Columnas

Hacia una nueva normalidad escolar.

Hacia una nueva normalidad escolar.

Por Magdalena Moreno Ortíz.

Ningún sistema educativo del mundo estaba preparado para actuar ante la emergencia sanitaria que estamos viviendo a causa del COVID-19. La pandemia por el coronavirus nos tomó por sorpresa: a grandes, chicos y a todos los estratos socioeconómicos. De lo anterior, surgieron dos tareas urgentes para el sistema educativo; primero: diseñar estrategias integrales de seguimiento a los planes escolares a distancia a través del uso e implementación de las tecnologías de la información y comunicación, y segundo: intentar cerrar las brechas de desigualdad que surgirían, considerando que no todos los estudiantes tienen acceso a conectividad de internet o el alcance de dispositivos digitales. Ambos retos con los cuales los maestros, desde sus trincheras han dedicado tiempo, pero sobre todo corazón.

Algunos estados de la república tales como Nuevo León, Guanajuato, Baja California Sur, Sonora y como ellos, también Tamaulipas optaron por diseñar planes a la medida de las necesidades de sus maestros y estudiantes, medidas que subsanaron los vacíos que la oferta federal no consideró en su origen (Programa televisivo Aprende en Casa). Las medidas tomadas en Tamaulipas a través de la oferta estatal Clases en tu Hogar, garantizó que materiales educativos llegaran a todos los municipios y comunidades rurales y no solo a aquellos que contaran con accesibilidad a internet o televisión por cable. Clases en tu Hogar presentó a los docentes un paquete de herramientas digitales, capacitaciones en línea, reproducciones en video para redes sociales con contenidos académicos, socioemocionales y para preservar la salud y, a través de la versión Clases en tu Hogar-Radio maestras y maestros trasladaron sus saberes a la cabina de radio para difundirlos en comunidades rurales, así mismo se diseñaron cuadernillos de ejercicios para los estudiantes que habitan en los sectores más sensibles.

De acuerdo a una encuesta llevada a cabo por la Secretaría de Educación de Tamaulipas se encontró que el 67.4% de los docentes ha mantenido con mucha o poca frecuencia el vínculo con los alumnos durante la contingencia y el 87% de dichos docentes mantienen el contacto  a través de los celulares de las mamás o papás, o a través de los grupos de WhatsApp de padres de familia, ¿por qué es importante este dato?, porque nos habla del papel educativo que mamás, papás o cuidadores han mantenido durante la pandemia significa que han emergido como heroínas y héroes silenciosos que, junto con los maestros, están haciendo posible la continuidad de los aprendizajes. Esas mamás, papás o cuidadores que ahora estudian y apoyan a sus hijos y que sonríen de vez en cuando porque recuerdan su propia vida como estudiantes, releyendo las lecciones aprendidas en su niñez, repasando las matemáticas y que por ratos también se desesperan e imprecan a sus pequeños, luego recapacitan (la ansiedad, la tensión está empezando a afectar el estado anímico). En este momento miles de mamás y papás tamaulipecos aprenden junto con sus pequeños a utilizar las plataformas de internet para tomar sus clases, a descargar, compartir, comprimir y editar archivos, enviar, recibir correos y aún más. Un trabajo arduo, pero con el propósito de brindar a sus hijas e hijos el apoyo y acompañamiento en este proceso en el que se extraña al maestro, a los compañeros de clases, los uniformes escolares, la hora del recreo.

COVID-19 nos ha hecho recordar con nostalgia el papel de la escuela, no solo desde una perspectiva geometricista (edificio, mesa bancos, explanada) sino desde una visión humanista en la cual los vínculos (afectivos, pedagógicos) del alumno con el docente y del alumno con sus pares son parte esencial de su desarrollo. La escuela es un espacio social en donde los más jóvenes desarrollan hábitos, conocimientos y saberes, pero también es un espacio para el juego, la creación, la búsqueda de identidad y un núcleo social generador de conciencias donde la aspiración común es un mundo mejor.

La suspensión de clases presenciales aún no tienen fecha de término pero seguimos esperanzados en la pequeña luz al final del túnel, y cuando por fin se vuelva a escuchar el timbre escolar y los planteles se colmen de voces y risas de los pequeños, y las aulas y los patios cobren vida de nuevo, tendremos la certeza de haber vivido juntos un hecho histórico   que irremediablemente modificará nuestra forma de habitar el mundo y, un plan de regreso a las escuelas deberá ser una propuesta integral porque  no solo tendremos que cambiar nuestra forma de distribuir los espacios físicos (reacomodar los salones) sino  también tendremos que modificar nuestra manera de convivir, aprender e interactuar para  adaptarnos  sin riesgos a “la nueva normalidad escolar”.

Magdalena Moreno Ortíz. magdamo19012018@gmail.comSocióloga.

Maestra en Trabajo Social.

Promotora de la inclusión, equidad, cultura y derechos humanos de la infancia y juventud. Actualmente Subsecretaria de Educación Básica en Tamaulipas.