Tamaulipas

PLAYA DE RANCHO NUEVO EL MAYOR SANTUARIO DE LA TORTUGA LORA

*Su lucha por sobrevivir atrae cada año a esta orilla del mar a cientos de amantes de la naturaleza fascinados por este prodigio de vida

Por Martín Cruz

Aldama, Tamaulipas.- La playa del ejido Rancho Nuevo es el mayor santuario y el mayor éxito de supervivencia para la Tortuga Lora especie en peligro de extinción, donde llegan a desovar en sus arenas el 80 por ciento de su especie.

Este paraíso de la tortuga Lora se ubica en el ejido del mismo nombre que alberga unos 200 habitantes, y conforme pasan los años se ha vuelto en la mayor esperanza para este quelonio, que busca un milagro para no desaparecer de la faz de la tierra.

Su lucha por sobrevivir atrae cada año a esta orilla del mar a cientos de amantes de la naturaleza fascinados por este prodigio de vida, y es otro atractivo más de las bondades naturales que ofrece este municipio de más de 80 kilómetros de costa.

Desde 1947 este litoral de aguas tranquilas se ha transformado en remanso de tranquilidad para esta criatura del mar a la que ha elegido como su mayor santuario, su arribo es entre marzo y agosto, en ese período la entrada de turistas a la playa es permitida, así que es una gran oportunidad de dejarse cautivar por esta especie de tortuga, además de poder relajarse por las maravillas naturales de sus alrededores.

La tortuga luego de ser liberada vuelve a este lugar después de 12 años para depositar sus huevos sorteando peligros y depredadores, recorriendo miles de kilómetros, lo mismo que hacen los afectivos de la naturaleza que cada año se ven tentados en volver a contemplar como las tortuguitas al ser liberadas buscan frenéticamente el brillo del sol que las guié en busca de su primer alimento un plantón ubicado a un kilómetro mar adentro.

La playa de Rancho Nuevo, de condición accesible, nos da una oportunidad inspiradora de convivir y disfrutar de esta especie endémica de las costas de Tamaulipas, clave para la supervivencia de la Tortuga Lora.

La CONANP, habitantes de las comunidades cercanas al santuario, los tres niveles de gobierno, federal, estatal y municipal, instituciones educativas y de investigación, así como voluntarios, son los encargados de realizar durante la temporada de anidación los recorridos de colecta de nidos, liberación de crías, vigilancia, y toma de información.

El observar este fenómeno marino, también conlleva responsabilidades por lo que se pide a los visitantes a no conducir sobre la playa o encender fogatas, no dejar objetos grandes como sillas, paraguas o vehículos ya que estos pueden obstruir el recorrido de las tortugas y evitar las deposición de los huevos, si es posible no llevar mascotas, especialmente perros o mantenerlos lo más alejados posibles, evitar la iluminación en la playa o luces artificiales ya que desorientan a las tortugas y si se observa a una de ellas depositando sus huevos nadie debe acercarse o tomar imágenes.

La tortuga Lora es la más pequeña de las tortugas marinas, su caparazón es corto y ancho, su color en el dorso es de gris a verde olivo claro y de blanco a amarillo en su vientre, se alimentan principalmente de crustáceos y llegan a medir 70 centímetros y pesar de 30 a 50 kilogramos.

La mayoría de edad la alcanza entre los 10 y 15 años, pueden vivir hasta los 50 años, la reproducción se lleva a cabo en el agua y desde el momento en que alcanzan la madurez cada año depositan un promedio de 100 huevos.

Curiosamente los machos nunca salen del agua, solo las hembras salen a la playa a depositar sus huevos bajo la tibia luz del sol, convirtiendo a la playa en un escenario digno de ser contemplado.