Columnas

Acueductos y posturas

Por: Javier Terrazas. 

La mayor parte de las ciudades medianas y grandes de Tamaulipas tienen un serio problema de abasto de agua potable, de sus redes de drenaje sanitario y pluvial.

Los problemas más serios están en las ciudades fronterizas, desde Nuevo Laredo a Matamoros.

Las fuentes de acceso al agua son cada vez más escasas. El estiaje aprieta en el norte del país y Tamaulipas está en «la cola» del reparto de aguas que alimentan las cuencas del Río Bravo y Río San Juan, las más importantes.

Las fuentes de abasto también están mermadas en las regiones centro y parte del sur de Tamaulipas.

A Victoria, capital del estado, le urge la segunda línea del acueducto «Guadalupe Victoria» que trae el preciado líquido de la Presa Vigente Guerrero, a 52 kilómetros de distancia.

La obra debió hacerse hace unos diez años, pero las limitaciones presupuestales federales, falta de buena gestión ante el gobierno central y malos gobiernos estatales y municipales, la fueron postergando, al grado que el desabasto vuelve a hacer crisis como en la década de los ochentas del siglo pasado.

Y no solo es falta de agua para uso doméstico, comercial e industrial de las diversas regiones de la entidad, sino para el uso agrícola.

Los principales Distritos Agrícolas de la entidad, ubicados en la zona fronteriza, Bajo Río San Juan (026) y Bajo Río Bravo (025).

El primero comprende 87 mil hectáreas en los municipios de Miguel Alemán, Camargo, Díaz Ordaz, Reynosa y pequeña parte de Río Bravo.

Y el segundo con 202 mil 548 hectáreas ubicadas en una pequeña parte de Reynosa, Río Bravo, Valle Hermoso y Matamoros.

Como sus nombres los indican, son alimentados por las cuencas de los ríos San Juan  y Río Bravo.

El río San Juan llegaba con sus aguas a la presa «Marte R. Gómez», pero en la década de los 90 se construyó la presa «El Cuchillo» con anuencia de la CONAGUA y los volúmenes diezmaron, porque parte de esta se deriva para abasto de Monterrey y su zona metropolitana, donde la Junta de Aguas y Drenaje de esa entidad se obliga a retorna aguas tratadas, pero por lo general incumple e indemniza, afectando la productividad del Distrito.

La presa «El Cuchillo» inició su construcción en 1989 y fue inaugurada en 1994 por el presidente Carlos Salinas de Gortari.

Por cierto, que se concibió por el gobierno federal cuando el gobernador en Tamaulipas era  el Ing. Américo Villarreal Guerra,  (1987-1993) quien habiendo sido Subsecretario de Infraestructura de la SARH, en el gobierno de Miguel de la Madrid,  con toda su sapiencia del tema, no pudo impedir la construcción.

Y es que las aguas superficiales y profundas son propiedad de la nación y no de los gobiernos estatales o municipales.

Además, siempre se prioriza en la legislación el abasto para consumo humano sobre los otros usos.

Por ello, también ha diezmado el flujo de los escurrimientos de la Cuenca del Río Bravo, para el Distrito Bajo Río Bravo, cuyos afluentes nacen en Chihuahua, Durango, Coahuila y Nuevo León.  Los usos humano y agrícola a lo largo de la cuenca, más las extracciones ilegales, toleradas, han afectado y afectan a Tamaulipas.

La sequía derivada del cambio climático, la mayor densidad poblacional en la zona fronteriza del norte del país, la ampliación de la frontera agrícola en algunos distritos, dificultan el abasto y distribución equitativa del agua.

Por ello, se convierte en el líquido más preciado para las ciudades y regiones.

La situación se severo estiaje y agotamiento del sistema de presas en el norte del país, obliga a ver hacia otras fuentes alternativas.

Nuevo León está retomando el Proyecto Monterrey VI, que ya había sido autorizado por la CONAGUA a gestiones del gobierno de Rodrigo Medina en Nuevo León, pero que se detuvo por el rechazo del gobernador independiente Jaime Rodríguez Calderón, que adujo concursos amañados e inflados.

Se trata de llevar agua del Río Pánuco en el sur de Tamaulipas a través de un acueducto hasta el sistema de presas que alimenta a Monterrey.

La obra incluso fue cabildeada con autoridades tamaulipecas, para que ciudades por las que pasaría, entre ellas Victoria, tuvieran una conexión, para alimentar en casos periodos de estiaje.

La viabilidad de la obra está documentada en las obras autorizadas por la Comisión Nacional del Agua.

Y podría ser alternativa para que algunas ciudades tamaulipecas tuviesen una solución a menor costo, aprovechando esa gran infraestructura.

Por ello extraña la oposición que manifiesta el aún precandidato a gobernador por MORENA en Tamaulipas a esa magna obra, que en el proyecto original tenía una mezcla de recursos federales, del Gobierno de Nuevo León e iniciativa privada.

La argumentación del galeno cardiólogo está, un tanto descabellada, porque el agua es un recurso federal y no del estado.

Y muestra un desconocimiento de las cuencas que alimentan a los distritos de riego y los convenios establecidos para que Tamaulipas fuese indemnizado, ante las inevitables obras hidráulicas.

El Tratado de 1944 es de orden internacional, México recibe en los estados del noroeste aguas del río Colorado que es de Estados Unidos y la paga con aguas de la Cuenca dl Río Bravo, al vecino estado de Texas. Nada que ver con Nuevo León.

La presa «El Cuchillo» se hizo para captar aguas de la Cuenca del Río San Juan, un sistema regulador de escurrimientos para que la presa Marte R. Gómez, no derivara aguas al Bravo y que estas llegaran a la desembocadura.  Los acuerdos firmados para la devolución de aguas tratadas o indemnizaciones a productores son únicamente para usuarios del  Distrito 026.

Quizás pensaron los estrategas del precandidato Moreno a la gubernatura que si le entraba al polémico caso, le daría algo de simpatías en el sector agropecuario y urbano,

Pero la realidad que lo descobija como un hombre poco conocedor del tema que fue la especialidad de su padre, quien siendo un experto en el tema tuvo que doblar las manos y permitir que la presa «El Cuchillo» se construyera en su época de gobernador en Tamaulipas.

Parece le fallaron los asesores a cardiólogo, porque la ventanilla para esos asuntos es el Gobierno Federal, específicamente la CONAGUA y no el gobierno del estado vecino que preside el arrebatado Samuel García Sepúlveda.

Confundir las Cuencas Hidrológicas y los Distritos a que alimentan, es como si en una cirugía cardiovascular, cuatrapeara las venas con las arterias o las aurículas con los ventrículos.

Intentar abordar los temas candentes con un enfoque mediático, sin entender como funciona el sistema hidráulico, resulta contraproducente.