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EL CARNAVAL: RESCATE Y CATARSIS

CUADRANTE POLITICO

POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO

EL CARNAVAL: RESCATE  Y CATARSIS

¿Qué tiene que ver la banda El Recodo,  con la  expropiación petrolera  del General Lázaro  Cárdenas? La coincidencia  es que  ambos  acontecimientos, tienen su acta  de nacimiento en 1938. Aunque,  el “oro negro”  de la república ya perdió  su  encanto, y  ya no es el ritmo que  preside  la economía del país.

En cambio, el  grupo  fundado por don Cruz Lizarraga, sigue  vigente, en la cultura  de la música nacional,  con profundos  enclaves  en la  región del Pacífico, y  un natalicio  de cadencias, metales  y  percusiones, que  ya son patrimonio artístico  del país.

Es increíble, como un pueblito de  no más  de 700 habitantes, le  da el nombre a la Banda musical más  reconocida  del país  en el mundo.  Semánticamente, un recodo, es  el momento en que el camino  cambia su rumbo de manera radical, mediante un ángulo demasiado cerrado.

Tal vez, modificar la ruta,   es el significado  más  cercano a  lo que se propone   el alcalde  Oscar  Almaraz  Smer, cuando desde  su  llegada  al palacio del diecisiete se propuso  como tema central  incorporar  a  la ciudadanía en todas  sus tareas. Almaraz  se alejó del escritorio y  sacó a las calles el poder público, con el  propósito de rescatar de la mano de la gente, los espacios  que nos  robó  la inseguridad y la violencia.

Este mes de febrero, después de  seis años de  silencio y de miedo,  vuelve el carnaval para  sacudir  el alma de  los capitalinos , y  darle  a la ciudad,  esa categoría  de ciudad viva, que  tanto necesita. Nos dicen que  la Banda  el recodo, cerrará  con broche  de fiesta grande, el día 26, pero antes  se presentarán  grupos como  Fiebre Loka  y Eliseo Robles.

El carnaval  permite  conocer  los rasgos esenciales  de los pueblos. Sus trajes, sus máscaras, sus vestuarios, sus bailes y  sus colores. Se trata de  una erupción de texturas  y  de sonidos; de  exclamaciones, de risas, de energía  pura, expresándose  en  la naturaleza  primigenia  del cuerpo y sus movimientos.

La música y el carnaval  de  Victoria, en este 2017,  serán ante todo, una especie de  catarsis, mediante el cual, la sociedad  del centro de  Tamaulipas,  realizará  desfogue  psicológico  de los males que nos aquejan. Por  eso durante los carnavales  se quema el mal humor. En este  caso, el carnaval  de  Victoria, impulsado por  Oscar  Almaraz, buscará incinerar,  esas sensaciones  de encierro y miedo que tanto daño han provocado a  la gente.

El carnaval  recorrerá también, no solo  el centro  de la ciudad, sino populosos sectores de las colonias. Con lo anterior, se pretende alumbrar con  la alegría colectiva, esos espacios  que hasta hace poco, todavía pertenecían a  los  parajes grises  de la existencia urbana.

La quema  del mal  humor, está  relacionada  también con la práctica de prenderle fuego a  un muñeco de un  personaje  nacional o universalmente repudiado. En su momento, los carnavales mexicanos han llevado a la hoguera a Sadam Hussein, a Gloria Trevi  o a Carlos  Salinas  d Gortari. El candidato actual, es Donald Trump. ¿Lo quemarán los victorenses?

Aquí encontramos también la paradoja: el pueblo llano, se convierte en rey , mientras que  las máscaras  y los disfraces, permiten  la transposición de los sexos. Reclinada en su  eterno almohadón de la cordillera, Victoria, la ciudad sinónimo  de triunfo y  con nombre de  reina, se declara lista  para  salir a la  calle  y  refundar  su alegría  ciudadana.

SOCIOLOGIA   DE  LA MUSICA

Sociológicamente  hablando, la música está vinculada  con patrones  de consumo. Esto se relaciona directamente  con  los medios  masivos de comunicación,  como la  radio, la televisión o el internet. Resulta obvio que el momento histórico  define el tipo de música. En  la antigüedad, imperaron los patrones  de carácter religioso. En la década   de los sesentas  y setentas,  la música se vio  influenciada  por el tema de la posguerra y  los movimientos pacifistas.

En México, el fenómeno del narco, trajo consigo el corrido.  Las finalidades  de la música, a lo largo del tiempo, son de carácter  hedonista, es decir, por el simple placer  de  escucharla. Actualmente, la tecnología  virtual,  es el gran  detonador  del disfrute colectivo. Beethhoven decía que debería de haber un gran almacén, en el cual  los artistas  depositaran  sus  obras  y  al cual  el público  acudiese  para  escoger en de sus preferencias. Pues  bien,  este deseo profético, ya se cumplió, con el internet.

Todo lo anterior,  se puede interpretar, como  una especie de resistencia cultural. La raza  encuentra  esa identidad  que nos invita  al baile  y a la comunión de las emociones.

POSDATA. —El  resurgimiento  de los carnavales, en la ciudad, es algo muy  significativo. Se trata de un esfuerzo común, entre ciudadanos y ayuntamiento, para devolverle a la gente, esa  palabra que  destierra  la derrota del  rostro colectivo: esa palabra se llama VICTORIA.