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Américo no quiere las reformas de Cabeza

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Oscar Contreras

Américo no quiere las reformas de Cabeza

El doctor Américo Villarreal Anaya es un ser privilegiado, estudió en la Ciudad de México en las mejores escuelas y cuando terminó sus estudios de medicina, su papá consiguió que hiciera su internado en el Hospital de Especialidades de Pemex en Picacho y luego, después de ejercer un tiempo su especialidad lo hicieron un burócrata de buen nivel en el sector salud y no se le dificultó para ejercer la medicina al mismo tiempo.

Américo, nunca ha batallado para conseguir un cargo público, su nombre es su aval y aunque nunca participó en la política, un buen día Andrés Manuel López Obrador se enteró de su existencia y como viejo zorro de la política lo acechó para hacerlo primero candidato a senador y luego candidato a gobernador, ya que ninguno de los integrantes de MORENA en Tamaulipas le garantizaban ganar una elección.

El viejo político tabasqueño sabía que Américo hijo con mencionar tan sólo su nombre ganaría cualquier elección, AMLO conoció a Villarreal Guerra y en un momento de su carrera lo ayudó e impulsó a seguir en la política y con hacerlo gobernador le pagaría al padre, quien en un momento dado también al igual que su hijo, le tocó establecer un nuevo régimen.

Con Villarreal Guerra los neoliberales encontraron el espacio adecuado para arribar a Tamaulipas y acabar con los cacicazgos obreros que impedían el establecimiento del neoliberalismo y sus reformas del campo, trabajo, educación y TLC, donde los dirigentes sindicales y campesinos nada tenían que aportar.

A Villarreal Anaya le toca implementar una serie de cambios para fortalecer el centralismo del gobierno federal y en especial su control político en el estado, es decir, apoyar la llamada dictadura perfecta, esa que mantiene a la democracia como uno de sus principios fundamentales, pero en la práctica no la ejerce y el gobierno federal siempre manejara a su antojo al gobierno estatal.

Por ello, Villarreal Anaya al saber que cuenta con el apoyo total de AMLO exige, juzga, amenaza y señala, sin el más mínimo temor a equivocarse, al gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, a quien le pide que deje de moverse por el estado, ya que le faltan ocho semanas estar al frente del gobierno estatal y nunca hará lo que pudo hacer en seis años.

Dice Américo que no permitirá las reformas ilegales de Cabeza de Vaca y dice: “no voy a permitir que cercenen maliciosamente mis atribuciones como gobernador en temas tan importantes como cuidar la paz y la tranquilidad de todas y todos los tamaulipecos”.

Pues muy bien, pero todo eso, quiéralo o no, lo tiene que aprobar el Congreso de Tamaulipas y primero tendrá que volverse el líder de los diputados que no respetan a nadie y después, si puede, tendrá que conquistarlos para que MORENA vuelva a ser mayoría.

De otra manera, si Américo no se esfuerza un poco para controlar a los diputados locales, le será muy difícil hacer los cambios que ya están establecidos en la Constitución Local, y debe saber que ser gobernador no implica que todos los deseos se cumplan, ya que el contexto actual no es como el que tuvo su papá.

Así que ahora que ya es gobernador electo e impugnado, tiene que aprender a ser político, a conseguirse un equipo de profesionales, para que los consulte antes de salir, por desesperación, a declarar y señalar cuestiones que sus adversarios políticos ni lo escuchan ni lo ven, porque tener el poder les costó y al perderlo no se lo entregaran fácilmente.

De salida. Que el diputado panista Félix “Moyo” Aguilar informó que su bancada está fuerte, y nadie de los legisladores que la integran dará un paso atrás y seguirán unidos, porque traicionaría a Tamaulipas más que al gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, ya que han legislado para los tamaulipecos y no pondrán en riesgo la paz y seguridad que GobTam ha construido en los más de cinco años que lleva el actual gobierno.

De igual manera, los morenistas no aceptan y hasta creemos que no entienden que la pasada elección está impugnada y eso lo tiene que resolver el Tribunal Electoral antes de que Américo Villarreal tome posesión, pero por las evidentes irregularidades que presentaron es posible que la anulen de tal manera que la elección se volvería a programar.

Sin embargo, se dice que al tomar posesión Américo Villarreal Anaya, tres o cuatro diputados que en este momento apoyan al Partido Acción Nacional se pasarán a la bancada de MORENA y con ellos o ellas, van a derogar las reformas que aprobaron los panistas y aliados en el último mes, pero eso quisiéramos verlo, porque en la fracción morenista es evidente que no hay quien los coordine y desde el inicio de la legislatura eso los debilitó hasta perder la mayoría parlamentaria, caso contrario a los panistas, que como dice Moyo están más fuertes que nunca.