Columnas

Discriminación es injusta

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza

Discriminación es injusta

En el mundo y desde luego en México, siempre habrá datos que duelen desde una perspectiva humana y social, por ello, las investigaciones que llevan a cabo instituciones como el INEGI, tienen que conocerse de forma masiva, analizarse, entenderse y servir para impulsar cambios positivos.

Es el caso de la evaluación social sobre la discriminación en el país y cuyo resultado debe doler, porque el este fenómeno social aumento varios puntos porcentuales en comparación a anterior estudio realizado en 2017.

De hecho, nadie debería de discriminar a nadie, en principio porque se supone la existencia de un mundo igualitario en todos los sentidos.

La discriminación es en términos claros, el rechazo social injusto a partir de prejuicios, estigmas o estereotipos, que tiene impacto negativo en los derechos humanos de las personas, de ahí que los estudios de investigación social sean fundamentales para dar con las causas subyacentes del fenómeno de discriminación.

Al conocerse pueden analizarse y trazar líneas de acción que responsan a una estrategia no solo del gobierno, sino de las organizaciones sociales y de las comunidades mismas, por eso existe un Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y es el primer interesado en los resultados del comportamiento de la población.

El estudio más reciente del INEGI, permitió conocer que casi el 24 por ciento de las personas que fueron parte de las encuestas del INEGI, dijo haber sido discriminada en los últimos meses, porcentaje que aumento en 3.5 puntos respecto a 2017.

Por desgracia, son más las mujeres que dijeron sufrir discriminación, el 24.5 por ciento, en tanto que los hombres fueron el 22.8 por ciento, algo que es raro, porque del 2017 para acá, la lucha contra la violencia de todo tipo que sufren las mujeres es mejor y supone resultados a la vista, sin embargo, no es así.

Este fenómeno por entidades federativas causa sorpresas, porque es Yucatán el estado que tuvo el porcentaje más alto, 32.1 y, la más baja fue se registró en Sinaloa con el 13.8 por ciento.

También en Oaxaca, Guerrero y Jalisco la discriminación ronda por los niveles de Yucatán, mientras que Tamaulipas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Coahuila y Zacatecas andan entre el 20.1 y el 23 por ciento. También bajos como Sinaloa aparecen Nuevo León, Chihuahua, Sonora, Nayarit, Colima, Campeche y Chiapas.

Las entidades en las cuales se discrimina más a las mujeres son San Luis Potosí y Querétaro, en tanto aquellos en las que sucede a los hombres son Yucatán y Jalisco.

Respecto a las causas de este fenómeno social que no debería de existir, fue notorio que aquella que se da por motivos de creencias religiosas bajo del 28.7 por ciento en 2017 a 19.9 por ciento en 2022, mientras que, el tono de piel se mantuvo en 13-1 por ciento.

La discriminación por la forma de vestir, peinarse, tener tatuajes o perforaciones corporales, son de las causas más altas, superan el 30 por ciento y muy cerca a esos porcentajes está el peso y la estatura, que, en el 2017 alcanzaron el 29.1 por ciento y para el 2022 se redujeron a 27.5 puntos, obvio, son datos que tienen un gran significado social, porque en México, muchas personas tienen sobrepeso y también en una proporción alta son chaparros.

Por opiniones políticas, el 24.6 por ciento ha sido discriminado, por la condición de mujer o de hombre también se da el este fenómeno estudiado por el INEGI y el porcentaje alcanza casi los 24 puntos.

Por la forma de hablar se da casi en 23 por ciento, por la edad en 21.4 puntos, por la clase social 17, por el lugar donde vive en el casi 16 por ciento, por alguna enfermedad 6.8, por discapacidad 5.3, por preferencia sexual 3.1 y por ser indígena o afrodescendiente casi el cinco por ciento.

Para el análisis y la determinación de intervenir cada ciudadano desde su trinchera para reducir y evitar la discriminación, debe decirse que los datos aportados por las personas encuestadas con motivo del trabajo de investigación del INEGI, indican que la discriminación más frecuente para las mujeres fue por ser mujer, con 35.3 por ciento, después por su forma de vestir, con 31.8 y debido a su peso o estatura, con el 30.7.

Respecto a los varones hombres, entre las causas los motivos más señaladas están la manera de vestir, con 29.1 por ciento, las opiniones políticas con 29.0 y la forma de hablar, con 24.8.

Con los datos en la mano, queda claro que las líneas de acción de las estrategias que pretenden reducir la discriminación deben de fortalecerse desde cualquier ámbito, en el entendido de que, no puede dejarse todo al Gobierno y a las instituciones educativas, la sociedad desde la familia tendría adoptar una postura opuesta a la discriminación, es decir, igualdad, tolerancia, integración, inclusión, interculturalidad, diversidad y reparación.

Además, comprender que la no-discriminación es un derecho que forma parte del principio de igualdad y protege a las personas de ser discriminadas por cualquier motivo.