Columnas

A Propósito de Gritos

 

Un grito es un voz alzada.

Lo hacemos en situaciones de emergencia.

Para pedir auxilio en una crisis.

En una situación de dolor físico o emocional.

Por lo general tiene una connotación de malestar.

Aunque a veces gritamos de alegría, gusto, felicidad.

El pasado 15 de septiembre se celebró el aniversario 213 del inicio de la gesta de independencia en nuestro país.

Autoridades civiles de los tres niveles de gobierno presidieron los actos alusivos a las fiestas patrias.

Emularon al «Cura Hidalgo» en su histórico Grito de Independencia en el pueblo de Dolores, Guanajuato.

Y vitorearon a los héroes que iniciaron la lucha por conseguir la libertad y consolidar la patria independiente.

Se escucharon los nombres de Don Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, Doña Josefa Ortíz de Domínguez, Ignacio Allende, Vicente Guerrero, Mariano Matamoros, Juan Aldama, Mariano Jiménez, entre otros.

Más allá de las festividades patrias.

Hay otros gritos sociales que se escuchan en voz de los diversos sectores de la población.

Quizá el grito más fuerte de la actualidad del pueblo mexicano es el de SEGURIDAD.

Los escuchamos por parte de las familias limitadas para su dinámica social y laboral.

En los transportistas de camiones y tráileres en las carreteras.

De los comerciantes de negocios pequeños, medianos y grandes.

Otro grito sonoro es el de los jóvenes que demandan EMPLEOS.

Y es que la dinámica de los sectores productivos los deja con frecuencia de lado, es más fuerte la demanda que la oferta.

En la mayor parte de los municipios de Tamaulipas y en particular en Ciudad Victoria, el grito o clamor más fuerte es el AGUAAAAA-ACUEDUCTO.

Porque a la severa sequía de los últimos años, derivada del cambio climático, se agregan series deficiencias en los sistemas operativos para la distribución del escaso líquido. La mayoría de las COMAPAS están tronadas.

Por el sector agropecuario, el grito más sonoro de los campesinos es el de APOYOS a la Producción y Comercialización, ante el severo abandono de los estímulos por los últimos dos gobiernos ENRIQUE PEÑA NIETO y dramáticamente por ADRES MANUEL LOPEZ OBRADOR .

En el sector educativo tamaulipeco se escucha dos gritos muy fuertes, el de los maestros paristas «FUERA LUCIA», y en las escuelas el de los padres de familia y alumnos reclamando «QUEREMOS CLASES».

En los viajeros frecuentes en la ruta Victoria-Monterrey, el grito intenso es de reclamo a que se concluya la autopista, en especial el PUENTE TRUNCO DE MAINERO, que lleva casi 15 años a medias y en total abandono.

En el terreno legislativo tamaulipeco, el Grito es de reclamo de TRABAJO PARLAMENTARIO de altura, de urgencia al debate de los temas importantes para la sociedad y no la defensa intransigente de personas o intereses sectarios. Y es que aunque usted no lo crea URSULA SALAZAR MOJICA y sus morenistas no dan el ancho, en tanto que los panistas al igual que su dirigente LUIS RENE CANTU GALVAN se quedaron «CACHORRITOS».

Y en la antesala del primer año de gobierno para el Poder Ejecutivo, la demanda más importante es PRESUPUESTO y RESULTADOS, porque en el marco de caos heredado por la desastrosa administración panista, la sociedad sigue esperando la reactivación económica con acciones sólidas de infraestructura para el desarrollo.

Tarea en lo que deben aplicarse a fondo todos los integrantes del gabinete estatal, las delegaciones federales y los alcaldes de los 15 ayuntamientos más poblados, pues de todos ellos depende la mejor interacción y gestión con el gobierno central.

No es solo el gobernador AMERICO VILLARREAL ANAYA el responsable, sino todo su equipo, pero la mayoría de los integrantes del gabinete han quedado pequeños ante las expectativas generadas.

Solo hay que estar atentos para escuchar los clamores populares que son muchos.

¿Y usted cuáles ha escuchado?

¿ O cuál es su grito estimado lector?