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En la recta final

En la recta final

Ricardo Monreal Avila

Tras revelar con detalles solo algo de lo mucho que ha vivido y lo que le falta en este proceso preliminar por ganar en Morena entre 6 aspirantes la Coordinación Nacional de los Comités de Defensa de la 4T pues quien lo logre será el candidato presidencial para las elecciones del 2024, nuestro apreciado amigo y colaborador de Candelero, Ricardo Monreal concluye con sensatez su relato así: “Hoy tenemos un problema de piso disparejo en esta recta final, la cual espero que se corrija en el trascurso de los días que faltan para que concluya este ejercicio inédito e innovador, pero que también tiene ribetes de desigualdad y presencia de prácticas políticas anquilosadas que parecían ya superadas”.

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Dentro de 13 días concluirá el proceso interno de MORENA para elegir a quien coordinará los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación. Con una probabilidad del 99.99 por ciento (el 00.01 restante es para dejar algo estadístico al azar), la persona seleccionada se convertirá, en su momento, en la o el candidato presidencial de nuestro Movimiento y sus aliados.

MORENA se ha consolidado como una auténtica potencia electoral a lo largo y ancho del territorio nacional. En muchas de las encuestas o sondeos de opinión supera por más del doble a sus más cercanos competidores en las preferencias para los comicios de 2024.

Asimismo, MORENA optó por el método demoscópico y estatutario de la encuesta, lo que, hasta ahora, ha logrado combinar el derecho a participar que asiste a toda persona integrante del movimiento, con el imperativo político de mantener la unidad de la organización.

Nuestro Movimiento tiene ejemplos de sobra de lo que puede ocurrir si, por alguna razón, no toma en cuenta la opinión de las bases y se centra únicamente en satisfacer las necesidades o ambiciones cupulares. Se debe evitar a toda costa lo que, en términos de Michels, tiende a la consolidación de la “Ley de hierro de la oligarquía”, ominosa situación, característica de regímenes autoritarios.

MORENA debe asumir con responsabilidad la misión de no caer en los vicios y errores de otras organizaciones políticas. Como parte de los proyectos fundamentales de la Cuarta Transformación se encuentra la obligación ética y moral de garantizar el ejercicio de una auténtica democracia en el interior de las propias filas del Movimiento. De lo contrario, incurriría en un anacronismo al pretender dar la espalda al largo proceso de democratización en México, que le ha permitido posicionarse como una opción real de cambio.

Ya he expresado anteriormente que el hecho de definir la encuesta como mecanismo preferencial para elegir candidaturas puede dar lugar a un desgaste acelerado de la legitimidad, en función de la opacidad que suele envolver los procedimientos inherentes a ésta. Las encuestas tienden a ser complejas y se vuelven todavía más cuestionables cuando hay intereses políticos de por medio, ya sea individuales o de grupo. Además, aunque existe todo un proceso técnico en el levantamiento de un muestreo, el resultado o dato publicado no refleja necesariamente una realidad.

Así, puede que las encuestas no sean la panacea (son una fotografía de la realidad, pero no la realidad misma). Sin embargo, también reconozco que son un mal menor en comparación con los males mayores que acechan a los partidos, como el tapadismo, el corporativismo, el clientelismo o el sectarismo. De hecho, el Frente Amplio opositor también utilizará encuestas para seleccionar a su representante, junto con una suerte de elección interna acotada y controlada.

Apenas una semana después de que la y los cuatro aspirantes de MORENA iniciáramos los recorridos para buscar ser electos como coordinador o coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, la alianza opositora lanzó su estrategia para formar el Frente Amplio por México y seleccionar a quien habrá de encabezarlo.

Sin embargo, como expresó el Presidente de la República, en este proceso orquestado por la oposición no habrá mayores sorpresas. Detrás están intereses sin escrúpulos y

manipuladores, ávidos por regresar al viejo régimen de corrupción y privilegios para unos cuantos.

Asimismo, en la estrategia prianista, tampoco se habla de candidatura presidencial (el plazo legal para ello aún no inicia), sino de la intención de perfilar ante la opinión pública a quien, eventualmente, ocupará la candidatura opositora a la 4T.

Pero ¿cuál es el balance que puedo hacer respecto del proceso interno de MORENA, en el cual estoy participando?

En primer lugar, reafirmo que se trata de un proceso inédito, innovador y estratégicamente útil para reforzar el posicionamiento y la dominancia político-ideológica, tanto del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador como de nuestro Movimiento. Pero también es importante señalar que hubo acuerdos incumplidos y lineamientos de actuación que no se honraron, se olvidaron o de plano fueron arteramente violados.

Refiero algunos a continuación:

*No derrochar en gastos publicitarios y propagandísticos (quizás este es el más crítico, como lo demuestran los miles de espectaculares, repartidos por todas las entidades federativas).

*No realizar prácticas anti democráticas, como acarreo, coerción y alianzas con grupos o personas a cambio de prebendas.

*No establecer alianzas con grupos de interés ni hacer compromisos con sectores de la reacción oligárquica o con organizaciones, empresas o gobiernos extranjeros.

*No utilizar el presupuesto público o bienes gubernamentales para beneficio propio o de sus representantes.

*No contratar, por sí o por terceros, espacios en radio y televisión.

Al respecto, la dirigencia de MORENA no procuró que se acataran estos y otros lineamientos y mantuvo una actitud omisa frente a lo que se podía hacer y lo que no, lo cual generaría al interior del Movimiento una serie de dificultades, que esperamos superar, pues no debemos permitir que el dinero, el derroche y el dispendio se conviertan en claves del éxito político-partidista.

Tampoco podemos soslayar el pobre desempeño de los órganos internos de MORENA en materia de transparencia, fiscalización y rendición de cuentas. Ya que, por ejemplo, no se fiscalizó ningún tipo de publicidad y sólo se dieron a conocer los gastos que cada aspirante erogamos de los recursos autorizados por el propio partido (por la cantidad de 5 millones).

Incluso, aunque pareciera una broma de mal gusto, se me ha señalado como quien más recursos utilizó de los cuatro aspirantes, cuando en realidad fui el que menos tuvo a su disposición para el desempeño de su actividad interna.

Hoy tenemos un problema de piso disparejo en esta recta final, la cual espero que se corrija en el trascurso de los días que faltan para que concluya este ejercicio inédito e innovador, pero que también tiene ribetes de desigualdad y presencia de prácticas políticas anquilosadas que parecían ya superadas.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: RicardoMonrealA