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PAN, batalla para agarrar moscas

Opinión pública

PAN, batalla para agarrar moscas

Por Felipe Martínez Chávez

Cd. Victoria, Tamaulipas.- Qué lejos está aquel julio del 2016 cuando, por un milagro –y una ayudadita desde Palacio de Gobierno-, el PAN se convirtió en el partido “de moda”.

Habían ganado la gubernatura y virtualmente, afiliarse, era requisito para conservar la chamba en el aparato estatal.

Los tiempos cambiaron. Los azules lucharán ahora por conservar su registro. Ya ni las moscas se les paran.

Quieren el mínimo de afiliados. En lo electoral, en  última instancia postulan a simpatizantes ajenos (la mayor parte priistas como lo hicieron en el 2022).

Ahora mismo en Tamaulipas enlistan 8,380 activos, o menos porque muchos se fueron en busca de nuevos horizontes a los establos guindas, donde tampoco tienen las puertas abiertas.

Es un  hecho que, para el refrendo (verificación) de 2023, estará batallando para conseguir gente. Como es la costumbre de la casa, el mejor método es pagar por afiliarse.

De los siete partidos nacionales con registro, es el que menos militancia tiene: 252 mil, mucho menos que los 1.2 millones del PRD y 2.0 millones de su otro socio, el PRI.

Entre paréntesis, no deja de ser una gran pena que, si el padrón ciudadano nacional es de aproximadamente cien millones, solo seis millones estén afiliados a un partido ¿falta de confianza en las organizaciones?.

Igual en territorio estatal. Las siglas panistas han dejado de generar interés. No lo tendrán en por lo menos este y el siguiente sexenio. Su arribo a Palacio fue efímero por la corrupción y abusos de su gobierno en que cayeron.

Hace seis años nadie pensaba que, de 400 mil afiliados de que presumía en esta tierra cueruda, el PRI se quedaría con 60 mil (al 2022). Los convenencieros y buscachambas perdieron el miedo a ser expulsados. El partido dejó de ser agencia de colocaciones.

Así con el PAN, los pocos militantes le han perdido el miedo a sus dirigentes. Ni voltearon a ver a su “Cachorro” Cantú cuando, a finales de diciembre, amenazó con expulsar a las diputadas que votaron en contra de la posición de su bancada.

Sería como hacerse el harakiri. Don Cacharro espantó una vez. Fue cuando anunció a los cuatro vientos la expulsión de 95 militantes “por alta traición”  a las siglas, incluyendo a la matriarca de Reynosa, Maki Ortiz Domínguez.

Ella impugnó con el alegato de que no fue expulsión sino renuncia ¿para qué seguir en el partido que la reprimió y estuvo a punto de encarcelarla?.

Mismo caso de la amenaza contra las diputadas Linda Mireya González Zúñiga, Sandra Luz García Guajardo y Nora Gómez González ¿qué ganan con estar en el partido? Ni se inmutaron por el asunto. Si renuncian o las renuncian, no podrán despojarlas del escaño que ganaron o les regalaron en la 65 legislatura.

Lo más seguro es que, ya sin partido, o aun en el Registro Nacional de Militantes, se declaren libres en las siguientes semanas. No tienen nada que perder, solo las cuotas que pagan.

En julio del 2021, dentro de “los 95”, 31 eran de Nuevo Laredo, de Madero 23 y así en los municipios más poblados. Ninguno ha solicitado su reingreso. No lo necesitan.

Si hubiera motivo, hay que recordar que el neoleonés (de Hualahuises) avecindado en Matamoros, Ramiro Salazar Rodríguez, fue expulsado “de por vida” y aun así años después, en 2016, le dieron carta de anuencia para volver a ser diputado local.

Los jefes del PAN son muy viscerales. Por quítame estas pajas quieren expulsar a sus contrincantes internos. De la disputa por cualquier billete hacen una carnicería.

En 2010 el entonces gerente, Francisco Garza de Coss, hizo una purga que los dejó al borde de perder el registro, o el subsidio que es lo que más les interesa.

Echó a 120 activos a los que consideraba sus enemigos y protegió en la nómina del CDE a los consejeros suyos. Acusaba que se le habían salido del corral. Algunos participaron en planillas con el enemigo, ya de regidores, síndicos o suplentes, o representantes en casilla.

Los azules y su gente estaban entregados a la nómina de Palacio con el PRI hecho gobierno.

Para 2023 y 2024 no es el mejor futuro el que espera del PAN. De los socios ni hablar, el PRD está muerto y sepultado y el PRI batallará para hacerse de una diputación plurinominal si, como parece, insiste en ir de socio con los perniciosos celestes.

Pendientes del dato para junio del 2024 cuando se elegirán en Tamaulipas alcaldes y diputados, conjuntamente con diputados federales, senadores y Presidente de México.

Y hablando de la elección extraordinaria de Senador, Morena impugnó ante el TRIFE el convenio de los socios Pan, Pri, Prd porque no habla explícitamente del respeto a la igualdad de género, de postular a una mujer. El asunto está en la Sala Monterrey pero nada de que Imelda Sanmiguel Sánchez pudiera perder su registro.

En asuntos no políticos, mire que la UAT tiene en marcha un gran proyecto ecológico: La factibilidad de convertir el Cerro del Diente, ubicado en la Sierra Chiquita, en San Carlos, como área natural protegida del Estado, esto para conservar la riqueza de especies que existen en la zona, según los investigadores Héctor Arturo Garza Torres y Griselda Gaona García, del Instituto de Ecología Aplicada.