Columnas

Las victorias tienen muchos padres, las derrotas son huérfanas.

Derrotas huérfanas…

Por: Javier Terrazas 

Las victorias tienen muchos padres, las derrotas son huérfanas.

Es una triste realidad del comportamiento humano, en especial de los mexicanos.

Por ejemplo, cuando llega a ganar la selección mexicana de fútbol, decimos “ganamos”; pero cuando pierde, que es lo más común en esta era, expresamos “perdieron”.

Lo mismo ocurre en la política, en los procesos electorales como el que vivimos este domingo.

El virtual triunfo de Américo Villarreal Anaya en la contienda por la gubernatura de Tamaulipas, tiene muchos “padres”.

Pero las derrotas de César Augusto Verástegui Ostos y de Arturo Diez Gutiérrez Navarro, son “huérfanas”, a veces ni ellos mismos las aceptan, alguien les falló.

En los análisis serios, tanto las victorias como las derrotas son multifactoriales, es decir, dependen de todo el equipo.

Específicamente en la jornada electoral dominical, hubo muchos actores. Citaré los principales.

Los candidatos.

Equipos de campaña.

El financiamiento

Familia de los candidatos.

Partidos y estructuras que les postularon.

Dirigentes de los partidos.

Presidente de la República y gabinete afines.

Gobernador del Estado y su gabinete afín

Presidentes Municipales y gabinetes afines

Senadores, Diputados Federales y Diputados Locales afines.

Todo lo realizado y no realizado por los actores cuenta, sea para sumar o para restar.

Lógico que quienes aparecen en la boleta electoral llevan la mejor o la peor parte.

Pero es labor de todo el equipo.

De todos los factores.

Del entorno.

De la suma de los pequeños y grandes aciertos o resultados.

No siempre ganan quienes más invirtieron (tiempo, dinero, esfuerzo) en un proyecto.

Sino quienes mejor lo invirtieron.

Y que se conjuga con el producto que tuvieron en sus manos para hacerlo crecer.

Entre los factores que más incidieron en esta contienda, desde mi visión, fueron los siguientes:

1.- Los candidatos: Américo Villarreal, César Verástegui Ostos y Arturo Diez Gutiérrez Navarro.

2.- Las estructuras reales de poder que los respaldaron: (Gobierno Federal, Gobierno Estatal, Gobiernos Municipales)

3.- El peso de la marca de partidos que les postularon (Morena, PAN, Movimiento Ciudadano)

4.- Interacción con los poderes fácticos (Iglesias, Sector Empresarial, Grupos Políticos apartidistas, Medios de comunicación masiva, Sindicatos, Universidades, entre otros)

5.- Operación (acción y reacción) en Nuevas Tecnologías de la Información, conocidas como redes sociales en todas sus plataformas.

Por lo que se refiere al punto número dos, en especial, considero que influyeron de manera decisiva el Presidente Andrés Manuel López Obrador (calificación de 8.5) y el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca (calificación de 5.4).

La imagen y calificación a sus administraciones fueron determinantes para respaldar a los candidatos de sus respectivos partidos.

Lo mismo ocurrió con los alcaldes de los principales municipios de la entidad, Reynosa (Carlos Ortiz de Morena), Matamoros (Mario López, de Morena), Nuevo Laredo Carmen Lilia Cantúrosas de Morena, Victoria Eduardo Gattas, de Morena), Tampico (Jesús Nader del PAN), Madero (Adrián Oseguera, de Morena), Altamira (Armando Martínez, de Morena), Río Bravo ( Héctor Villegas, de Morena).

Ahí habitan el 80 por ciento de las y los tamaulipecos y por tanto de los electores. Sus buenas o malas acciones de gobierno contribuyeron en la aportación de votos para las causas de sus partidos.

Por ejemplo, los más notorios resultados se dieron en Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo, Río Bravo y Victoria, para la causa morenista.

Mientras que para la causa albiazul lo tuvo Tampico. También cosechó de la animadversión en contra de los gobiernos morenistas de Altamira y Madero, según las aportaciones de votos.

Sin embargo, no es el elemento determinante.

El resultado general de la elección, insisto, es multifactorial.

Todos cuentan, sea para suma o para resta.

Para entender tanto las victorias como las derrotas, es fundamental el análisis integral por los equipos de campaña.

La victoria es siempre dulce, alegre, feliz, confortante.

Pero también de las derrotas se aprende, cuando se desmenuzan.