Columnas

Levántate Lázaro…

Tribuna

Por Javier Terrazas

Levántate Lázaro…

Si bien es cierto que corresponde al Poder Ejecutivo Federal formular el proyecto de presupuesto para el ejercicio fiscal de cada año, es labor de la Cámara de Diputados,  revisarlo, analizarlo, ajustarlo y aprobarlo.

El proyecto presupuestal, remitido desde hace algunas semanas a la Cámara Baja del Poder Legislativo Federal, provocó serios desencantos, por la oleada de recortes derivada de la cacareada “austeridad republicana”.

Obvio que hay una reorientación del presupuesto con una tendencia marcada a subsidiar a las regiones de mayor pobreza y a los sectores de rezago social severo.

Desgraciadamente,  para ello, le meten duro la tijera a sectores prioritarios como el caso del campo, que estaba creciendo gracias a los estímulos a la producción, productividad, mecanización y uso de las nuevas tecnologías.

En el campo mexicano,  el minifundio ejidal es uno de sus problemas torales. Esa figura de tenencia que nació para el esquema de autoconsumo y fue rebasada por el tiempo, es un contrapeso a la productividad.

La realidad es que el sistema de tenencia de la tierra, luego de la reforma al artículo 127 en la etapa final del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, está en un proceso de reconfiguración.

Al poder venderse las parcelas ejidales, quienes son auténticos productores del sector social siguen arraigados y han tenido la oportunidad de crecer comprando o rentando tierras.

En tanto que otro segmento amplio ha pasado a manos de agricultores o ganaderos particulares, para cultivar mayores extensiones de tierras.

Pero en éste proceso de reordenamiento y ajustes,  casi la totalidad del campo, –salvo los latifundios y grandes consorcios–, requieren de estímulos en financiamiento, mecanización,  tecnificación, así como en la comercialización.

La rentabilidad del 85 o 90 por ciento del agro mexicano pasa por esos programas que ahora se pretenden eliminar, reducir o marginar.

La importancia del campo para la viabilidad del país es fundamental, porque a pesar de rezagos e inequidades se avanza en forma paulatina hacia la autosuficiencia alimentaria.

Tamaulipas, como estado norteño, es parte relevante de esa evolución a la par de Sinaloa, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Durango,  pero se requiere de continuidad en el flujo de los estímulos.

Y es que ahora la competencia es con otras regiones agrícolas del mundo, e incluso, con la producción de granos y oleaginosas  de semillas transgénicas.

En la Cámara Federal de Diputados, aún cuando militan en MORENA, hay decenas de legisladores que son productores agropecuarios o tienen sólidas relaciones y compromisos con el sector agropecuario.

Ellos son quienes pueden reaccionar y hacer los ajustes pertinentes a la propuesta rabona del Ejecutivo para la Secretaría de Desarrollo Rural, a quien recortaron más de 20 mil millones de pesos.

Es decir, de poco más de 60 mil millones de pesos globales que se aplicaron éste año, se reduce la propuesta a ligeramente arriba de 40 mil millones de pesos.

Ante una situación tan delicada, riesgosa y desafiante,  los productores organizados del país,  a través de algunas agrupaciones como la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas, el Consejo Nacional Agropecuario y la Asociación de Secretarios de Desarrollo Rural, están impulsando algunas propuestas.

De acuerdo al jarocho Oswaldo Cházaro Montalvo y el tamaulipeco Homero García de la Llata, Presidente y Secretario General de la primera agrupación, el cabildeo  contempla entre otras las siguientes propuestas:

  1. Se reconozca la aportación del Sector Pecuario al PIB Agropecuario Forestal y Pesquero mismo que es del 40%. En esa medida que se reflejen los recursos del Presupuesto Federal 2020 de la SADER.
  2. Derivado de disminución de 3 mil millones a Crédito Ganadero que ese recurso se incruste en el Programa Producción para Bienestar y con eso apoyar a 500 mil muy pequeños ganaderos.
  3. Que se destinen 1000 millones de pesos al Programa de Fomento Ganadero para apoyar Infraestructura y Equipo, principalmente de prevención al cambio climático, además de apoyar mejoramiento genético, así como innovación y transferencia tecnológica.
  4. Se restablezcan recursos para el aseguramiento a través de Fondos y Seguros Catastróficos.

5.-Se incluya el Programa de Concurrencia con las Entidades Federativas que apoyen los proyectos específicos por región o Estado de la República.

6.-Rrecuperar los niveles de inversión al Programa de Sanidades a través de SENASICA ya que para 2019 disminuyó en 25 % y para 2020 otra disminución de 9 %.

Las reuniones para plantear las necesidades y prioridades del campo mexicano han sido con el Presidente de la Comisión de Ganadería es el Diputado Eduardo Ron Ramos  y con la Comisión de Agricultura que preside Diputado Heraclio Rodríguez

También con el Coordinador General de Ganadería  de la SADER David Monreal Avila.

Y en algunos momentos se ha llegado y se seguirá pugnando por hacerlo en forma directa con los Secretarios de SADER, Víctor Villalobos y de Hacienda, Arturo  Herrera.

También se ha tocado la puerta del neolonés Alfonso Romo Garza, quien es un conocedor de los temas del campo y actualmente es el Jefe de la Oficina de la Presidencia.

Como puede apreciarse, hay organizaciones agropecuarias que no están dormidas en sus laureles, solo lamentando los recortes

Apuestan a la gestión, negociación y cabildeos, que son el campo de batalla ideal por el momento. Claro, sin renunciar a los otros mecanismos de presión.

Ahora sí que la posible respuesta presupuestaria al campo, un tanto  más equilibrada y menos lesiva, está en “San Lázaro”.

De tal forma que podríamos citar la expresión bíblica  “Levántate Lázaro” , es decir, que sean los Diputados Federales, quienes ajusten el presupuesto para que el campo mexicano siga caminando.