Columnas

Encuestas con truco

Por: Javier Terrazas

Hace varios lustros como periodista interesado en campañas y procesos electorales me tocó participar en la organización de un seminario sobre interpretación o lectura de encuestas de preferencias electorales.

Quienes acudimos, conocimos con detalle que es una encuesta, como se prepara el cuestionario, su metodología, el proceso de levantamiento, el tamaño de la muestra, la supervisión en el levantamiento de los datos, así como la lectura de los resultados.

Conocer a fondo esta herramienta, me llevó a realizar algunas lecturas de los estudios demoscópicos, muy ordinarios en la sociología y la ciencia política.

Luego en varios seminarios de marketing político del Tecnológico de Monterrey, la Universidad Autónoma de Nuevo León, la Universidad Autónoma de Tamaulipas y la Universidad Complutense de Madrid, tuve la oportunidad de normar y afinar mi criterio.

Los estudios cuantitativos y cualitativos, son importantes en la toma de decisiones para quien busca conocer la situación en un determinado momento de un producto.

Los estudios serios, se ordenan para obtener información valiosa para la toma de decisiones internas, no como instrumentos de persuasión político-electoral.

Y las mejores encuestas, las más confiables, son las que se realizan cara a cara, en el territorio, con personal debidamente capacitado y supervisado por técnicos calificados.

Hago este amplio preámbulo, porque seguramente a usted amigo lector le habrán hecho en estos dos meses de campañas políticas para elegir gobernador en Tamaulipas, una o más llamadas para ser encuestarlo sobre sus preferencias electorales.

En lo personal, no había querido perder el tiempo en dar mis respuestas, porque sé que hay muchas empresas que realizan estudios con sesgo, cuyo objetivo es tratar de marcar tendencias, aunque los sondeos no aguanten una auditoría metodológica.

Para tratar de probar mi hipótesis, ayer contesté una encuesta telefónica de una empresa que omitiré el nombre, pero que opera con números telefónicos de Monterrey, Nuevo León.

Fueron pocas las preguntas, pero siempre empezaban con un nombre: César Augusto Verástegui Ostos, de la Alianza PAN-PRI-PRD.

El segundo nombre era el de Américo Villarreal Anaya de Morena.PT-PVEM.

Y en tercero a Arturo Diez Gutiérrez Navarro del Partido Movimiento Ciudadano.

La empresa hace un juego con las opciones de respuesta. Sustituye los números 1,2 y 3 por las opciones 2,3 y 4.

De tal forma que en la confusión de as respuestas que vayan al dos (Américo), algunas le caigan en forma adicional al uno, (César).

La situación se repite en forma capciosa cuando se pregunta porque candidato nunca votaría, con la idea de que la confusión, favorezca a César y afecte a Américo o a Arturo.

Una encuesta o sondeo de opinión debe ser muy clara para que los resultados sean lo más files posibles.

Cuando se respeta la metodología científica el margen de error en es de más-menos 5 puntos.

Desgraciadamente, la mayor parte de las casas encuestadoras han caído en el mercantilismo, en lugar de mantener el compromiso ético.

Una forma de saber que tan serias son las empresas que realizan estudios de demoscopia, es investigar si están registradas ante el Instituto Electoral de Tamaulipas o ante el INE.

Igualmente, si están reportando sus encuestas, pues están obligados a entregar una copia del estudio y la metodología.

Si no lo están haciendo de manera ordinaria, pues carecen de autoridad moral y profesional para difundir resultados de presuntos estudios.

Hay que evaluar y valorar que empresas si están cumpliendo con los lineamientos de las autoridades electorales local y federal.

De otra manera, son simples sastrerías que realizan trajes a la medida al aspirante a la gubernatura que se las encargó.

Mi recomendación es que no se deje llevar por las encuestas que se publicitan en forma exagerada.

La mejor encuesta es la del día de la jornada electoral. Y en ella debemos volcarnos a participar en forma masiva.

Y es que elegiremos gobernador para los próximos seis años.  Una importante y delicada tarea.

Así es que de manera libre y secreta, acuda a cumplir con su responsabilidad cívica.

Valore lo mejor posible las tres ofertas.

Saber quién es quién, es fundamental.

Y que partidos les postulan, también es valioso.

No se deje llevar por las truculentas «encuestas».