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PEÑA NIETO: ¿EL HIJO O EL HERMANO?

CUADRANTE POLÍTICO

POR  FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO

PEÑA NIETO: ¿EL HIJO O EL HERMANO?

La sucesión presidencial  está a la vuelta  de la esquina. Y como siempre suele suceder, las especulaciones  y las lecturas  se suceden día  tras día, reflejando  la sorda lucha por el poder.

No escapan a este apasionante juego  de individualidades, los encantos  y los desencantos, de  dos  de  los  finalistas más  visibles: José  Antonio Meade Kuribeña, y  Aurelio Nuño Mayer, titulares  de los ministerios  de  Hacienda  y Educación, ambos  muy identificados  con las  características  que, según Enrique Peña Nieto, deberá  tener  su sucesor, de las cuales hablaremos párrafos más adelante.

Pero, por ahora, es importante decir que,  está arreciando el golpeteo contra Meade, por lo de los paraísos fiscales, y la impunidad de  una casta privilegiada  de ricachones. En este sentido, Nuño Mayer avanza,  de una manera  cautelosa,  se le ve fuerte  al Secretario de Educación, y para nadie es un secreto que  ANM tiene en su Presidente nacional  del PRI, Enrique  Ochoa Reza, a  un firme aliado. La apuesta  de  EOR  es,  por  Nuño, muy  a pesar  de  Videgaray. Aunque  en el terreno  de las opiniones  cupulares, la que realmente cuenta, es  la  de Peña Nieto.

Habrá que ver, por quien  se decide el Presidente:  ¿Lo hará por  Meade, que tiene un pie  en el PAN y otro  en el PRI; que  ya tuvo el fierro  de  Calderón, pero que también  llegado el momento puede  aprovechar  dicha circunstancia, para  adherir  a Margarita  a su proyecto? En términos  de coincidencias políticas  e ideológicas, Meade  y  Peña  comparten  el credo  de la economía  de libre mercado. Ambos están comprometidos con el modelo económico neoliberal, y creen que, el país  debe seguir manteniendo  la misma ruta.

Meade no es una hechura  de Peña Nieto, y en   el árbol genealógico del poder, su papel al lado  del Presidente,  encaja más bien en la categoría de hermano. Esto último, es digno de análisis, pues si nos atenemos a la historia  de las decisiones unilaterales, las más famosas  de ellas, son las monarquías dinásticas del absolutismo europeo, donde  los reyes,  heredaban el poder  a los hijos, sus delfines,  una cultura  del reacomodo y de la renovación, establecida  en Francia, hasta casi mediados del siglo XIX.

Justo  aquí, es donde debemos  de poner énfasis, en la personalidad  de  Enrique Peña Nieto, en sus rasgos más  íntimos, para  evaluar, para  decidir, en función  de  la preeminencia que el Presidente  le conceda  a dos aspectos  medulares: ¿la capacidad personal y  el historial  de trabajo que indudablemente tiene Meade? ¿O bien, ese mismo talento y suficiencia de colaboración, con el plus  del afecto  personal, sobre alguien que es  considerado  la pieza más  genuina  de la genética peñista, sintetizada en Nuño?

Si fuese por estos últimos, el hombre más  cercano  al Presidente, no sería Meade, sino Aurelio Nuño Mayer, a quien EPN  nombró  como Su Secretario de Educación, el 27 de agosto del 2015, con la encomienda  de sacar adelante  la Reforma Educativa. Antes, Nuño  se había desempeñado como Jefe  de  la oficina de la Presidencia, un cargo por el que, sexenios atrás, transitaron personajes  de la talla política  e influencia de un  José  Córdoba Montoya y Juan Camilo  Mouriño.

Nuño ingreso al PRI, en el 2004, y está casado con María  Aliaga, egresada de la carrera  de comunicación, en la Universidad  Anahuac, y  bailarina profesional  de  flamenco.

“El baile  es  mi forma  de vivir  la vida, de ver el mundo, mi personalidad, mi pasado, mi presente y futuro. Es una bendición  de Dios, ¡Bailo, luego existo!,  ha dicho  la que puede convertirse  en primera  dama  del país, en caso de que su esposo  sea el candidato  del PRI  a  la presidencias, y  llegue a ganar.

Nuño  es  licenciado en Ciencias  Políticas  y  Administración Pública, con maestría en Oxford . Originalmente, Aurelio  Nuño  es  ubicado  en el grupo  de  Luis  Videgaray Caso, pero  éste último parece  tener  predilección  por  José Antonio Meade. En este sentido, la célula   tecnocrática  del primer  círculo  presidencial, tiende  a  dividirse. En la lucha por el poder, las amistades  más  sólidas, suelen  evolucionar, hacia  posiciones  encontradas. Ese podría ser el caso de Nuño y Videgaray.

El autor  de la frase, “Mover  a  México”,  es experto en mercadotecnia política, y  es el personaje, al cual se le acreditan dotes  de  excelente  negociador, para  cristalizar  lar  reformas  estructurales  del peñismo.  A estas alturas, el Presidente Peña Nieto, lo considera, prácticamente, como el funcionario más  sobresaliente de su sexenio, un producto del peñismo puro, su hijo político.

Y  si  Meade  es relacionado  con el ex secretario de Hacienda Pedro Aspe, por la vía  de quien fue su más aventajado alumno, Luis  Videgaray,  Aurelio Nuño,  mantiene  una estrecha relación  con el  ex Presidente  Carlos  Salinas.  Un importante personaje, como  Otto  Granados, ex colaborador mediático  en primera línea  de CSG, colabora en el equipo  de Nuño.

En su momento, De la Madrid,  se decidió  por Salinas, a quien consideraba su descendiente ideológico, y no por Alfredo del Mazo, a quien se le daba el papel de brother.

En este caso, por quien  se  inclinará  Peña  Nieto?

¿Por  el  hermano que  es Meade?  ¿O  por  el hijo, que  es  Aurelio Nuño?

Hagan sus apuestas.