Columnas

PORFIRIO MUÑOZ LEDO Y YO

LOS PUNTOS SOBRE LAS…

POR ANGEL VIRGEN ALVARADO

El domingo, la muerte de PORFIRIO MUÑOZ LEDO causó honda consternación en todo el país.
PORFIRIO nació un 23 de julio de 1933. Le faltaron solo 14 días para cumplir 90 años.
Era un político, con toda la barba. Un titán de la política mexicana y el primero que interpeló un informe Presidencial. Fue a MIGUEL DE LA MADRID en 1988.

En mi vida, a MUÑOZ LEDO solo lo vi tres veces.
Como reportero, en una de esas veces, lo entrevisté.

LA PRIMERA VEZ…
Casi al finalizar la primavera de 1974 (ha pasado mucha agua por debajo de los puentes, desde entonces), junto con ROGELIO GARCÍA LERMA y otro compañero de radio, fui delegado del STIRT-MATAMOROS a una convención obrera en el Palacio de los Deportes, en México.

Esa fue la primera vez que lo vi, de lejos.
MUÑOZ LEDO, como Secretario del Trabajo, pronunció un discurso vibrante, emotivo, moviendo al unísono, a más de 20 mil trabajadores sindicalizados, allí reunidos.
Era el sexenio de LUIS ECHEVERRÍA ÁLVAREZ.
PORFIRIO era, sin el menor género de dudas, un hombre de muchísimo talento. De una inteligencia sobresaliente.

LA SEGUNDA VEZ…
Catorce años después, en 1988 lo entrevisté en la Cámara de Senadores.
Aproveché que se levantó de su asiento para ir a saludar al abogado, diplomático, escritor, intelectual y ex gobernador de Tabasco ENRIQUE GONZÁLEZ PEDRERO que, casualmente estaba parado a un lado mío observando el debate sobre la aprobación de MUÑOZ LEDO como Senador.
“Maestro”- le dijo MUÑOZ LEDO a GÓNZALEZ PEDRERO extendiendo su mano derecha. GONZÁLEZ PEDRERO le sonrió y lo abrazó.
-“Senador -le dije a MUÑOZ LEDO- ¿Qué opina de lo que, en su contra, acaba de decir la senadora tamaulipeca LAURA ALICIA GARZA GALINDO?”
-“Mira… le faltan argumentos. Lo que dice es muy endeble”-
Luego mencionó una serie de temas que, si tenía oportunidad, desarrollaría como legislador para beneficio de la ciudadanía.
Fue una charla breve pero amena.

LA TERCERA VEZ…

Hubieron de pasar 18 años para que nuestros caminos se volvieran a cruzar.
En el año 2006, junto con mi compadre JORGE RODRÍGUEZ TREVIÑO, LUPE DIAZ, MIGUEL AGUILAR y PACO FLAMARIQUE, acudí a CDMX donde, JORGE, LUPE y yo, recibimos un reconocimiento periodístico nacional por trayectoria.

Allá encontramos a DON ROGELIO GARCIA LERMA que, por su trayectoria en radio, andaba en lo mismo.
Tras la ceremonia de rigor, LUPE DIAZ nos dijo: “Los espero en La Opera”.
JORGE, ROGELIO y yo nos fuimos al Hotel Corinto, donde estábamos hospedados, a quitarnos los trajes “de catrín”.
-“¿A dónde van a ir?- preguntó ROGELIO.

-“A La Opera”- dije. “¿Puedo ir con ustedes?”, dijo. Le contesté que sí.
Cuando llegamos al restaurante-bar La Opera, comentó ROGELIO: “Yo pensé, apenas entiendo el teatro de revista y estos ya andan con Opera. No sabía que era un bar”

De pronto mi compadre JORGE dijo: “Acaba de llegar a la barra PORFIRIO MUÑOZ LEDO”.
“Voy a saludarlo”- les dije.

MUÑOZ LEDO alegaba con otro hombre que, igual que yo, se acercó a saludarlo.
“Maestro”- le dije. Volteó y mandándome a freír espárragos me dijo: “Estoy esperando a una sobrina. Respeten mi privacidad”

-“Solo venía a saludarlo”- le dije y me regresé a la mesa.
-“¿Qué te dijo?”- me preguntaron. “Me mandó a la chingada” dije.
Más tarde, acompañado de una dama, MUÑOZ LEDO pasó cerca de nuestra mesa y dijo: “Pero no rehúso que me inviten, muchachos”-

LUPE DIAZ le envió dos rondas.

Otro día desayunamos con otro talento dentro de la política mexicana: MARCO ANTONIO BERNAL GUTIÉRREZ.
Le conté que habíamos visto a PORFIRIO MUÑOZ LEDO en La Opera.
“Es un hombre muy inteligente, culto y talentoso”- dijo BERNAL.
“Andaba pedo”- le dije.
“Pedo es más talentoso”- afirmó MARCO BERNAL.
Por hoy, es todo.