“…VI AL FANTASMA VOLANDO SOBRE LAS TUMBAS”
LOS PUNTOS SOBRE LAS…
“…VI AL FANTASMA VOLANDO SOBRE LAS TUMBAS”
POR ANGEL VIRGEN ALVARADO
Han pasado muchísimos años que, por primera vez, narré lo que un tarde me contó el fotógrafo de prensa del periódico EL BRAVO, GUILLERMO REBOLLO qepd.
La historia sucedió a finales de los años 70´s, en Matamoros, Tamaulipas.
-“Mi comadre (JESÚS) CAMERO (también fotógrafo de prensa) y yo tomábamos unas cervezas en el bar del hotel Ritz- dijo REBOLLO.
“Esa noche nos acompañaba un Vista Aduanal que andaba acompañado con otra persona.
Me gustaba ir al bar Safari (que así se llamaba) porque todos me conocían y, además, estaba en contra-esquina de mi casa en la calle Siete y Matamoros, zona centro.
Teníamos una charla bien padre, bien amena que las horas se fueron pasando sin darnos cuenta.
A las doce de la noche nos dice el mesero: “Ya vamos a cerrar y nos pasa la cuenta”.
Pagamos y les digo: “Vamos al Rendez Vous” – (un centro nocturno de la zona rosa).
-“Si vamos –dijo el Vista Aduanal, que era el que había invitado copas y cervezas- pero antes acompáñenme al panteón a ver la tumba de mi padre. Hoy estaría cumpliendo años.
“Yo no voy –le dije- No quiero nada con los muertos”
-“¡Vamos compadre, no seas miedoso!”-dijo CAMERO muy serio.
-“¡Que no!”- repetí.
El Vista se enojó y no me habló, el amigo del Vista tampoco y mi compadre CAMERO de joto miedoso no me bajaba. Creo que hasta la madre me mentó.
Salieron, se subieron al carro del Vista y se fueron.
Yo estaba muy enojado.
Como el dependiente del mostrador del Hotel Ritz me conocía, le dije: “Ten este billete. Préstame una sábana, ahorita te la traigo”.
-“No puedo REBOLLO”-
-“¡Si puedes!” le dije y saqué, de detrás del mostrador una sábana blanca: “Ahorita la traigo”-
Cuando salí a la calle Matamoros, el carro del Vista ya iba cruzando la calle Sexta.
Subí a mi camioneta y entre el carro del Vista y mi camioneta se atravesó un taxi.
Y así nos fuimos hasta la calle Tamaulipas. Allí el taxi dio vuelta hacia el norte y nosotros hacia el sur.
-“Van a ver ahorita”- iba penando yo.
El Vista, estacionó su auto en la entrada del panteón.
En esos años, la cerca del panteón era de alambre de púas.
El Vista, su amigo y mi compadre CAMERO caminaron hacia adentro del cementerio.
Yo brinqué la cerca de púas y de lejos, los fui siguiendo.
Ellos dieron vuelta en uno de los pasillos de tierra y se pararon frente a una tumba donde el Vista flanqueado por CAMERO y su amigo, se hincó y empezó a rezar y a llorar.
Al lado del camino donde debían de pasar de regreso, busqué una tumba con una cruz.
Allí me puse en cuclillas, desdoblé la sábana y me cubrí con ella, esperando.
Cuando escuché que el Vista dijo: “Ya descanse, vámonos”, en ese momento solté un fuerte chistido.
“¿Quién hizo así?” – dijo el Vista.
“Es el aire, jefe”, dijo mi compadre CAMERO.
Volví a chistar fuerte. Ellos comenzaron a caminar de prisa.
Al tercer chistido ya venían con los pelos de punta.
Cuando siento que van llegando a donde estaba me levanté envuelto en la sábana, abrí los brazos y dije con voz ronca:
“¡¡Porque perturban la paz de los muertos!!”.
CAMERO cayó hincado, el Vista temblaba sin poderse mover y el amigo del Vista corrió.
Corrí con la sábana entre las tumbas para ir hasta mi camioneta.
Fui al cabaret Rendez Vous a esperarlos… pero no llegaron.
Al siguiente día llegó mi compadre CAMERO a mi casa.
Yo estaba haciendo fotografías en mi cuarto oscuro. Mi compadre entró y me dijo: “Compadre, que bueno que no fuiste al panteón. Nos salió un fantasma”-
-“No existen, compadre. Los fantasmas no existen”- dije.
-“¡Si existen cabrón! Yo lo vi. Salió de una tumba y nos dijo que andábamos perturbando a los muertos, que nos iba a llevar y que nos íbamos a arrepentir. Luego se fue volando. Mira, clarito vi cuándo el fantasma se fue volando por encima de las tumbas”.
-“Ángel… no le vaya a decir a CAMERO que el fantasma era yo”-
Por hoy, es todo.
El WhatsApp de JORGE CHAPA ZAVALA
Nacimos en los 40-50-60.
Crecimos en los 50-60-70.
Estudiamos en los 60-70-80.
Noviamos en los 70-80-90.
Nos casamos y descubrimos el mundo en los 70-80-90.
Nos aventuramos en los 80-90.
Nos estabilizamos en los 2000.
Nos hicimos más sabios en los 2010.
Y vamos a pie firme atravesando los 2020.
Resulta que hemos vivido OCHO décadas diferentes. DOS siglos diferentes. DOS milenios diferentes.
Hemos pasado por el teléfono con operadora para llamadas de larga distancia hasta las videollamadas a cualquier parte del mundo.
Pasamos desde los slides hasta el YouTube,.. De los discos de vinilo hasta la música online… De las cartas escritas a mano al correo electrónico y el WhatsApp.
De vivir los partidos en la radio, a la TV en blanco y negro, y luego a la TV HD.
Fuimos al video Club y ahora miramos Netflix.
Conocimos las primeras compu, las tarjetas perforadas, los diskettes y ahora tenemos gigas y megas en la mano en el celular o el IPad.
Usamos pantalones cortos toda la niñez y después largos, Oxford, bermudas, etc.
Esquivamos la poliomielitis, la meningitis, la gripe H1N1 y ahora el COVID-19.
Anduvimos en patines, triciclos, carritos inventados, bicicletas, ciclomotores, autos a gasolina o diésel y ahora andamos en híbridos o 100% eléctricos.
Que gran vida hemos tenido. Nos podrían calificar de “exennials”; gente que nació en aquel mundo de los cincuenta, que tuvo una niñez analógica y una edad adulta digital. Somos la especie de “Yahevistodetodo”.
Nuestra generación ha vivido y presenciado mucho más que ninguna otra en cada dimensión de la vida. Es nuestra generación se ha adaptado al “CAMBIO”.
Un gran aplauso a todos los miembros de una generación muy especial, que será ÚNICA.
¡Salud!