Columnas

«PALIATIVOS A LA MIGRACIÓN A TRAVÉS DE VISAS»

OPINION ECONOMICA

«PALIATIVOS A LA MIGRACIÓN A TRAVÉS DE VISAS»

Dr. Jorge A. Lera Mejía

Abordar al fenómeno de los éxodos migratorios, tanto nacionales como de extranjeros a través de nuestro territorio nacional, es repasar una historia de tristes realidades donde lo mismo encontramos secuestros, tráfico y trata de migrantes, desaparecidos, como violencia expuesta por accidentes lamentables como maltrato de autoridades como criminales.

Una faceta de más triste impacto, nos hace reflexionar cuando presenciamos cada vez más contingentes migratorios de menores, tanto acompañados como no acompañados. En este rubro nos enfrentamos con narrativas cada vez más obscuras y espeluznantes.

No se diga cuando los migrantes son desaparecidos sea para reclutarse como sicarios o halcones, peor para ser una estadística de tráfico de órganos.

Estas narrativas son más impactantes, cuando leemos historias como la de los 72 migrantes asesinados en San Fernando, en el año 2010.

La llamada masacre de Tamaulipas, fue un crimen cometido por el grupo de Los Zetas entre el 22 y 23 de agosto de 2010, en el ejido de El Huizachal del municipio de San Fernando. Los 72 ejecutados, 58 hombres y 14 mujeres, fueron en su mayoría inmigrantes provenientes de Centro y Sudamérica, asesinados por la espalda, para posteriormente ser apilados y puestos a la intemperie. Las primeras investigaciones señalan que fueron asesinados porque luego de ser secuestrados, no pagaron el dinero que les exigían para dejarlos libres y también se negaron a formar parte del grupo criminal.

Para el 8 de octubre de 2010, se habían reconocido 50 de los 72 cuerpos, 21 hondureños, 14 salvadoreños, 10 guatemaltecos, un ecuatoriano y 4 brasileños.

Otro triste episodio, ocurrido el 27 marzo de este año, se refiere al incendio donde murieron 40 migrantes, principalmente de América Central y del Sur que estaban recluidos en el centro. El hecho causó indignación y generó dudas sobre el manejo del trato a los migrantes por parte de las autoridades mexicanas del Instituto Nacional de Migración.

Estos hechos lamentables de violencia y mal trato, se ve expuesto más en estos años recientes, que los éxodos migratorios no disminuyen, al contrario se multiplican al pasar desde 500 mil emigrantes por México hace poco más de 8 años, a los actuales registros promedio desde 2 a 3 millones de personas por año, mismos que se ven forzados a esperar en la frontera norte del país, desde Tijuana hasta Matamoros, con los peligros que ello deriva.

PAILATIVOS DE SOLUCIÓN:

Abordar el problema de la inmigración en América del Norte requiere esfuerzos de colaboración entre México, Estados Unidos, Canadá y otros países de la región.  También deberían participar organizaciones regionales, instituciones

académicas y agencias internacionales.

Juntos, estos actores pueden abordar las causas profundas de la migración, incluida la pobreza, la violencia y el cambio climático. Además, el impacto económico potencial de la Inteligencia Artificial en los países menos

desarrollados, que puede resultar en la pérdida generalizada de empleos, debe abordarse en el Tratado para garantizar el desarrollo sostenible.

Al reconocer la necesidad de un Tratado de Movilidad, Derechos Humanos y Desarrollo Económico de América del Norte integral, se puede trabajar para resolver el problema de la  inmigración de una manera que respete los principios de justicia, derechos humanos y sostenibilidad a largo plazo.

Es una realidad que la crisis migratoria se agravó con la entrada del Título 8, con ciudades fronterizas que se ven rebasadas por miles de migrantes que están a la deriva, tanto de origen mexicano, como del tradicional traslado de migrantes del Triángulo Norte de Centroamérica, Cuba, Haití, y recientemente venezolanos y del resto de Sudamérica.

Esta problemática invita abordar la actual oleada de migración irregular y buscar caminos hacia la regularización de

la migración de acuerdo al mercado laboral de EEUU y del Canadá, dentro del marco del TMEC, por lo que una opción viable es que los Gobiernos de México, EEUU y Canadá puedan negociar y ponerse de acuerdo para apoyar una mayor expedición de visas temporales de empleo a migrantes mexicanos y extranjeros que cumplan con los requisitos para trabajar en Estados Unidos.

Los paliativos propuestos, encaran la dinámica migratoria actual, por

ser México un país de “origen, tránsito, retorno y últimamente destino”, y se enmarcan en las recomendaciones del Pacto Mundial Marrakech de 2018, por la Organización de las Naciones  Unidas (ONU, 2018), que buscan aminorar la migración indocumentada e ilegal a través de una “migración segura, ordenada y regular”.

Las actuales Visas H-2A y H-2B pueden ser revisadas y contemplar una alternativa posible para ser ampliadas desde los actuales periodos, desde 6 meses hacia periodos más largos  dentro del rango de 4 a 6 años.

Una opción que se puede tomar en cuenta, es proponer un programa intensivo de capacitación y adiestramiento laboral, para convertir labores esenciales para el mercado de trabajo norteamericano, una acción atractiva para los empleadores, donde se incluya la certificación de capacidades laborales y el dominio del idioma inglés, donde se pudiera convenir con instituciones educativas como el CONALEP mexicano y Universidades México Americanas con reconocimiento binacional, además de buscar la comunicación y apoyo de empresas de EEUU que requieran de estos servicios para

apoyar los migrantes en todo este proceso bajo acompañamiento y tutorías corresponsables.

En síntesis, se buscaría adaptar la oferta laboral de los migrantes con la demanda regular..