Columnas

Tamaulipas: Brujas y Brujos.

Por la condición de amplia vecindad de Tamaulipas con Estados Unidos de Norteamérica y el permeo de su cultura en nuestro pueblo derivada de la amplia interacción fronteriza, intensificada en la era de las nuevas tecnologías de la información, este semana tendremos por doquier el festejo anglosajón del Halloween.

Desgraciadamente, ese festejo o distracción, está en todos los estratos sociales. Se realizan desfiles en las escuelas privadas y públicas, se adornan algunas viviendas, se estimula en las familias el disfraz de los infantes y el regalo de dulces, se viven intensamente las fiestas de disfraces de los jóvenes.

Al grado de que para muchos padres de familia y jóvenes se convierte en una pesadilla, ya que no se tienen los recursos económicos para los disfraces o las  cooperaciones para las fiestas que contemplan los  concursos de disfraces.

Es un gasto extra para las familias, no tan fuerte como el de compra de útiles escolares o uniformes que se realiza en agosto, pero sí de alguna forma pinta en los rasgados bolsillos del pueblo, sobre todo en este periodo de carestía derivado de la inflación, que sigue caminando, trotando y está a punto de galope.

Afortunadamente, esa festividad invasora no ha destruido ni sustituido a la tradición mexicana de la celebración del «Día de Muertos», que celebramos  el 1 y 2 de noviembre a lo ancho y largo del país desde Baja California a Chiapas, de Tamaulipas a Yucatán y de Tijuana a Matamoros.

Las flores para adornar las tumbas en los panteones, los altares de muertos en los hogares e instituciones, la música, las comidas, el pan de muerto, las danzas, el sentimiento profundo de reencuentro con las almas de los difuntos, refrendan la auténtica tradición mexicana.

Estas tradiciones de viven en familia e incluyen siempre los alimentos, que también se degustan en el plan familiar. Los gastos que se realizan son menores y tienen un aprovechamiento mayor por el entorno.

En tanto que las fiestas de Halloween son externas y no incluyen a todos los integrantes de la familia. Son más onerosas y con menor efecto de integración en la familia.

Nos dejan «brujos y brujas» en el aspecto monetario y poco o nada aportan al emocional en el entorno familiar.

Cuando digo «brujos y brujas»  me refiero a la expresión popular en el léxico mexicano alusiva al poco dinero o ausencia total de éste en los bolsillos del pueblo «ando muy brujo o bruja».

Como le ocurre por ejemplo al naciente Gobierno de Tamaulipas del Dr. Américo Villarreal Anaya, que arribó hace apenas tres semanas y encontró las arcas vacías producto del saqueo y desorden financiero de los funcionarios de la pasada administración comandada por el reynosense Francisco García Cabeza de… 

Usted póngale el segundo apelativo.

Obvio que más se adapte al latrocinio de su gestión gubernamental.

Tres meses de «brujos y brujas» heredó la pasada administración de origen panista al nuevo gobierno y a los tamaulipecos.

Al grado que en la reciente visita del presidente Andrés Manuel López Obrador, dio indicaciones para que el Subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, Juan Pablo De Botton Falcón buscara la forma de respaldar al nuevo gobierno para hacer frente a los compromisos salariales y aguinaldos del último trimestre del 2022.

Pero el déficit de la administración Panista-Cabecista va mucho más allá, ya que de acuerdo a las cifras preliminares supera los 2 mil millones de pesos.

Hay deudas severas con cientos de proveedores en todos los sectores económicos.

Han elevado sus voces los comerciantes, constructores, proveedores de otros servicios.

Todos andan «muy brujos y brujas» también.

A casi un mes del aterrizaje de la llamada «Cuarta Transformación» al gobierno tamaulipeco, deben estar documentándose las irregularidades en el ejercicio presupuestal, los desvíos, las violaciones a las reglas de operación, los moches, los abusos de compensaciones, los pagos dobles y triples a consentidos, el uso político de los programas sociales, etc etc etc.

Pronto veremos si los señalamientos y denuncias se convierten en ese gordo expediente que se hará llegar a la Fiscalía General de la República para que su titular Alejandro Gertz Manero, haga los añadidos correspondientes a las denuncias ya formuladas.

Y que el principal responsable del «Tamaulipas Brujo» que heredó, responda por sus fechorías y que se haga realidad esa expresión convertida incluso en institución, » Que Regrese al Pueblo lo Robado».

Para que sea él y su gavilla de colaboradores a quienes se compruebe participación en el saqueo, quienes se queden «brujos y brujas», además del sitio en el que deben estar.

Que no es precisamente en sus casas, la calle o buscando senadurías.

Tiempo de regresar el maleficio.