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¡AMARGA SERÁ LA NAVIDAD DE LOS POBRES!

¡AMARGA SERÁ LA NAVIDAD DE LOS POBRES!

Por: Daniel Molina Báez

La Navidad es un acontecimiento anual, cuyo objetivo es la conmemoración al nacimiento de Jesús. De acuerdo con algunos investigadores esta tradición internacional que llevan a cabo los feligreses se destacó en el calendario gregoriano; además es una celebración que se relaciona con la religión católica por la Natividad.

Se cuenta que hace muchos años, la actual celebración por navidad estuvo muy cerca por los festejos del solsticio de invierno, donde antiguas civilizaciones realizaban ceremonias en santuarios de la Antigua Roma. Incluso la temporada de invierno tiene una relación cercana con las creencias antiguas; como es que el invierno estaba relacionado al periodo de paz, donde Marte, dios de la guerra, quien también era el dios de la primavera contemplaba a la estación del invierno.

Los historiadores cuentan que los antiguos griegos relacionaban el solsticio de invierno con la tranquilidad ya que en la mitología helénica el Dios Zeus ordenó que durante los siete días antes y los siete que preceden al solsticio, los vientos se calmaran con el objetivo de que el Alcíone (actualmente es una constelación estelar) en su forma de ave pudiera empollar y se dice que en aquella época los navegantes del mar Egeo no sabían que era la tempestad, así que a esa temporada se le llamó como “días de Alcióne (semidiós convertido en el Martín pescador)”, tiempo en que sus integrantes conocieron la tranquilidad.

Años después las celebraciones de los griegos fueron sustituidas por la llegada del catolicismo a Europa y se apadrinó durante la temporada decembrina la “Natividad”, adoptando la celebración de los romanos de la llamada Estreina, Estrenua o Estrena que era una veneración a través del intercambio de regalos.

Con el paso de los años las tradiciones de múltiples culturas fueron evolucionando, cambiando los intereses y en otros casos acogiendo algunos elementos de cada cultura para formar lo que actualmente se conoce como la Navidad y poco a poco cada cultura y cada familia de acuerdo con sus creencias conservó, aplicó y réplica sus propios festejos.

En México la festividad de la Navidad también fue cambiando y adoptados elementos de otras culturas y épocas, como el virreinato, las franciscanas, así como el catolicismo, incluso algunos que fueron utilizados por la Corona de España durante el reinado de Carlos III.

Actualmente la festividad tradicional cuenta con múltiples elementos como: Posadas, Árbol de Navidad, Los tres reyes magos (Melchor, Gaspar y Baltasar). El nacimiento, la cena de nochebuena, el niño Jesús, etc.

Todos los elementos de las celebraciones decembrinas se relacionan entre sí, por la memoria del histórico acontecimiento católico como fue el nacimiento de Jesús, cada uno de sus elementos está unido y tejido por un mismo objetivo; anualmente la Navidad se conmemora el día 25 de diciembre.

 

Algunas de las familias acostumbran a realizar un brindis, decir algunas palabras o deseos, así como agradecimientos respecto a los vivido o logrado durante un año. En algunos hogares se acostumbra a arrullar a los niños dios, cantarles, hacerles una oración, y dan dulces a los asistentes como aguinaldo. Llenan de regalos el árbol de navidad para los integrantes de las familias, posteriormente esperan la llegada de los reyes magos.

Pero esos obsequios no llegan a todos los pequeños de las familias mexicanas. No hay mucho que festejar porque miles de mexicanos han perdido su empleo, muchos pequeños negocios cerraron sus puertas, en esta navidad las familias humildes no contarán con una cena navideña, porque se debaten entre la pobreza y su economía se ha perjudicado más. La pregunta es ¿qué cena de Navidad se espera para los pobres, cuando sube el precio de la canasta básica, de los servicios? ¡Amarga será la Navidad de los pobres! ¡Olvidados como siempre!, y aunque el presidente en sus discursos se llene de palabras conmovedoras y optimistas de que “Primero los Pobres”. Los resultados de su gobierno no son los mejores, el país se cae a pedazos y se desmorona.

Los discursos de buenos deseos de felicidad y prosperidad no regresaran a la familia que perdimos; los problemas económicos y los problemas sociales, no se resuelven con alocuciones, buenos deseos y bendiciones. Hace falta trabajar para que un México mejor se haga realidad y esto lo debemos entender todos los mexicanos.