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Orlegi se Fue sin Decir Adiós; ni Las Llaves del Tamaulipas Entregó al Sindicato Petrolero

*Hasta en los mejores empresarios pasa, se olvidan de la cortesía y la palabra empeñada.

Juan Gallegos

Cómo verdaderos bandidos y sin respetar lo que legalmente establecieron con el sindicato petrolero para la operación del estadio Tamaulipas, el grupo Orlegi Sports se fue sin decir adiós o por lo menos un hasta pronto, pues los dueños del inmueble enclavado en la unidad nacional así lo advierten.

No sabemos mucho de cuestiones administrativas o legaloides en este tema de contratos, arrendamientos y esas cosas, que por lo regular pacta un inquilino cuando decide alquilar un inmueble, pero lo que sí es verdad es que al menos la parte interesada en rentar o adquirir un bien, por lo menos, debe dejar todo en regla con quién decidió hacer un contrato.

Esto viene a colación ya que se van a cumplir quince días de que el equipo Tampico-Madero, o más bien los directivos, decídieron dejar la plaza en la que estuvieron desde el 2016.

Luego de dar a conocer la decisión de que migrarían a La Paz, Baja California Sur, donde jugarán con el mote del atlético La Paz, los directivos comenzaron a sacar todos sus activos del Estadio.

Es decir cargaron, como vulgarmente se dice, hasta con el perico, pero se les olvidó una «insignificante» cosa, dar las gracias y entregar las llaves del inmueble a los dueños.

El grupo Orlegi, actualmente es dueño de los equipos de fútbol Santos Laguna y Atlas de Guadalajara, que juegan en el máximo circuito. Son empresarios y seguramente conocen el comportamiento ejecutivo y la manera de comportarse con quiénes hacen negocio.

Pero, sencillamente esta parte decidieron hacerla a un lado y conducirse pésimamente con el sindicato petrolero.

Tras la partida de Orlegi, inmediatamente otros proyectos encendieron sus luces de avance e interés de llegar a la zona sur.

Se sabe que por lo menos existen dos proyectos en puerta para esta región en el tema del balompié, uno de ellos muy avanzado, pues se trata de que esta plaza futbolera no quede en el olvido.

Sería una franquicia que llegará al Tamaulipas para jugar en la segunda división con derecho al ascenso a la liga de expansión o primera A, como antes se le conocía.

Sólo que existe un pero, los irresponsables empresarios de la frontera deben de terminar de una vez por todas con toda relación comercial e inmobiliaria con los petroleros.

Alejandro Irarragori Gutiérrez debió ser más atento al apoyo que se le brindó en la zona sur y dejar todas las cosas en orden, o como se dice «dejar la puerta abierta» en caso de regresar ( o mejor dicho volver porqué lo caido, caido como decía mi abuelo) para hacer negocios nuevamente.

Además del interés por seguir en esta plaza, grupo Orlegi y Alejandro Irarragori perdieron lo más importante que debe tener siempre un grupo empresarial, la cortesía y atención. Simplemente se fueron por la puerta de atrás.

Lo cierto es que en estos momentos el sindicato petrolero no puede avanzar en las negociaciones con la nueva franquicia hasta que no se libere totalmente el estadio Tamaulipas, es decir que ya no huela más a los Irarragori.

Los interesados en seguir apostándole al futbol profesional, al parecer, son empresarios de la región sur, quiénes solo esperan luz verde para cerrar el trato con los dueños del Tamaulipas.

Bien valdría la pena que el Gobierno del Estado intervenga y facilite las cosas a los nuevos empresarios que sólo buscan que el ánimo del fútbol continué por más años en esta región.

Irarragori y compañía, no sean gachos, pasen a las oficinas de los petroleros por su palabra empeñada, dejen las llaves del inmueble, y retirense de la manera adecuada y sin vergüenza… claro sí la conocen.