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Pasaportes y visas, el fenómeno

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza

Pasaportes y visas, el fenómeno

De acuerdo con la información transmitida por personas de todos los estratos sociales que acuden a las instancias generadoras de documentos personales que sirven de identificación o que son usados para viajar a otros países del mundo, en especial a los Estados Unidos de Norteamérica, la demanda se mantiene alta.

A ello obedece que todos los días y a todas horas hábiles, oficinas como las de Relaciones Exteriores que se dedican a la expedición de pasaportes mexicanos, están llenas sus agentes o asesores ven de reojo cada vez que tienen chance si las filas se acortan, para darse un respiro en su actividad de atención a los usuarios de este tipo de dependencias.

Una situación similar o peor, se da en las oficinas de los Consulados Americanos que funcionan en el país y en aquellos locales alternos que tienen para la recopilación de los datos de quienes tramitan pasaportes nuevos o acuden a la renovación de su visa, documento este último que es usado para viajar a cualquier parte del territorio norteamericano.

La gran ventaja es que, ahora todo está sistematizado, menos las colas para acceder a las oficinas a la presentación de los documentos, que, dicho sea de paso, son menos, porque de manera previa algunos de ellos son ingresados a las plataformas digitales que manejan las oficinas de pasaportes o de visas.

El uso de las citas para la tramitación de estos documentos, da agilidad y garantiza que el trámite podrá llevarse a cabo en el horario previsto, pero, aun así, como buenos amantes de las filas, miles de mexicanos prefieren llegan antes de la cita, por aquello de cualquier imprevisto, según relato de quienes, a sabiendas de la hora asignada prefieren estar allí desde mucho antes para que nadie les vaya a ganar su lugar.

Algo que parece increíble es que, en razón del sitio y la hora que las personas obtuvieron para los trámites de pasaporte si el asunto es con Relaciones Exteriores de México y la visa si se trata del trámite en los Consulados gringos, es que la gente se mueve a cualquier parte del país, sin importar aquello que cueste la llegada a los lugares en donde obtendrá el documento.

Es el caso de un joven que llegó a Matamoros desde Cancún para el trámite de su visa y con la misma que llegó a la oficina de entrega de documentos, se iría de nuevo a su lugar de residencia, dicho de otra forma, los trámites superaron la localía para convertirse en nacionales, por tanto, existe una gran movilización que demanda recursos económicos para los traslados y la manutención durante viaje o la estancia en los sitios a los cuales debe de llegarse para cumplimentar las citas.

Matamoros y Nuevo Laredo en Tamaulipas y Monterrey en el vecino estado de Nuevo León, son los tres Consulados Norteamericanos que tienen el mayor movimiento en el Noreste del país y dan batería a la exagerada demanda de documentos. Al menos en el caso de matamoros, para la entrega de documentos cada 15 minutos tienen cita 30 personas, por tanto, durante una hora se da servicio a 120 personas y en un turno de ocho horas a casi mil personas,

Esas mil personas pagaron en promedio siete mil pesos por pasaporte y visa, así que, al concretarse el trámite la inversión realizada por mexicanos quienes pagaron unos siete millones de pesos.

En un escenario dónde aquello importante es el pasaporte y la visa, la gente invierte ya con este sistema de citas tanto para pasaporte como para visas de alrededor de dos o tres horas, tiempo que es nada comparado con la forma en que se hacía 20 años atrás, porque además de la desmañanada, mínimo deberían de estar en el área de los Consulados si era para la visa y de las Delegaciones de Relaciones Exteriores si era para el pasaporte, de más del ocho horas, con unas cinco de fila en la vil calle.

El mismo relato de quienes llegan a tramitar estos documentos, precisa que el rezago de la gestión ante las dependencias debido a la pandemia y al tomar en cuenta que en el año 2021 se vencieron miles y miles de visas gringas, la demanda para la renovación fue muy alta y existe la creencia de que, superado el primer semestre de este 2023, la demanda de estos dos documentos podría bajar, aunque también hay quienes opinan que nunca parará debido al crecimiento poblacional.