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¿Préstamo para “bonos de retiro”?

Opinión pública

¿Préstamo para “bonos de retiro”?

Por Felipe Martínez Chávez

Cd. Victoria, Tamaulipas. – En el último medio año de un gobierno todo puede suceder, menos que dejen dinero en la caja.

Una vez que el PAN tomó el control del Congreso del Estado, los rumores crecen a nivel de cancha, incluso que los diputados autorizarán nuevos préstamos bancarios para cerrar “con broche de oro” el sexenio.

A diciembre del 2021 el gobierno reportó deudas directas –de puro capital- por 15 mil 552 millones de pesos que, ya con los réditos, el pago viene siendo por el doble, más de los 30 mil millones de devaluados.

Se habla que desde Palacio pedirán un préstamo “de retiro” para cubrir los “bonos especiales” de funcionarios que sirvieron en la administración. Es una práctica no escrita que ejercen los gobernadores a discreción, según considere los servicios sus amigos.

En otros años se premiaba con fíats de notario, placas de sitio, vehículos nuevos y lana en efectivo (ahora más difícil de justificar).

Funcionarios de primer orden, sobre todo de Finanzas, deben darse cuenta que la cuerda ya no resistirá mucho. Están embargadas las participaciones y el impuesto al que se le llama “sobre nóminas”. La lana va a dar a fideicomisos bancarios y de ahí, “lo que sobra”, llega a la caja estatal.

En el presente sexenio se han solicitado diez préstamos, algunos que se terminarán de pagar hasta el 2041, es decir, dentro de más de tres administraciones, con intereses totales que superan el capital pedido.

La cifra no incluye los cuatro mil 600 millones que se pidieron desde el 15 Juárez y los diputados panistas aprobaron, con mucho gusto, el ocho de abril del 2020, que para “hacer frente al Covid”. Factores del gobierno central impidieron que se hiciera efectivo.

Es factible que en los últimos meses el Poder Legislativo autorice recursos “frescos” para bonos. No se necesita una mayoría calificada de votos de los diputados. Además, los morenistas son cada vez menos al rendirse y entregar sus armas.

En este gobierno el preferido siguió siendo Banorte, como lo fue con Eugenio Hernández y Tomás Yarrington. Se le deben ocho mil 200 millones, que significan más de la mitad de la deuda estatal.

Si hacemos un análisis de las últimas obras, muy pocas, nos damos cuenta que se deben a los bancos hasta las estaciones de seguridad en las carreteras (cada 50 kilómetros) junto con las videocámaras, que se contrataron con un particular al que se le pagarán cuotas mensuales por largos años. La cuenta es con Bancomer.

Igual se deben  los cuatro Complejos de Seguridad Pública, Nuevo Laredo, Reynosa, Tampico y la ampliación del de Victoria. La cuenta pendiente es con Banamex.

Hay una inversión que, autorizada también como préstamo, se desvió a otras actividades. Es la terminación del Penal de Victoria con costo de mil 700 millones de pesos. El “cascarón” sigue abandonado por la carrera a El Mante.

Como justificación al financiamiento se escucha decir que es una práctica de los últimos ex gobernadores. En la salida de Yarrington se le “perdieron” aquellos famosos 600 millones que pidió a bancos en los últimos días de su reinado. Nunca se supo si pararon en la precampaña presidencial o se convirtieron en hoteles y ranchos.

Cuando Geño en efecto, los diputados le autorizaron alrededor de seis mil millones que se reflejaron en lo que es el Parque Bicentenario con su torre, el recinto del Congreso, Poliforum e instalaciones feriales, entre otras. No fue a gasto corriente.

Desde estas líneas solo pedimos a los panistas y a su pastor “Moyo” García Aguiar que razonen los proyectos si es que los reciben. De por sí cada tamaulipeco, al nacer, ya debe cinco mil 200 varos sin deberla ni temerla.

No decimos que la historia los juzgue porque a los políticos les vale gorro cómo se les recuerde. Se atienen a que la mente colectiva  solo tiene vigencia unas cuentas semanas.

Como la 65 legislatura ya está dominada por el PAN, seguro que las comparecencias de funcionarios con motivo del VI informe del Gobernador serán “color de rosa”, y no como se esperaban cuando Morena tenía el control de la mesa directiva y la Junta de Coordinación Política.

Este martes tiene sesión el pleno ¿qué asuntos van a tratar? De seguro la lista de los secretarios que van a “glosar”.

Se acabaron los contrapesos hacia el ejecutivo ¿qué funcionarios van a citar?, los “caballitos de batalla” de siempre: Gloria Molina Gamboa, la de Salud; la jefa de Obras Públicas, Cecilia del Alto López, que le saben bien a eso; el de Desarrollo Económico, Carlos García González, que es un “mago” para generar empleos, y el de Turismo que vende paquetes incluso para visitar la luna.

Tema aparte, el domingo, a  eso de las cuatro de la tarde, con dificultades para caminar, por su edad, Enrique Torres Mendoza se presentó al edificio del IETAM con media docena de camaradas.

Pero el presidente del CDE de Morena no fue a apoyar al abanderado de la coalición sino a promoverse él como candidato. Como dicen los muchachos, el viejo ya “chochea” y no entiende razones.

Desde octubre del 2021 sus incondicionales de lo que llaman Movimiento de Resistencia, le hicieron pensar que es el candidato idóneo para suceder a Francisco Javier García, y se la creyó. Sigue siendo la primera piedrita en el zapato morenista. Quisiéramos pensar que vendió caros sus amores.