Columnas

Espejismos electorales

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza

Espejismos electorales

Quienes aspiran a ser candidatos a cargos de elección popular el año que viene, deben de analizar muy bien su posición frente a la sociedad que vota, por una sola razón, las redes sociales no hacen candidatos, hacen perfiles y no siempre sus características generan votos, es más la gran mayoría de ellos son pésimos prospectos.

A las personas se les tiene que ir a buscar en sus organizaciones, sitios donde labora, centros de reuniones cuyo motivo es el esparcimiento, plazas públicas e incluso a sus casas.

Jamás se debe olvidar que el grueso de la población dine aversión a quienes son, se dicen o parecen políticos y desde luego a los partidos, situación que obliga a pensar en una estrategia basada en la presencia con la gente y usar los medios de comunicación en todas sus versiones, antiguas, modernas y las que aparezcan de aquí a las precampañas y campañas de proselitismo que deben de llevarse a cabo para el proceso electoral del 2024.

Ganar preferencias o votos ahora en la era digital, tiene su chiste, no es pararse y gritar desde el Facebook, el Twitter, Instagram, Tiktok y otra plataforma vistas por ser novedosas, las cosas no funcionan así y menos en el difícil mundo de la participación ciudadana en la política.

De hace unos dos procesos a la fecha, existen cerca de quienes buscan cargos de elección que se dicen expertos en redes sociales y están convertidos en personajes que ofrecen resultados inmediatos, solo por las repeticiones de los mensajes, pero, en ningún momento se ha medido la influencia en el voto de manera directa, solo se presumen los resultados la dispersión de los mensajes.

Falta que los analistas del comportamiento del electorado de su versión sobre el efecto que tienen las redes sociales en la producción de votos o bien son un simple espejismo que ciega a los políticos por la idea descabellada de que en ellas la publicidad y los mensajes que se quieren posicionar en los electores salen más baratos, por tanto, crean una barrera para la inversión en medios veraces que la población tiene identificada y se les olvida la importancia de acudir ante el electorado.

Desde luego, no puede negarse la influencia que tienen las redes sociales en la política, expertos como el colombiano Mauricio Jaramillo Marín consideran que cada vez son más importantes por el alcance que tienen en la sociedad y está de acuerdo en apostar a las cosas digitales, sin embargo, la experiencia en elecciones latinoamericanas no le permite afirmar si en realidad son generadoras de votos para tal o cual candidatos, cree que motiva la participación de las personas en las urnas, algo que sucedió en los Estados Unidos en la segunda campaña presidencial de Barack Obama.

En Colombia, un alcalde que fue candidato a presidente de la República, Rodolfo Hernández para disputar a uno muy bien posicionado, Gustavo Petro, sorprendió a propios y extraños, porque con las redes sociales en la última etapa de su campaña logró que la gente le prefiriera, al grado que su fuerte adversario tuvo que ir a la segunda vuelta, cosa que no se esperaba, desde luego, al final de cuentas ganó.

El punto es que, quienes manejan redes sociales y deslumbran a los políticos, terminan por reconocer que unas horas en las plazas públicas de las ciudades generan muchos más votos que cualquier otra estrategia pro sufragio y el mejor ejemplo de ello fue la precampaña y la campaña que realizó durante mucho tiempo el presidente don Andrés López Obrador, quien al final de cuenta logró su propósito de despachar en Palacio Nacional como titular del Poder Ejecutivo.

Algo que no debe de perderse de vista es que, las supuestas venditas redes sociales pueden convertirse en un abrir y cerrar de ojos en las malditas redes sociales, porque los adversarios sean reales o manipulados se convierten en enemigos rabiosos que ponen en tela de duda las propuestas de precandidatos y candidatos y los visores de redes sociales de inmediato rechazan a aquellos que consideran metidos en serios líos de credibilidad.

Estudiosos de las redes sociales en la política española consideran que, en el mejor de los casos, influyen para el llamado piso parejo del de la competencia, dan voz a todos los participantes y ayudan a mover gente para apoyar causas políticas, desde luego esto es aquello que debe de considerarse positivo.

Pero, en sentido negativo las redes sociales son el mejor vehículo para difundir falsa y denostar el discurso antisocial, dan lugar al cinismo y desconfianza en el electorado, por tanto, siempre serán un arma de dos filos que, por baratas de acuerdo a la visión de los aspirantes a cargos de elección popular, se mantendrán en la escena de las campañas como un espejismo.

El experto en política digital Jaramillo Marín, terminó por comentar que la influencia de las redes sociales no resta importancia a los métodos tradicionales como la plaza pública.

Solo debe de agregarse que la radio y los medios de comunicación tradicionales generan opinión que si propicia el voto razonado.