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Tenerlos hoy en la mesa, es un lujo…

Por: Esteisy Monserrat Tolentino Flores 

Hablamos de la canasta básica como algo indispensable y de primera necesidad, pero a lo que no todos los mexicanos pueden tener acceso por los bajos sueldos y el desempleo que persiste a lo largo y ancho del país.

En México según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el valor de la canasta básica en zonas rurales de junio de 2022 a junio de 2023 pasó de $1,544.88 a $1,663.17, un incremento de $108.29 pesos y en zonas urbanas de $2,011.99 a $2,179.44, es decir, un aumento de 167.45 pesos.

Mientras que el salario mínimo en 2022 se encontraba en $172.87 y el incremento se realizó el 01 de enero del 2023 de acuerdo con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) quedando en $207.44, un incremento de $34.57 pesos, insuficiente para el aumento que se registró en la canasta básica.

Un ejemplo de lo que decimos es «El precio de la cebolla por las nubes», el kilo de huevo se vende en México, a 30 pesos como máximo el mayoreo, mientras que el menudeo se vende hasta en 36 pesos. El costo promedio va de 29.99 a 38.50 pesos.

La cebolla, un alimento básico que se utiliza en la mayor parte de las cocinas mexicanas se vende desde los 19.99 pesos en centrales de abastos a mayoreo y en los mercados en menudeo el precio ronda hasta los 34.90 pesos por kilo.

Por otra parte, el precio de la tortilla la encontramos desde los 22.26 pesos hasta los 27.00 pesos. Si hablamos del aceite vegetal comestible, el litro lo podemos encontrar entre los 39.90 pesos con menor calidad y marca no reconocida, mientras que otros rondan hasta los 75.50 pesos.

Aunque el pasado 11 de agosto el presidente Andrés Manuel López Obrador, destacó una reducción «histórica» de la pobreza tras el informe del CONEVAL, que mostró que 8.9 millones de personas mexicanas dejaron de ser pobres de 2020 a 2022.

López Obrador se refirió al reporte del 10 de agosto del CONEVAL, organismo encargado de la medición oficial de la pobreza en México, que contabilizó 46,8 millones de personas mexicanas en situación de pobreza en 2022, casi 16% menos que los 55,7 millones de 2020.

México había añadido 3,8 millones de pobres en 2020 por la crisis de la pandemia del COVID-19, y en ese tiempo López Obrador cuestionó la medición del CONEVAL, pero ahora el organismo mostró que la pobreza también disminuyó frente a la medición previa de 2018, con una reducción de 5,1 millones de pobres desde entonces.

Sin embargo, estudiosos en la materia como Julio Boltvinik aseguran que en México se acumulan ya poco más de 80 millones de mexicanos que viven en la pobreza, y los datos otorgados por instituciones parecen no ser del todo precisos, pues el deterioro de la economía es más evidente hoy en día y los parámetros con los que hacen la medición son a grandes rasgos.

Frente a este panorama devastador que turba a gran parte de las familias mexicanas, es fundamental que las personas aprendan sobre finanzas personales, que administren mejor sus recursos y hagan frente al aumento de precios donde 52 millones de mexicanos no pueden comprar la canasta básica. Esta es una verdad amarga que no le gusta al presidente, una verdad que lacera la vida de millones y que arremete contra las familias más vulnerables del país.

Pero no podemos esperar a que sea el presidente quien cambie la situación por la que atravesamos, porque como hemos visto, cada día vamos de mal en peor, hace falta la organización del pueblo trabajador, la exigencia para que se resuelvan los problemas más esenciales de la vida como la alimentación. Solo la organización en torno a un proyecto con verdadera visión de lo que necesita el país, puede salvarnos de tantos problemas, ese proyecto ya lo tiene el Movimiento Antorchista, yo los invito a conocerlo y llevarlo a la práctica.