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MONREAL Y EL PAN, LOS GRANDES PERDEDORES

POSDATA

GASTÓN ESPINOSA GLZ.

MONREAL Y EL PAN, LOS GRANDES PERDEDORES

Las imposiciones que se dieron en las candidaturas provocaron el desastre en las urnas.

Cito un ejemplo: En Hidalgo, las candidaturas fueron repartidas por el grupo de Gerardo Sosa Castelán, presidente del Patronato de la Universidad Autónoma de Hidalgo (UAEH), que en agosto del presente año fue detenido tras ser acusado por la Unidad de Inteligencia Financiera, de lavado de dinero, peculado y defraudación fiscal.

Sus candidatos no contribuyeron a la unidad del partido, jamás hicieron por sumar a los militantes sumado a su cercanía con el defenestrado rector terminaron por declararlos “apestados”.

En Coahuila, estado que pertenece a la segunda circunscripción (en la que se incluye a Tamaulipas) -y cuyo responsable es el Senador Ricardo Monreal- las candidaturas se repartieron para los amigos y parientes, lo que provocó la inconformidad de los morenistas, que prefirieron ayudar a perder la elección.

Monreal de entrada, es uno de los grandes perdedores de la contienda celebrada ayer en esos dos estados, y seguramente no quedará bien parado ante los mandos del partido y del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien cada día se desmarca más de Morena.

Sumergido en una crisis interna, Morena no cuenta ni con secretario de Finanzas, lo que ha provocado que las deudas se acumulen en sus comités, en donde se debe renta, agua, luz, teléfono y sueldos.

La imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador no causó el efecto abrumador que se esperaba como ocurrió en el 2018, lo que tiene preocupado a los morenistas de cara a las elecciones que tendrán en el 2021 en donde se renovarán 15 gubernaturas, 30 congresos locales, además de que se renovará el Congreso de la Unión.

Por lo pronto, los resultados de ayer le inyectaron ánimos a la dirigencia nacional del PRI que dirige Alejandro Moreno, al proclamarse como el gran vencedor de la jornada electoral, y dejó preocupado al panismo nacional al ser ignorado por la ciudadanía, aunque persiste la queja de que también se ignoró a la militancia a la hora de elegir candidatos.

En el caso de Tamaulipas se renovarán alcaldías, diputaciones locales y federales. Las huestes de Ricardo Monreal trabajan ya en la selección de posibles candidatos para enfrentar el proceso electoral del 2021, pero desafortunadamente al igual que los casos de Hidalgo y Coahuila, se pretende imponer a figuras de poco peso electoral, controvertidas, con un pasado priista y sin mérito alguno para ser candidatos.

A nivel local algunos mandos morenistas no tardaron en publicar en sus redes sociales su molestia con el presidente AMLO por permitir que en su partido imponga candidatos ajenos al partido, cuya práctica corrupta es rechazada por el pueblo y denunciaron que dos expriistas como es el caso de Javier Villarreal Terán y Rigoberto Rodríguez Rangel, promovieron una encuesta en la que se presentaron como opciones para el partido Morena, descartando por conveniencia los nombres de Jorge Salomón y Pedro Castillo Ríos, auténticos militantes de Morena.

El PAN en Tamaulipas debe poner sus barbas a remojar con lo ocurrido a Morena derivado de la imposición de candidatos porque ya han comenzado a ser públicas las molestias de verdaderos militantes que no están para nada contentas con el hecho de ser desplazados por nuevos cuadros, ya que podría provocar divisionismo y el desastre en las urnas.

Hay casos palpables en Gómez Farías, González, Matamoros, ciudad Victoria y Tampico, por citar algunos, en los que la militancia rechaza que se impongan candidatos sin arraigo y méritos, porque puede conducir a la derrota.

La lección que recibió Morena tiene un gran mensaje para Acción Nacional. Lejos de saludar con sombrero ajeno como lo hizo el diputado local panista Arturo Soto, debe poner las barbas a remojar. De continuar con prácticas autoritarias, de seguir imponiendo candidatos a capricho, podría sufrir un serio revés el próximo año.

PD: Morena tiene un escenario complicado en el 2021. El presidente parece poco interesado en su partido, con la imagen desgastada de AMLO y cero recursos para afrontar la contienda. No hay dinero y sus candidatos van con la esperanza de que les paguen de cabo a rabo la campaña o de que ocurra un milagro.

EL CACIQUE Y EL VERDUGO

En su escritorio había una lista de más de cien empleados del IMSS Tamaulipas, todos sindicalizados.

Uno a uno los fue “ejecutando”.

Uno a uno les fue inventando quejas, demandas, acusaciones.

Todos quedaron sancionados, castigados, vetados e indefensos ante la parte patronal. Sus casos siguen en el limbo.

Muchos han tenido que buscar otros ingresos tras ser suspendidos o dados de baja ante la falta de ingresos. Otros han caído en severa depresión.

Alguien que no se tienta el corazón para dañar a cientos de familias de esa manera no merece un espacio en la función pública; alguien que orquesta, ordena o mandado una “ejecución” de esa naturaleza no tiene espacio en el ejercicio público.

Los verdugos de Pedro Luis Ramírez, el líder sindical del IMSS – “haiga sido como haiga sido” su elección- no deben ni por asomo pretender aparecer en ningún partido político. La mano ejecutora del dictador que manda en el sindicato del Seguro Social en Tamaulipas, pretende enquistarse en algunos proyectos políticos para seguir medrando y haciendo de las suyas.

Su presencia asusta…su esencia es para repudiar.

Será muy difícil que esa persona pueda cesar su sed de venganza y de injusticia.

Impresentables socialmente los dos; el cacique y el verdugo.