Columnas

Nada de lo que se vislumbraba ocurrió.

EN CONCRETO

Por: Blanca Leticia Guerra

Nada de lo que se vislumbraba ocurrió.

En las nacionales, ahora con el primer debate presidencial de este 2024, la cosa estuvo extraña, pues a decir de esta espectadora, no hubo como tal uno una ganadora, y en estos casos ¿sirve de algo un debate?

Durante dos horas él y las candidatas se enfocaron en evidenciar los escándalos del otro, intercambiar argumentos y medio hablar sobre sus propuestas con respecto a los temas de salud, educación, corrupción y violencia contra las mujeres.

Lo que sí estuvo claro, fue a qué iba cada una, y es que Xóchitl atacó con todo lo que pudo a Sheinbaum, quien a pesar de que aparentemente llevaba su tarea hecha y además trató de evadir las provocaciones, finalmente cedió.

Por su parte, Máynez, quien por ir muy, pero muy abajo en la encuesta, casi no fue tomado en cuenta, se dedicó a sí, proponer, a medio atacar, pero eso sí, la sonrisa nunca la perdió, un tanto nerviosa, quizá al ver la “golpiza” que se propinaban las señoras mientras él estaba en el centro.

Algo evidente es que nada de lo que se vislumbraba ocurrió: Gálvez no perdió de una manera vergonzoso, Claudia no ganó abrumadoramente y Máynez sí figuró, poquito, pero figuró.

Nada sorprendente. Creo que México, dadas las condiciones en las que se encuentra a pesar del trabajo realizado por López Obrador, merece candidatos más aguerridos, más decididos a ir por y para el pueblo…

Ya veremos los resultados reales del debate en las encuestas…

En Tamaulipas se está en última semana antes de que empiecen las campañas para las presidencias municipales y en Reynosa la cosa se sigue viendo compleja.

Lo que parecía una batalla ganada, hoy no se ve tan seguro.

Lo que sorprende es la actitud de MORENA, que lejos de mostrar apoyo a quien ellos mismos nombraron su representante, hoy parecen empeñados en destituirlo y en lugar de darle el espacio para que se manifieste, están buscando quién sería el suplente, en caso de que el sistema no le permitiera a Carlos Peña Ortiz arreglar su situación.

Evidentemente los primeros que levantaron la mano fueron los que estuvieron en la contienda con Carlos para representar la coalición, que son Marco Gallegos, Magaly Deandar, Humberto Prieto y Armando Zertuche, quienes han estado cazando la oportunidad para ver si se les hace. Cada uno a su lucha, pues.

Sin embargo, hasta ahora nada se ha dicho. Peña Ortiz ha presentado la documentación necesaria ante el IETAM y el INE para que se le restablezcan sus derechos, pero nomás nada.

Alejandro Sosa Durán, director ejecutivo del Registro Federal de Electores (REF), ha confirmado que efectivamente, Carlos está temporalmente impedido para participar en las próximas elecciones, sin embargo, dijo también que existen mecanismos legales a disposición del político para apelar la suspensión de sus derechos.

Así que como le dije, todavía queda una semana y la moneda sigue en el aire.

Mientras tanto la ciudad no para y quede quien quede el trabajo del otro lado todavía no termina, de modo que vemos a un Reynosa que continúa con los trabajos de bacheo, salud, familiares, culturales…

Durante la semana pasada el Instituto Reynosense para la Cultura y las artes sigue invitando a la ciudadanía a formar parte de su alumnado, destacando las clases de ajedrez con el maestro Raymundo Servín, de escultura con Pedro David Rodríguez, y violín, con Sabine Olmedo.

Estas clases, como muchas otras que ofrece el instituto, son impartidas ya sea en la calle Mina número 1017, en sede Longoria, o en la avenida Loma Dorada sin número en la sede Jarachina.

Para más información, puede comunicarse al teléfono (899) 925-5358 en horario de 9:00 a. m. a 5:00 p. m., de lunes a viernes.

Ahí tiene una opción más para sus hijos, o bien, si a usted le queda un ratito libre, también tienen clases para adultos.

Ya para finalizar y fuera de la política, hoy escribo yo sobre mi padre, como en todos mis cumpleaños él escribía sobre mí, para felicitarme y es que hoy 8 de abril papá estría cumpliendo sus 69.

En sus últimos años nos volvimos amigos. Nos apoyamos en todo lo que nos convocamos, siempre firmes. No era raro encontrarnos en mi departamento de la Ciudad de México discutiendo, casi siempre muy exaltados porque el temperamento se lo heredé, sobre los temas más ordinarios, pero que para nosotros eran importantes.

Cada vez que podía nos recordaba “a mí ya no me queda mucho tiempo”, como si de una sentencia se tratara. Sentencia que se cumplió el 20 de octubre del año pasado.

Le recuerdo con amor.