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Pierde Tamaulipas

Tribuna

Pierde Tamaulipas

No hay mucho que analizar, en un hipotético choque de poderes entre Tamaulipas y la Federación, pierde nuestro estado.

De hecho, con actitudes de confrontación por parte del Gobierno Local, al amparo de la CONAGO y la dirigencia nacional del PAN, se ha estado perdiendo.

Sin embargo, este jueves en un día para la caballerosidad política, para el acuerdo, para el entendimiento. Y es que viene en gira presidencial el titular del Poder Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Obrador.

Primero visita Matamoros, la tierra que gobierna un alcalde bajo las siglas de MORENA, Mario Alberto López Hernández.

Ahí inaugurará obras sociales en una zona identificada como polígono de pobreza por la SEDATU. La inversión es de más de 500 millones de pesos, de tal forma que prueba que cuando hay armonía y capacidad de gestión, así como el acompañamiento de proyectos, el respaldo fluye.

Estará como invitado, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, como parte del protocolo de las visitas presidenciales.

Una cortesía política que se cumple, pero que, de parte del Gobierno del Estado, se omite cuando acude a giras por municipios como Matamoros y Madero, gobernador por MORENA.

Bueno, incluso no invita ni a la alcaldesa panista de Reynosa, Maki Ortiz Domínguez, a las giras del gobernador por ese municipio, pues no es de su grupo político.

Matamoros es territorio MORENO y seguramente García Cabeza de Vaca andará con pies de plomo.

Habrá que ver al día siguiente, en Reynosa, su cuna política, cuando el presidente acuda a encabezar la conferencia mañanera y luego una reunión de evaluación de seguridad pública en la sede militar.

Este miércoles, el presidente López Obrador estuvo en la zona de La Laguna, donde convergen Durango y Coahuila.

Ahí los gobernadores panista y priista José Rosas Aispuro y Miguel Angel Riquelme, integrantes del Grupo Alianza Federalista de la CONAGO, estuvieron muy tranquilos y brindaron su respaldo a las políticas de López Obrador en materia de salud y seguridad.

La expectación es por ver la postura del gobernante tamaulipeco, que ha tenido una actitud más frontal en declaraciones tanto en los temas de la CONAGO, como en el asunto personal, por la información de los Vídeos de Lozoya, que le mencionan.

Una postura similar e incluso más belicosa, sería de mucho riesgo no solo para su persona, sino para Tamaulipas. Es ésta una coyuntura importante para que se cambie el lenguaje soez en la relación política de ambos personajes y que retorne la cordura.

Debe aflorar, si es que la hay, la política de altura, la madurez y la cordura, para que lo verdaderamente importante se resuelva por la vía de la coordinación, del trabajo en equipo, de la suma de esfuerzos.

Los problemas que tiene el país y en particular Tamaulipas, muchos de los cuales dependen en gran medida del respaldo de la federación, exigen que se hagan a un lado fobias políticas.

Especialmente por los políticos de casa, que deben aprender a “medir el agua a los camotes marrones”.

No es lo mismo ponerse gritón con el viejo sistema priísta que imperó hasta hace dos años, que con el nuevo sistema de la llamada “Cuarta Transformación”.

Hay que tener más que claro que es AMLO el que tiene “la sartén por el mango”, y quien decide a quien le cae el aceite caliente.

Los problemas delicados como el impacto a la salud de los tamaulipecos por la pandemia del COVID-19; su efecto transversal en la economía de todos los sectores.

O el tema de la todavía severa inseguridad que afecta a las diversas regiones de la entidad; el abandono al agro tamaulipeco en particular a los sorgueros por la falta de precio de garantía; o el incumplimiento en la entrega de agua para la Cuenca Baja del Río Bravo.

La ausencia de inversiones en obras de infraestructura productiva en Ciudad Victoria, como la segunda línea del acueducto, un gasoducto que acerque el gas industrial y ampliación del abasto de energía eléctrica, entre otros, exigen de civilidad política.

Los ciudadanos acudimos a las urnas a votar por políticos que consideramos deben estar a la altura de las exigencias de nuestro tiempo.

Y lamentablemente, todos, de todos los partidos, nos han quedado a deber.

Por ello, es momento de exigirles madurez, cordura, civilidad política y respeto a la ciudadanía.

La crisis sanitaria derivada de la pandemia y su consecuente caos económico; así como el agravamiento de los problemas ordinarios, exigen políticas y políticos con altura de miras.

Veremos pronto el desenlace.