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Salario mínimo y descontento empresarial

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza

Salario mínimo y descontento empresarial

Tratar de cerrar los ojos ante la realidad que se vive en el sector empresarial por el aumento desproporcionado que aprobó la Comisión Nacional de Salarios Mínimos por instrucción del presidente de la República, Don Andrés López Obrador, equivale a negación.

El propio titular del Poder Ejecutivo tuvo que aguantar el rechazo de las organizaciones empresariales a su propuesta y aunque tendrán que aceptarla porque las otras partes que integran el organismo que legitima los aumentos a los salarios de los trabajador es de las empresas, la incomodidad se observa en su proceder diario a cualquier nivel de liderazgo o de forma individual.

Incluso, hay quienes dijeron que el Gobierno Federal es muy bueno para autorizar aumentos que deben de pagarse con dinero o recursos que no son de él, mientras que, al tratarse de su condición de patrón, lo hace en forma rabona, como sucedió por allá mayo con el alza autorizada a los trabajadores de la educación, el cual apenas del 3.4 por ciento directo al salario.

Luego concretan el dicho al señalar que la administración federal es muy espléndida en los aumentos que ellos no pagan, sino que, deben hacerlo las empresas y cuando se trata de sus obligaciones, se queda muy corto.

Nada más porque los maestros tienen que ser congruentes con la disponibilidad presupuestal, de lo contrario, en mayo pasado debieron de reclamar un 20 por ciento de aumento al salario, para que fuera parejo con el que otorgaron los empresarios a los obreros.

Comentarios en todos los sentidos se escucharon ante la afirmación de la Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde Luján, al indicar que el 15 por ciento de aumento al salario a partir de enero de 2021, no tendrá repercusiones en la economía del país, tampoco será consecuencia de inflación, por tanto, ellos creen que es un gran acierto aumentar el poder de consumo y que eso mejorará el mercado interno.

Rara reflexión en tiempos muy difíciles para los empresarios y en los cuales, la economía de la nación está sumida en drásticos niveles de decremento. Da la impresión que con los porcentajes de los tres aumentos que se dieron al salario mínimo, primero de 16, luego de 20 y ahora de 15, los no neoliberales pretenden que los trabajadores y la ciudadanía ubique a sus antecesores en el poder como los malos en el escenario de los salarios mínimo, en tanto que ellos son la cara opuesta y que, recuperarán con el dinero de los empresarios la pérdida del poder adquisitivo.

Así como a los trabajadores de la educación se les beneficio en este 2020 con un 3.4 por ciento de aumento directo al salario, también sucedió con el resto de los trabajadores del Gobierno Federal que se encuentran al frente de las acciones y programas que mantienen en actividad al país y que pertenecen a todas las Secretarías y Delegaciones Federales que hay en las entidades.

Es más, por estos rumbos las cosas son al revés, se dieron despidos masivos en dependencias como CONAGUA que pertenece a la SEMARNAT, en muchas áreas de la Secretaría de Agricultura, Bienestar Social, Comunicaciones y Transportes. Solo en las instituciones consentidas de quienes despachan en Palacio Nacional, no resultaron afectadas, la Comisión Federal de Electricidad, el Instituto Mexicano del Seguro Social, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y las de Marina y Defensa Nacional.

Por otro lado hay la creencia de que, con salarios de casi 150 pesos diarios en el caso de la mayor parte del país y más de 200 para quienes viven en la frontera, será suficiente para que los que trabajan y tienen formado un hogar puedan comprar todo aquello que necesitan para vivir bien, situación que cambió, porque sus antecesores neoliberales pulverizaron el salario a grado tal que los trabajadores no podían comprar la canasta básica para vivir.

A lo mejor su era así, pero, la diferencia está en que, con los neoliberales la economía crecía y había más posibilidades de inversiones y ahora, los trabajadores tendrán muy buenos salarios sin tener donde emplearse, porque los empresarios no podrán sostener por mucho tiempo pagos por emolumentos altos e insumos impactados por los aumentos de precios.

Solo es de esperar que las cuentas a la Secretaria Alcalde Luján, las cuentas le salgan, porque de lo contrario tendrá hasta que cambiar de nombre a la dependencia en la que despacha, para que, en lugar de Secretaría del Trabajo se le llame Secretaría del Desempleo.

Visto desde otras naciones, el aumento de 15 por ciento al salario mínimo en México, genera dudas y se establece como premisa que las empresas hagan todas las anotaciones respecto a la afectación que tendrán y puedan hacer consultas con especialistas, para que definan como enfrentar los aumentos, aunque adelantan que la alternativa será reducir la planta laboral de tal forma que haya un equilibrio entre las erogaciones y por salarios y la administración general de las empresas.

El aumento del 15 por ciento que fue aprobado por la Comisión de Salarios Mínimo, se integra de dos factores, según se observa vía los analistas internacionales, un seis por ciento de incremento anual aprobado al salario mínimo y el Monto Independiente de Recuperación, MIR, que tiene la finalidad de recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores con un monto fijo para la zona de la Frontera que es de 15.75 pesos y para el resto del país de 10.46 pesos.

Es así como se establecen los nuevos salarios que estarán vigentes a partir del primero de enero venidero, 141.70 pesos para el país y 213.39 pesos para la región de la Frontera Norte.

Desde fuera, también recomiendan que el incremento general del seis por ciento, en virtud de que puede tener además un impacto directo en aquellos contratos colectivos de trabajo que establecen aumentos en ciertas prestaciones,  con base al incremento anual al salario mínimo.

Por tanto, las empresas con empleados sindicalizados deberán observar en forma cuidadosa sus documentos laborales para identificar el impacto de los incrementos aprobados por la Comisión de Salarios Mínimos, que dicho se a de paso, sin el voto de los empresarios.