Columnas

Nuestro Socavón

Tribuna

Por Javier Terrazas

Nuestro Socavón

La naturaleza está herida porque el humano no ha sabido generar los equilibrios en los ecosistemas.

Y los efectos de la contaminación de varias décadas, cada vez más severa y la destrucción de los bosques y selvas,  se traduce en el cambio climático.

Los efectos son más perceptibles y se manifiestan en el deshielo de los polos, el incremento de las temperaturas, ciclones más intensos y estertores de la tierra en forma de sismos o maremotos.

Los terremotos han sacudido con fuerza a varias regiones del mundo. Todos los continentes han sido tocados y América no ha sido la excepción.

Lamentablemente a México le han cimbrado con fuerza. Uno de gran magnitud el 19 de septiembre de 1985. Otros los días 7 y 19 de septiembre de éste año.

Igualmente, los huracanes golpean con más fuerza a nuestro territorio. La zona sur en la península de Yucatán, en el Istmo de Tehuantepec,  en la Península de Baja California y en el Golfo de México.

Tamaulipas ha corrido con suerte este año, pues los ciclones que llegaban en septiembre, éste año han enfilado más al norte y golpeado a Houston y Florida, en tanto que otros han caído a Veracruz.

Sin embargo, no hemos estado exentos de los efectos del cambio climático. Las trombas y tornados han golpeado algunas regiones y municipios; así como la acentuación de la sequía.

Tampico, Madero y Altamira recibieron  una lluvia atípica en octubre pasado, causando inundaciones severas y cuantiosos daños.

Este año, una tromba tornado, afectó a Nuevo Laredo, en particular a la zona de la Aduana del Puente Libre Comercio, el de mayor flujo comercial para importaciones y exportaciones entre México y Estados Unidos, pues  por ahí cruzan la tercera parte de las mercancías.

Ayer, de nueva cuenta un tromba con 10 pulgadas de agua en 12 horas sorprendió a Sabinas Coahuila y  desbordaron ríos y arroyos inundando una tramo de la carretera Monterrey-Nuevo Laredo, obligando al cierre por unas diez horas.

En el cuerpo izquierdo de la autopista se produjo un socavón que obligó al cierre del mismo. Cuando el agua cedió un poco, después de las 3 de la tarde se empezó a abrir la circulación a trailers por el cuerpo derecho en ambas direcciones.

Sin embargo, el flujo fue lento ocasionando largas filas de trailers con mercancías que llevaban destino y horario, por lo que se traduce en perdidas.

Ese tramo de carretera en el punto denominado La Gloria, registra con frecuencia gran deterioro. De hecho está en proceso de rehabilitación con recursos especiales.

El intenso tráfico y ser una zona vulnerable a inundaciones y ahora a socavones,  evidencia que se requiere de otra infraestructura en ese tramo de gran dinámica.

La naturaleza nos está cobrando la factura del deterioro que le hemos generado por décadas.

Y nos está afectando en puntos estratégicos que lesionan la economía nacional.

La Ciudad de México, capital industrial pero el mayor punto de contaminación. Chiapas, una de las principales fuentes de energía eléctrica, Oaxaca uno de los pulmones del país por su vegetación y energías  verdes; Nuevo Laredo, la capital de las exportaciones.

Un reclamo de la naturaleza por la destrucción de los ecosistemas.

Y un tema para pensar en la madre tierra y vernos como parte de ella, de tal forma que debemos pasar de depredadores a predadores.

No bastará nuestra gran solidaridad a las desgracias derivadas de los estertores de la naturaleza.

Nuestro problema mayúsculo, es el socavón que tenemos en nuestra conciencia y no cuidamos el ecosistema del que somos parte.

Hay que frenar el cambio climático, antes de que seamos sus víctimas.