Columnas

Matrimonio de seis años

Los habitantes de Tamaulipas, estamos a 5 días de elegir a quien nos gobernará durante los próximos seis años.

Por lo tanto, es una decisión de gran importancia no solo para el futuro de la entidad, sino para el futuro de los municipios, de las familias, de las personas. Su futuro, mi futuro.

Luego de varias décadas de gobiernos emanados del Partido Revolucionario Institucional, hace seis años por hartazgo, se votó en forma masiva por otra alternativo.

Se le dio el voto de confianza al entonces opositor Partido Acción Nacional, que postuló a Francisco García Cabeza de Vaca.

Se dio por vez primera la alternancia en el poder a nivel estatal, creándose grandes expectativas para su gobierno, en donde se había ofertado cero corrupción,  respeto a las burocracias, infraestructura para el desarrollo, abatimiento de la pobreza, más y mejor empleo, cero impunidad, justicia justa y recuperar la seguridad.

Los resultados, pésimos, malos, mediocres, regulares, medianos, buenos o muy buenos, según el cristal con que se miren, están a la vista.

La realidad es ineludible. Las bajas calificaciones que obtiene el actual gobierno en la mayoría de las mediciones de INEGI, Organismos Especializados, Firmas Encuestadoras y las opiniones de académicos, líderes empresariales y de sectores, tienen coincidencias.

No respondió a las expectativas generadas en el electorado y repitió muchos de los errores cuestionados por él en otras administraciones del PRI, por cierto ahora socios de su partido el PAN, en la extraña Alianza «Va por Tamaulipas», con fines de retener el poder.

La alternancia política en Tamaulipas salió vana, como una nuez grande y brillante, que a la hora de abrirla no trae nada o casi nada.

«Los Vientos de Cambio», solo soplaron hacia Soto la Marina, Reynosa y Mc Allen. Muy poco para otras regiones de la entidad.

Por ello, en estos días de fin de campaña y los tres días de reflexión sobre la orientación que podamos dar al voto de manera libre e individual, hay que echar una mirada al pasado reciente.

No solo es mirar a los candidatos de los partidos que están en la contienda electoral y que aparecerán en la boleta el próximo 5 de junio.

Hay que evaluar y calificar el tipo de gobierno que nos ofrecieron y nos ofrecen .

También hay que meter en esa balanza a los gobiernos de Morena, sea a nivel federal o municipal. Cómo nos están gobernando, como nos tratan y que tanto responden a las expectativas planteadas.

Hay que recordar que Morena gobierna a nivel federal con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Como ha sido su gobierno en términos generales. Cómo están los programas de sus políticas públicas, como está el peso, como están los salarios, como está el empleo, tenemos estabilidad.

Le quedan dos años de gobierno a López Obrador y puede haber continuidad de Morena otros seis años con alguien diferente de su propio equipo o bien tendremos alternancia y viraje a la derecha o centro.

Tamaulipas tiene 7 de los ocho municipios grandes gobernados por Morena: Nuevo Laredo, Reynosa, Río Bravo y Matamoros en la frontera;  Victoria en el centro; Altamira y Madero en el sur. Solo Tampico es panista.

Ahí se encuentra cerca del 80 por ciento de los electores.

En la pasada elección municipal, Nuevo Laredo, Reynosa, Victoria y Altamira votaron por la alternancia. Dieron el viraje del PAN hacia Morena.

Matamoros y Madero votaron la reelección con alcaldes morenistas.

Tampico votó reelección con alcalde panista.

Ese es el escenario actual de las estructuras del poder federal, estatal y municipal, que tienen influencia en la elección del próximo domingo.

El voto tiene que ser valorado en ese contexto.

¿Qué queremos para los próximos seis años en Tamaulipas?

Un gobierno Moreno a nivel estatal, del mismo color que el Gobierno Federal y de los Municipios con mayor población en Tamaulipas.

O un gobierno Azul con matices de rojo y amarillo, que siga haciendo contrapeso al gobierno federal y sea un vigilante drástico con los gobiernos municipales de Morena en la entidad.

Pero sobre todo, que quiere usted para usted mismo, para su familia, para su barrio, para su sector, para ciudad, para su municipio, para su estado.

Votar con visión de largo plazo es quizá lo mejor en esta circunstancia.

Las campañas son como el noviazgo. Muchos abrazos, besos, idas al cine, al restaurante, a pasear, a viajar, a divertirse.

El gobierno, es el matrimonio, es la realidad.

Por ello hay que escoger bien, al mejor. O al menos peor. Será un matrimonio de seis años.

Votemos con  visión de futuro.

Pero votemos.

Buen martes para usted y sus apreciable familia.