Columnas

El ITCA debe desaparecer

Rutinas y quimeras

Clara García Sáenz

El ITCA debe desaparecer

La complejidad geográfica y demográfica de Tamaulipas ha implicado siempre grandes retos, existen muchos rezagos y asignaturas pendientes, pero sin duda la promoción y difusión de la cultura es un tema que requiere una atención urgente y una política pública eficaz para impulsar el desarrollo artístico, la rehabilitación de espacios culturales, la formación de públicos y la producción artística como herramientas para alcanzar la paz, la convivencia y el bienestar de las comunidades.

Sin embargo, parece como si en materia de política cultural no pudiéramos romper el modelo del Instituto Tamaulipeco de Cultura (ITC), creado en los años 80 durante el sexenio del gobernador Américo (padre); y la maldición de aquel modesto pero brillante ITC hubiera caído en los posteriores directores de esa instancia, que se distinguieron más por ser creídos, vanidosos, prepotentes, divas, inútiles, egocéntricos y algunos hasta muy ignorantes, que por sus obras.

Aquel instituto fue un antes y después en la promoción y difusión de la cultura, innovando en muchas áreas artísticas que contaron con un gran presupuesto para lograr conectar el quehacer cultural de Tamaulipas con el del centro del país a través de talleres para capacitar a los artistas, espectáculos de alta calidad, concursos, festivales, publicación y creando una amplia red de casas de cultura, así como bibliotecas en los municipios más recónditos.

Han pasado desde entonces más de 30 años y el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA) no tiene ni edificio propio, sigue, como señora pobre, rentando casa, sus muebles de oficina están para la basura y su estructura orgánica no le alcanza para administrar el monstruo en que se ha convertido la infraestructura cultural, teniendo que administrar desde una dirección general adscrita a la Secretaría del Bienestar, teatros, museos, escuelas de arte, bibliotecas, recintos culturales además de ser responsable del manejo de la promoción artística y la difusión cultural en todo el estado.

Si se revisa el Plan Estatal de Desarrollo 2023-2028, el tema de la cultura y las artes ocupa 10 páginas donde se hace el diagnóstico y se fijan nueve objetivos, algunos hasta con ocho líneas de acción, lo que parece prometedor. Sin embargo, resultará imposible si a la promoción de la cultura no se le provee de un presupuesto y una personalidad jurídica que tenga el alcance necesario para impactar; por eso el ITCA debe convertirse en una secretaría.

Crear la Secretaría de Cultura, permitiría, además de ir acorde a las políticas de la Cuarta Trasformación, que colocan este rubro como prioritario, contar con un presupuesto propio, tener independencia de acción para realizar tareas de  envergadura acordes a la complejidad del estado y libertad de acción para la pronta solución de problemas; pero sobre todo, cumplir exitosamente con el PEDT  que propone de forma ambiciosa líneas de acción que difícilmente se podrían ejecutar desde el diminuto ITCA.

E-mail: clargsaenz@gmail.com