuidar la correcta aplicación de los fondos. No la oposición a que estos lleguen y estén disponibles a tiempo para superar las exigencias y efectos de la pandemia.

Oponerse, es como pedirle al cardiólogo que haga una cirugía de emergencia de corazón abierto, sin anestesia, sin unidades de sangre, sin instrumental y sin quirófano, sin personal de apoyo.

Pretender colgarse de políticas públicas omisas en un sector fundamental y prioritario, que debe funcionar al 100%, no solo es riesgoso, sino peligroso.

Defender lo indefendible, le puede llevar al precipicio.