Columnas

Día del obrerismo.

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza.

Día del obrerismo.

Es el Día del Trabajo en el mundo y, contra la lógica, no se trabaja, porque es una fecha dedicada al festejo de los logros obtenidos por los líderes obreros de muchos países del mundo, quienes, a partir de movimientos focalizados, lograr romper con medidas radicales que poco a poco los dueños de las empresas establecieron para su conveniencia económica, sin tomar en cuenta el desgaste que representaba para la clase obrera.

El Día del Trabajo en México, es para desfilar, celebrar y disfrutarse en familia, porque la mayoría de las empresas cierra, así se trate de plantas que producen artículos en serie.

En dado caso de que los obreros deben de presentarse a laborar por cuestiones de compromisos de productividad, los responsables de la administración saben que es una fecha en la que se pagan tres salarios.

En esta capital habrá el usual desfile de trabajadores de sindicatos obreros y de las dependencias de los tres niveles de Gobierno.

Se trata de un evento que ya no será por la Calle Carrera Torres y tendrá un templete para las autoridades sobre una de las perpendiculares acostumbradas, la calle ocho o el 15, porque habrá de trasladarse al estacionamiento del Parque Bicentenario y el sitio para los que presidirán el desfile será el acceso al Polyforum de aquella misma unidad de instalaciones del Gobierno de Tamaulipas.

El desfile del Primero de Mayo era un escaparate para que los trabajadores a través de mantas, cartulinas, coro de voces y altoparlantes, demandasen o reclamaran mejores salarios, prestaciones y que se cumplieran en el menor tiempo posible los acuerdos que año tras año suscriben en un esquema de fortalecimiento de las relaciones obrero-patronales.

No puede negarse que los sindicatos, a pesar de sus dirigentes regionales, estatales o del país, se mantienen como la pieza fundamental de la estabilidad laboral de las ciudades. En esta capital, para no ir muy lejos, hay una prueba de ello, la maquiladora Delphi, donde, el entendimiento entre los mismos trabajadores evitó situaciones de conflicto político y de esa manera se salvaguardaron los empleos, los cuales, desde nuestra perspectiva, son lo más valioso que hay, si tomamos en cuenta las dificultades existentes para la aparición de inversiones y la generación de empleos.

En el Día del Trabajo, vale la pena dedicar un espacio para la reflexión, es indispensable revalorar la chamba, por su relación íntima con la estabilidad y la felicidad de las familias. Todo mundo quiere ganar más, a nadie le agrada que le contraten por un salario mínimo, porque la aspiración es otra, sin embargo, ante la escasez de fuente de trabajo, los obreros tienen que jugársela con sus patrones o sus jefes para entrarle a cualquier área que deba de reforzarse con miras a mejorar las ganancias.

Todos podrían hablar de los mártires de Río Blanco, Cananea y Chicago o de los manejadores de movimiento obreros que tuvieron su auge durante la revolución industrial y también de los detentadores del poder obrero, quienes, por muchos años fueron personajes célebres en cada ciudad del mundo donde formaron sus imperios.

También escucharemos de lo relevante que fueron las conquistas obreras, como la jornada laboral de ocho horas, para que, además de las ocho horas de descanso o de dormir, las restantes ocho se dedicarán a la familia, al ejercicio, la lectura y el cultivo de los valores familiares. Se incluirá además los beneficios alcanzados a través de instituciones formadas con el respaldo de los Gobiernos de los países, que les permitieron contar con servicios de salud, amortización de vivienda y créditos para obtener bienes muebles o viajes.

En el Día del Trabajo o del obrerismo, se pueden hacer recuentos de los logros mayúsculos, sin embargo, el gran pendiente en las luchas sindicales es el salario, porque pulverizado como está no alcanza para lo previsto en la Constitución Política de México, ni la de cualquier otro país del mundo, si en ellas se refiere a que el salario será tan honorable que servirá para que una familia pueda vivir en buenas condiciones.

Es a partir de ello que, los líderes de Sindicatos o sus colaboradores en los comités hablan de que lo político del trabajo que hacen los dirigentes no repercute de manera directa en la determinación de un salario real, es más, se ha dicho que el salario en México es anti Constitucional, porque está muy lejos de cumplir con el espíritu de la Norma fundamental de la nación.

Está viva la idea surgida de las bases sindicales en el sentido de que, hay lugares donde urge una purga de líderes, para oxigenar el movimiento obrero, por ejemplo, en Tamaulipas, pese a que el dirigente de la Federación de Trabajadores, Edmundo García Román, cuenta con el respaldo de la Confederación de Trabajadores de México, muchos creen que debiera de ser relevado del cargo, porque ya se cicló y no aporta resultados para la clase obrera. Lo mismo se dice de varios secretarios Generales de la Federaciones Regionales de Tamaulipas o de sindicatos como el de los Petroleros que pertenecen a la CTM, pero, se comportan como si fueran más que la Confederación.

Esperemos que, de manera paulatina, las nuevas generaciones de líderes sindicales puedan tomar el control de sus gremios para que, le entren con más ganas, para hacer más grande el sindicalismo de México.

Quienes tienen que desfilar este Primero de Mayo en Victoria y en cualquier ciudad de Tamaulipas, que lo hagan con convicción, no por obligación con sus representantes sindicales. La celebración del Día del Trabajo, debe de relacionarse con el proceso histórico de las luchas obreras del mundo, para que siempre se mantenga en el contexto adecuado.

El Día del Trabajo, si bien es cierto que es, un día sin trabajo, tiene además de inculcarse como un día de mucho valor, porque, no se tiene que ser obrero para festejarlo, basta con trabajar en lo propio, como directivo o como empleado, para entender que el trabajo es parte del equilibrio de las personas en todos los sentidos, hasta el psicológico.

Los otros.

De tres en tres, el dirigente de los trabajadores cetemistas de Matamoros, Juan Villafuerte Morales, ya tiene sus años como líder del Sindicato de Jornaleros y Obreros de la Industria Maquiladora de aquella ciudad fronteriza.

Le acaban de reelegir por enésima vez, para que se quede en el cargo y es este lunes cuando inicie su nuevo mandato, se empelará a fondo para responder con creces al voto que le dieron los delegados sindicales de su organización.

Dicho en otras palabras, trabajará para alcanzar más beneficios que beneficien a sus compañeros de todas las empresas que controlan desde el punto de vita sindical.