Columnas

CAPRICHOS PELIGROSOS

LOS PUNTOS SOBRE LAS…

POR ÁNGEL VIRGEN ALVARADO

Sucedió en Matamoros, Tamaulipas, hace un mundo de años: 47
Corría el año de 1977 cuando, por un incidente de tránsito en calles de Ciudad Alianza, cerca de la Escuela de Enfermería de la UAT, un individuo conocido como “Chapita”, disparó su arma contra el auto del profesor CARLOS ARIAS porque rozó su vehículo.
Por increíble que parezca, la bala entró en la base trasera del cuello del profesor y le salió por la boca, tumbándole los dos dientes superiores.
¡Pero el profesor no murió!

Lo que siguió fue una auténtica faramalla, por parte de las autoridades.
Hacían como que buscaban al facineroso, sin ser así.
Resultó que el tal “Chapita” era familiar de un temible capo.
El Inspector de Policía era ROBERTO MORALES GARZA y el comandante, FRANCISCO GRACIA OCHOA.
El Agente del Ministerio Público, LIC. JUAN HÉCTOR GARCÍA BENAVIDES, no tenía elementos para integrar una averiguación previa penal, solo la versión del profesor herido.
Las investigaciones estaban estancadas.

Al paso de los días, la irritación de los maestros fue creciendo y un buen día iniciaron sus protestas porque el gobierno municipal de GUILLERMO GUAJARDO GONZÁLEZ también manejo el caso con desinterés.
Los maestros desenterraron su lanza de guerra e hicieron un plantón frente a la Presidencia Municipal donde se cerró el tráfico a la circulación.
De Nuevo Laredo llegó a Matamoros el líder de los maestros de la Sección XXX, REGINALDO ELIZONDO y, junto con una comisión, se entrevistaron con el alcalde GUAJARDO GONZÁLEZ.
El movimiento magisterial estaba en marcha.
De ciudad Victoria se trasladó a Matamoros el Procurador de Justicia, LIC. RAÚL ALBERTOS BETANCOURT.
Fue en la sala de Cabildo donde maestros y funcionarios comenzaron las negociaciones, en tanto que, en la calle, profesores y estudiantes gritaban: “¡Jus-ti-cia!” “¡Jus-ti-cia!” “¡Jus-ti-cia!”.
El pliego petitorio de los maestros exigía:
1.- Cese del AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO
2.- Cese del Inspector Policíaco, ROBERTO MORALES GARZA
3.- Cese del Comandante policiaco, FRANCISCO GRACIA OCHOA.
4.- Cese del jefe de la Dirección de Investigaciones Especiales -DIE-
Unos periodistas se entrevistaron con el líder magisterial, REGINALDO ELIZONDO para avalar la buena conducta y buen trabajo del Inspector ROBERTO MORALES GARZA.
Fue la única concesión que hicieron los maestros: Respetar ese cargo, más no lo demás.
En el despacho del alcalde, sentado en el escritorio, el LIC. RAÚL ALBERTOS BETANCOIURT apeló a la buena disposición de los maestros para pedir que dejaran continuar trabajando al AMP, JUAN HÉCTOR GARCIA BENAVIDES.
“No. Queremos que lo cese” -dijeron los profesores.
Luego, el alcalde GUILLERMO GUAJARDO GONZÁLEZ les dijo:
“Maestros, ustedes me conocen. Saben la amistad que tengo con PANCHO GRACIA (el comandante), les pido por favor que respeten su cargo.
“No. Queremos que lo cese”- dijeron los profesores.
Eso molestó al alcalde que dijo: “Pues si el Procurador no cesa al AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO, yo no cesó a PANCHO GRACIA” -y enojado se fue a un pequeño despacho adyacente.
“¡Memo!” “¡Memo!” -lo llamó el Procurador, pero el alcalde no hizo caso.
Entonces, RAÚL ALBERTO BETANCOUR, el Procurador, levantó la vista, miró a los maestros y dijo:
“Está bien. Que pese sobre sus conciencias y me guardan la parte que me corresponde: ¡Esta cesado JUAN HÉCTOR GARCIA BENAVIDES!”.
-“¡Esta cesado PANCHO GRACIA!”- gritó el alcalde GUILLERMO GUAJARDO.
Los maestros salieron gritando “¡vivas!” y “¡Se hizo justicia!”
A los pocos días “Chapita” fue aprehendido y encarcelado.
Aquel problema que parecía se iba a desbordar, fue sofocado oportunamente.
Hubo colmillo político.
No ocurrió lo mismo tres años después…
El capricho de un alcalde, impreparado políticamente, que se empeñó en sostener en el puesto a un Inspector de Policía (EMILIANO DEL TORO FARÍAS) provocó LA FURIA DEL PUEBLO Y LA QUEMA DEL PALACIO MUNICIPAL.
Todo por sostener en un cargo a un personaje: Son, sin más, CAPRICHOS PELIGROSOS.
Por hoy, es todo.