TampicoZona Conurbada

Don Rosalío, el abuelito que vivía en una camioneta hoy está «como nuevo»

*En el asilo Paz y Alegría recibe la atención necesaria que le ha permitido mejorar su calidad de vida. Personal de la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia da seguimiento al caso para verificar que el adulto mayor esté en buenas condiciones

María de Jesús Cortez

Don Rosalío, quien durante casi un año vivió adentro de una camioneta abandonada en la colonia Cascajal hoy está como nuevo. A unos meses de que el octagenario fue trasladado por personal del Sistema DIF porteño a un asilo de la localidad, el hombre de la tercera edad vive en excelentes condiciones.

En aquella ocasión, tras ser rescatado y previo a ser internado en el asilo, Don Rosalío fue internado en el hospital Carlos Canseco donde permaneció varios días. Le dieron la atención médica que requería y que después bajo los cuidados del personal del asilo logró sanar y ahora se encuentra en perfectas condiciones.

Luis Llorente Herrera, procurador del Sistema DIF local, dio a conocer que el abuelito está contento de que lo hayan llevado al asilo Paz y Alegría de las madres Teresa de Calcuta donde lo atienden y come sanamente.

«Por parte del DIF, en la procuraduría a mi cargo damos seguimiento a las personas que ingresamos a los asilos para supervisar su mejoría como es el caso de don Rosalío», aseveró el Procurador.

Llorente Herrera comentó que en este caso no hay familiares, por eso es que la Procuraduría y personal del DIF hacen presencia en el asilo para lo que se requiera.

«Eso sí, hay vecinos, principalmente locatarios del mercado que en agradecimiento al apoyo que le brindan a Rosalío llevan al asilo verduras y frutas, estamos en comunicación estrecha con esas personas para coordinarnos en la ayuda al abuelito», recalcó.

Como se informó de manera oportuna, al Sistema DIF local que dirige la señora Aida Feres de Nader llegó el pasado mes de marzo del presente año el reporte de que un anciano vivía desde hace meses adentro de una camioneta abandonada.

Estaba en deplorables condiciones y no se podía levantar. Al llegar el personal de la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia constataron que el anciano estaba enfermo y en condiciones insalubres pero se negaba a dejar el lugar. De hecho en ocasiones anteriores ya habían tratado de ayudarlo pero no aceptaba hasta que lo convencieron y ahora vive feliz en el asilo de ancianos.