Columnas

Tamaulipas carretero.

Tamaulipas es un estado privilegiado, tiene 371 kilómetros de frontera con Texas a quien lo unen 18 puentes internacionales a lo largo de sus diez municipios ribereños.

También 430 kilómetros de litoral  con el Golfo de México en sus seis municipios en donde hay cuatro puertos marítimos, dos de ellos de gran movimiento Altamira y Tampico.

Su ubicación estratégica en el noreste de México le convierten en una importante plataforma logística para importaciones y exportaciones con Estados Unidos, Europa y resto del mundo.

Pero además del tránsito de mercancías, también de personas que cruzan por más de mil 500 kilómetros de carreteras, que unen polos de desarrollo industrial con puertos fronterizos o marítimos.

Entre los principales ejes carreteros que surcan el territorio tamaulipeco figuran el Tampico-Límites que Nuevo León, que conecta con Linares, Monterrey el vecino estado, pero también con Saltillo, Coahuila.

El Matamoros- Ciudad Victoria-Tula- Límites con San Luis Potosí, que llega a la zona industrial de San Luis Potosí y los estados de la región del Bajío, como Querétaro, Guanajuato y Aguascalientes.

Uno más es Altamira-El Mante-Ocampo-Tula-San Luis Potosí, una alternativa más para la interacción con la zona de El Bajío.

También aparece la conexión de San Fernando con Reynosa.

Igualmente las autopistas que salen de Monterrey, Nuevo León con destino a las ciudades fronterizas tamaulipecas de Nuevo Laredo y Reynosa, así como la conexión de esta última con Río Bravo y Matamoros.

Miles de vehículos de carga, de pasajeros y particulares cruzan todos los días por éstas arterias que atraviesan el cuerpo de la entidad.

Y son miles de personas son las que ocupan desde una, dos, cuatro y hasta seis horas en los trayectos a sus destinos.

Durante los periodos vacacionales, al movimiento ordinario de transporte de mercancías y personas  se suman los turistas que acuden a las playas Miramar en Madero, Tesoro en Altamira, Barra del Tordo en Aldama, La Pesca en Soto la Marina, Carbonera en San Fernando y Bagdad en Matamoros.

La saturación de las rutas al litoral del Golfo de México, son más que evidentes y obligan no solo a pensar en la conclusión de las autopistas y al mejor aprovechamiento de las mismas para generar ingresos en los municipios tamaulipecos.

Una de las opciones es la creación de paradores turísticos integrales que ofrezcan servicios de combustibles, restaurantes, farmacias, refaccionarias, hoteles, áreas de descanso, plazas comerciales para oferta de productos regionales.

En la ruta Matamoros- Victoria- Tula- San Luis Potosí, podrían  establecerse en San Fernando, Padilla, Victoria, Jaumave y Tula.

Mientras que en la Tampico-Victoria- Monterrey, en  González, Estación Zaragoza, Victoria,  El Barretal( Padilla) , El Tomaseño (Hidalgo) y Villagrán.

De esta forma se volverán a conectar de manera más amplia a los pueblos o municipios en donde los conductores reducen la velocidad en forma ordinaria. Así como a aquellos que tienen algo que ofrecer por sus atractivos o productos regionales.

Claro que ésta propuesta obliga a un replanteamiento de los espacios aledaños a las carreteras en algunos de los municipios, para mejorar la infraestructura de los negocios, los espacios y la restauración o modernización de fachadas conservando la identidad de las comunidades y resaltando sus vocaciones.

Obvio que el ingrediente de la seguridad debe ser fundamental en los puntos de los paraderos turísticos tamaulipecos con un sello distintivo, que muestre la identidad tamaulipeca en lo general y la principal característica regional en cada uno de ellos.

Con ello, Tamaulipas se sumaría a las entidades del país y otras regiones del mundo que disponen de estos espacios para hacer los viajes más seguros y menos tediosos.

En el caso de las principales ciudades fronterizas, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, podrían instalarse unos paradores estratégicos a unos veinte kilómetros del límite de la línea divisoria con  Estados Unidos, mismos que darían confianza a los visitantes de ese país.

Las carreteras tienen importante dinámica durante todo el año, no solo en los periodos vacacionales.

Son, sin duda una de las principales fortalezas de Tamaulipas, pero no les hemos visto de esa forma.

Y es tiempo de hacerlo para que  ese flujo intenso vehicular se convierta en un elemento de mayor derrama económica para todos los municipios por los que cruzan.

Tareas para sus alcaldes,  para los Secretarios de Turismo,  Benjamín  Hernández Rodríguez; Desarrollo Urbano y Medio Ambiente,  Karina Saldívar Lartigue; Obras Públicas,  Pedro Cepeda Anaya; Desarrollo Económico, Ninfa Cantú Deeándar; así como  el acompañamiento de Sergio Chávez García de Seguridad Pública, entre otros.

Claro que con la anuencia del gobernador Américo Villarreal Anaya y su padrino político Andrés Manuel López Obrador.

Y por ende a la representación de lo que fuese la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del gobierno federal, ahora denominada SICT,  en la entidad a cargo de Natalia Jasso.

Un reto importante que les dejo de tarea para el sexenio.

Y dejar atrás las casetitas que con fines de «halconeo» construyó el exgobernador oriundo de Reynosa.