Columnas

El senador iluso

RESEÑA POLÍTICA

Juan R. de la Sota

El senador iluso

Si alguien conoce al senador del Partido Morena, Américo Villarreal Anaya, díganle por favor que los tamaulipecos, con los que contrajo determinado compromiso, lo siguen esperando, para que cumpla su “palabra de hombre”, porque a la fecha no ha regresado a las casas ni a los restaurantes y otros comercios donde enfrenta deudas económicas.

Amé rico Jr, se volvió ojo de hormiga, nadie lo ve o de todos se esconde, va a la Cámara Baja, donde supuestamente trabaja, sólo a vacacionar y viene a Victoria, para permanecer debajo la cama, para  no escuchar ni atender a los ciudadanos que representa.

Pues está demostrado que su vocación no es servir, sino servirse del poder público, como siempre lo ha hecho cuando ha estado en puestos oficiales, sobre todo en dependencias de salud, en las que ni tan siquiera un una cajita de medicina gestionó para la gente pobre.

A Ameriquito no se le puede llamar representante popular  ni mucho menos político,  porque  hasta el momento no ha asumido ambas funciones, ni las cumplirá, porque es un junior acostumbrado a cobrar sin trabajar y a estar retirado de los ciudadanos humildes.

De los “jodidos”, de los enfermos, de los que tienen hambre, de los que no tienen ni para comprar un medio kilo de tortillas, de los desempleados, de las madres  y niños maltratados, de todos aquellos sectores sociales que lo necesitan y que como representante popular  tiene la obligación de gestionar la solución de sus problemas.

Este senador insípido, desobligado, irresponsable, incumplido, insensible e inhumano, aspira a la  gubernatura, es un iluso, ya que no tiene los merecimientos para serlo, dado que se ha olvidado del pueblo que lo hizo, lamentablemente, su representante popular.

Su comportamiento es de mal agradecido, porque cada ciudadano con sus impuestos le sigue pagando un elevado salario, sin  chambear, porque nada se sabe de que gestionó apoyos para los tamaulipecos, como créditos para el campo.

Las empresas, la industria, el sector comercial, medicinas, ayudas alimenticias y económicos para los pobres, servicios de salud para las comunidades rurales y urbanas, nada para nadie, se la pasa aplastado en la Cámara de Senadores, disfrutando con dinero del pueblo de café, galletas, fruta y restaurantes de caros alimentos.

Informa de acciones legislativas en las que según él participó, eso no es cierto, porque no les dice a los ciudadanos que su único trabajo es levantar el dedo para aprobar o desaprobar las leyes, porque no les aclara que es un “títere” del Gobierno Federal y de la pandilla de legisladores morenistas  y que obedece a intereses de los mismos, los cuales junto con los principales mandos del Gobierno de la República, tienen a México y a los con hambre y sed de justicia.

Es un iluso también quien le ha metido en la cabeza a Ameriquito que  puede gobernar este estado, lo que deberían  exigirle el alcahuete o alcahuetes es se ponga a chambear como senador y cumpla los compromisos contraídos con su pueblo, ya que no lo ha hecho y que sigue echado en la hamaca y que así no tiene ninguna posibilidad de ganar una elección de gobernador.

El senador de medio tiempo Américo, anda  en las alturas, cree que porque lo hicieron senador, lo van a ser gobernador, su pequeño cerebrito lo está conduciéndolo mal, pues debería saber que los tiempos son diferentes o mejor dicho los proceso electorales no son iguales y además que la gente cambia, máxime cuando los representantes populares del Partido Morena, no le han cumplido al pueblo.

La popularidad del Presidente Andrés Manuel López Obrador, va a la baja, por no cumplirle a la sociedad lo que prometió, por fomentar la impunidad, la corrupción, la injusticia y no atender su compromiso de bajar el precio de la gasolina, los productos de la  canasta básica y los servicios públicos.

Si está pensando en que el nombre del Presidente o la Imagen de AMLO, lo va a ayudar a ganar una elección está muy equivocado, pues los votos se ganan con trabajo cercano a la gente y el tal Américo es lo que jamás  ha hecho.

Ha privilegiado estar lo más lejos que se pueda de los ciudadanos y esto es una gran desventaja que tiene frente a otros senadores y diputados federales, los cuales al menos sí conocen los municipios y distritos de Tamaulipas y hacen como que resuelven las necesidades de los ciudadanos.

El multicitado politiquillo banquetero terminará siendo odiado por muchos tamaulipecos, por incumplido y por consecuencia mentiroso, al confiarle el voto y  no ser reciproco, no atender sus compromisos, por lo que para no pasar vergüenzas y sufra una decepción, tendría que eliminar sus aspiraciones de ser candidato a la gubernatura, pues hay otros que sí tienen capacidad, sencillez, humildad y honestidad para serlo, es más le convendría aplacarse porque no es de las simpatías del que manda en el gobierno Federal.

Si se encuentran al senador Américo, infórmele que lo acusan de tracalero y no caiga, sea duro, no le vaya a prestar dinero a fiar, porque tiene la costumbre o es aficionado a no pagar las deudas.

El dato: El diputado priista Floretino Sáenz Cobos, ya debería dejarse de críticas y exigencias y ponerse a chambear en gestionar la solución de las demandas de la gente que representa, pero además movilizarse para que ayude a curar la grave enfermedad que enfrenta su partido, el PRI, al cual tiene la obligación apoyarlo económicamente, pues le debe mucho, dado que desde hace varios años se ha mantenido y enriquecido con la bandera del Revolucionario Institucional. Por cierto ¿ya pagaría la cuota de  militante?.

Correo: jrdelasota@hotmail.com