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De la Peñita a la Presa

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza

De la Peñita a la Presa

Es cierto, imposible negarlo, cuidar el agua es fundamental sobre todo ahora que solo en seis municipios de Tamaulipas los estragos de la sequía de año no se sienten y la gente está contenta porque tienen agua, porque la versión salida del Congreso del Estado hace ver que en los 37 restantes las cosas están bien complicadas por la escasez del vital líquido.

Que se haya aprobado el funcionamiento de un semáforo para el cuidado del agua, tras un acuerdo de los Legisladores y a propuesta de la Diputada priísta, Alejandra Cárdenas Castillejos, abona mucho a la importancia del cuidado del agua, sobre todo, para evitar el desperdicio, porque en un escenario en el cual la falta de ella en los hogares es demasiado incómoda.

El asunto es que, el cuidado del agua es un asunto cultural que jamás avanzó de manera adecuada, siempre se quedó en buenos deseos de los maestros que se interesaban en asuntos del medio ambiente y desde luego de los ciudadanos que se metieron de lleno a luchar a favor de la preservación y saneamiento del entorno.

Los estudiosos consideran que situaciones como las que viven las personas de la zona conurbada de la Ciudad de Monterrey y desde luego en la capital de Tamaulipas nunca llegarían a darse, sin embargo, el futuro llegó con demasiada anticipación y agarró a medio mundo sin el chip de la cultural para el cuidado del agua.

En Ciudad Victoria, eran pocos quienes pensaron que sitios emblemáticos del abastecimiento de agua se quedase en el olvido, porque dejaron de aportar litros por segundo a la red de distribución y eso que el crecimiento poblacional de la capital no tiene los alcances de otras capitales estatales, ha crecido sí, pero, no se ha sobrepoblado como es el caso de Monterrey y su zona metropolitana, Chihuahua Ciudad, San Luis Potosí y la zona central de esa entidad, Zacatecas capital y Guadalajara en el estado de Jalisco, en el entendido de que, no todas tienen líos grandes de agua como la capital nuevoleonesa.

A fines de los años setenta y principios de los ochenta, el Cañón del Novillo era la fuente principal de abasto de agua para la ciudad y su distribución se hacía por gravedad de manera general y la zona de las galerías filtrantes de La Peñita que estaban Río San Marcos hacia arriba, por la salida vieja a Jaumave y a la altura del restaurante de Don Sabás, que era icónico por sus carnitas y las gorditas que allí se elaboraban, parecía que tendría agua para muchas décadas, no fue así.

No había semáforo del cuidado del Agua, pero, quien fuera responsable del organismo operador, don Leoncio Torres Delgado, siempre hablaba de la importancia de cuidar el agua, empecinado en crear una cultura de la población e hizo ver la necesidad de buscar otra fuentes de abastecimiento para la ciudad, por ello apareció la frase que sería común, como alternativa, pozos de la zona norte ubicados a la altura del kilómetro ocho por la carretera a Monterrey, funcionario algunos años y se logró salvar de la escasez de agua a Victoria, sin embargo, no fueron la solución.

Sin cultura a favor del agua ni semáforo que alerte sobre la importancia de cuidar el vital líquido, apareció una nueva alternativa, la línea del acueducto de la Presa Vicente Guerrero, cuya inversión fue conseguida y aplicada por el Gobernador Américo Villarreal Guerra, quien aseguró en su momento que por la dimensión de la obra en cuánto al aporte de litros por segundo al sistema de distribución garantizaría las necesidades de agua de los victorenses por 20 años.

Ese tiempo se antojó eterno y de nuevo las voces para el cuidado del agua aparejado con la falta de inversiones de la COMAPA para reparar todas las fugas que hay en las redes de distribución que con el tiempo llegaron a significar el desperdició de casi la cuarta parte del agua, agravaron la situación y apenas terminó la administración municipal del contador y actual diputado Federal, Oscar Almaraz Smer, la apareció el problemón que ni la administración anterior ni la actual del Ayuntamiento logran resolver.

Hay quienes creen que la cultura del agua es un asunto de las escuelas, en particular las del nivel básico, obvio, no es así, es de cada persona, cualquiera que sea su edad, de cada ciudadano que vea una fuga y con la camiseta puesta del cuidado del agua y del ambiente, debería de hacer personal el asunto y reparar la avería para que el agua no se derrame, por ello, el cuidado del agua es de todos los días, de cada segundo y minuto, porque el hecho de cerrar una llave si no se ocupa abierta, es un avance significativo en la cultura a favor del agua.

La Diputada local plurinominal Cárdenas Castillejos, decidió poner manos a la obra para llegar a la reforma de la Ley de Aguas de Tamaulipas, para que siempre el agua se use de manera adecuada y resaltó que el semáforo será por región y municipio de la entidad, para hacer ver la disposición del vital líquido y que la población además de cuidarla tenga la capacidad de reducir su consumo para que, la que exista alcance para la mayor parte de los demandantes del vital líquido.

La sequía continuará, mínimo para que después de la canícula y la escasez de agua se agravará, algo que ya se ve en la capital de Tamaulipas, porque pasan días y días sin que, la mayor parte del día exista para las necesidades básicas de los ciudadanos, al grado tal que, pareciera que la falta de cultura del agua y hasta el propio semáforo ya no sirven, porque ya no hay agua que cuidar.

Dice el dicho que nadie sabe aquello que tiene hasta que se pierde y la falta de agua una realidad que nadie quiere aceptar, porque de forma ilusa creen que el Ayuntamiento resolverá la situación.