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Elección solitaria

Tribuna

Por Javier Terrazas

Elección solitaria

La contienda electoral del 5 de junio para elegir gobernador en Tamaulipas, será muy especial.

Los aspirantes de cada partido o coalición irán solitos, no habrá compañeros candidatos a alcaldes o diputados, como en otros procesos.

Será, por tanto, una carrera de cuerpo a cuerpo entre los candidatos.

De ahí la importancia de que los partidos presentaran a sus mejores cuadros. No habrá en quien se apoyen.

Los ojos de los ciudadanos están más enfocados a sus propuestas de campaña, de sus menajes, de sus recorridos, de sus participaciones en los debates.

Siempre han despertado mayor interés los abanderados a la gubernatura, pero cuando estos no gustaban mucho o “no daban el kilo”, los candidatos a alcaldes y diputados los respaldaban.

Ahora no habrá nada de eso, se expondrán de manera individual, en solitario.

Tendrán que mostrar sus mejores cualidades para convencer a los ciudadanos y tratar de vencer a sus adversarios.

Cierto que las marcas o partidos que los postulan tienen su fuerza y contarán.

Pero los electores estarán más atentos a las cualidades individuales de los candidatos.

A ver de “cual cuero salen más correas”.

O quien se equivoca menos.

La verdad es que si los que se perfilan son los abanderados, los debates estarán muy poco atractivos.

Imagine los apuros que pasarán el parco de Américo Villarreal Anaya, de Morena, que no se caracteriza por su elocuencia.

O el neopanista César Verástegui Ostos que batalla para articular dos o tres oraciones juntas.

Y no se diga de Arturo Diez Gutiérrez, que vestirá la camiseta naranja, que tampoco tiene gran coherencia en su narrativa.

Quizá el mejor toque en los debates lo lleven algunos de los candidatos independientes.

No serán, campañas de buenos discursos o mensajes llamativos.

Tal vez, concursos de acarreos, de cierres espectaculares con grupos musicales.

Creo que el que mejores dotes de bailarín ha mostrado es César Verástegui Ostos. A los otros, no les veo alguna gracia.

Creo que con estos políticos tan poco carismáticos y de pocas palabras, dos meses de campaña se harán eternos.

Será una contienda partidista entre un cardiólogo y dos ingenieros agrónomos, seguramente.

Salvo que “los pitufos” cambien la jugada de última hora.

Aun así, el escenario no se modificaría mucho.

Ni el jaibo Jesús Nader, ni el reynosense Ismael García son hombre de buena narrativa, más bien de pocas y pobres palabras.

Así es que prepárese para campañas desangeladas allá por abril y mayo.